Capítulo 14.

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Quise apretarla contra mí pero quizás no era el momento. La intensidad con la que me miraba la boca superaba cualquier expectativa. Menos mal que no le gustaban las mujeres. Nadie lo habría dicho.
Malú: ¿Y tú? ¿Cómo llegaste a una compañía como Brand & Cooper?-
Vanesa: Me llamaron ofertándome trabajo, sinceramente nunca pensé que llegaría a ser la principal consejera legal-
Malú: Una abogada sexy. No suena nada mal. Es una pena que no trabajes mano a mano conmigo-Vanesa rió ante los ya conocidos comentarios de la directora- discúlpame, tengo que hacer algo que había olvidado- se levantó y fue directa a su bolso.
Se apoyó en la mesa y le mandó un mensaje a su hermano.
"Hola Elliot, ¿recuerdas que quedamos mañana para comer? Preferiría cenar. Y en mi casa, al ser posible. ¿Te importa? Yo me encargo de todo"
Al final no tuvo ni dos minutos para acordarse de esa comida entre la llamada a Liam y la tarde en la playa.
Se acercó de nuevo a la chimenea donde le esperaba la letrada impaciente.
Vanesa: ¿Todo bien?- asentí y me senté a su lado.
Malú: ¿Por dónde íbamos?-
Vanesa: Podrías contarme algo de tu vida... personal. Sabemos mil historias laborales pero nada que realmente importe-
Malú: Mi vida personal.. pf- suspiró- es algo complicada-
Vanesa: Te escucho-
Malú: He vivido siempre sola pero rodeada de mucha gente- de nuevo un suspiro. Esta vez más sutil- y bueno, ahora que tengo economía suficiente para ser independiente, lo soy de verdad. No sé atarme a nada ni nadie. Sólo le soy fiel al trabajo y porque de verdad me encanta-
Vanesa: Pero Malú, ¿te va bien así? Creo que atarse a algo no siempre es malo. La rutina da estabilidad-
Malú: ¿Que si me va bien?- se llevó una mano a la cabeza sujetándose el pelo- no sabría qué decirte... creo que me va bien en algunos aspectos pero desde luego no en todos los que me gustaría-
Vanesa: ¿Y tu familia?- de pronto le brillaron los ojos a la directora.
Malú: Mi familia también es complicada- rió para quitarle hierro y se puso otra copa de vino- ¿quieres?- Vanesa asintió y le sirvió- de mis padres hace años que no sé nada. Cuando cogí la empresa me alejé totalmente de ellos y tampoco nos han buscado-
Vanesa: ¿Os han buscado? ¿Tienes hermanos?-
Malú: Sí, tengo uno que vive cerca de la ciudad. Se casó con una tipa que hizo lo imposible por separarnos a los dos y él.. es imbécil-
Vanesa: Vaya... ¿no tienes nada de trato con él?-
Malú: Sí, a ver, creo que la cosa irá a mejor a partir de ahora. Me llamó en la gala y por eso me fui. No le van bien las cosas y voy a echarle una mano-
Vanesa: Pero eso está muy bien, Malú- la empresaria le sonrió-
Malú: ¿Y tú? ¿Pareja? ¿Familia?- le pegó un trago a la copa y la letrada la imitó para digerir la pregunta.
Vanesa: Joder, qué directa-
Malú: Soy empresaria- le guiñó un ojo.
Vanesa: No, no tengo pareja. Hace ya tiempo que no. La última persona con la que estuve se acabó liando con mi ex jefe y bueno, les acabé mandando a la mierda a los dos- de un sorbo se terminó el vino. Se sirvió otra- Desde entonces he estado con un par de empresarios engreídos que sólo querían ver si era realmente buena en mi trabajo.. para qué fijarse siquiera en cómo era en la cama- se encogió de hombros.
Malú: Ay, cariño... nunca, nunca te líes con alguien de tu oficina-
Vanesa: Esa cara es de que haberte enrollado con alguna de la tuya- la directora echó a reír.
Malú: Sí amiga, el mayor error de mi vida fue-
Vanesa: ¿Tan mal acabó?-
Malú: No te imaginas...- resopló negando con la cabeza- estaba comprometida y yo no sabía nada-
Vanesa: Tienes una suerte, amiga...-
Malú: ¿Te apetece un bañito?-
Vanesa: Me apetecen muchas cosas, pero sí, te acepto el baño- se pusieron en pie y se acercaron al jacuzzi. Esta noche era algo diferente y las dos lo notaban. Más complicidad. Más ganas. Encendieron el agua caliente.
Malú: ¿Y se puede saber, señorita Martín, de qué tiene usted ganas?- se acercó a la abogada con toda la intención del mundo y un tono sugerente. La letrada perdía el control y se llenaba de nervios si la directora la tocaba. Y Malú lo sabía. Había estado observándola cada minuto que pasó con ella desde que la conoció.
Vanesa: Malú.. no juegues- dio un paso atrás.
Malú: ¿Por qué? Me apetece jugar. Prometo no hacer nada- levantó sus brazos en señal de inocencia. Ya iba tocada por el alcohol. Se le notaba al hablar- Venga, sólo quiero quitarte la camisa- avanzó y puso sus manos en el primer botón de la camisa azul que Vanesa aún llevaba. No dijo nada, así que la empresaria lo interpretó como ella quiso.
De pronto le subieron los colores y el calor a la cara. Vanesa se lo notó y sólo supo morderse el labio. Malú seguía concentrada intentando desabrocharle uno a uno todos los botones. No era capaz de perder de vista toda la piel que iba quedando al descubierto. La letrada la cogió de la cintura y la acercó un poco más a ella. De nuevo el calor.
El último botón que quedaba, se molestó en hacerlo despacio, como queriendo disfrutarlo. Se puso el pelo hacia un lado cuando terminó. Alzó la vista y se encontró con el sudor en la frente y los ojos marrones intensos de Vanesa.
Malú: Vamos a meternos dentro, venga- la esquivó y le dio la espalda quitándose su jersey. Tenía una espalda preciosa a ojos de Vanesa. Pf, realmente le ponía mucho una mujer. Nunca se lo habría imaginado. Se bajó los pantalones y fue directa al agua. Un moño improvisado. Otra vez en ropa interior.
Vanesa la siguió detrás quitándose la ropa. De repente se vieron envueltas en una tensión extraña.
La abogada se acercó y decidió ponerse a su lado, y no enfrente como hicieron la noche anterior.
Llamaron a la puerta.
Vanesa: No puede ser.. - salió apurada y se tapó con una toalla. La cena estaba preparada. Malú también salió aunque con más calma y cenaron en un visto y no visto sin casi ninguna palabra de por medio. Deprisa y corriendo.
Malú: Pienso volver al jacuzzi y vas a venir conmigo, ¿verdad?- le dio el último bocado a la ensalada.
Vanesa: Yo igual me voy a dormir ya.. estoy algo cansada-
Malú: Venga anda, sólo un rato. No te cuesta nada, te dejo dormir dentro si quieres- sonrió y Vanesa no pudo hacer otra cosa que aceptar.
Volvieron dentro del agua. Hacía bastante frío pero el calor de las burbujas, la chimenea y el vino compensaban. Al menos para la directora.
Vanesa: Estoy helada aún- metió hasta la barbilla en el agua.
Malú: ¡Qué dices! Si se está perfecto. Vente aquí conmigo, anda-
Vanesa: ¿Me vas a dar calorcito?-
Malú: Si me insistes tendré que hacerlo- puso a la abogada entre sus piernas, con su espalda en su pecho. Echó la cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro de la empresaria. Cerró los ojos.
Vanesa: Mmm qué agustito estoy- Malú se dedicó a pasear sus manos por los brazos de Vanesa. Quiso disfrutar el momento. Un momento tan suyo que le daba vergüenza vivirlo. Nunca antes estuvo así con alguien. También quiso olerla, así que no se cortó en acercarse a su pelo y coger aire.
Malú: Qué bien hueles- la abogada sonrió. Desde que conoció a la directora no sabía hacer otra cosa.
Vanesa: Gracias-
Malú fue incapaz de no seguir las caricias por su cuerpo y cuando menos lo esperaba, encontró inconscientemente sus manos en la tripa y la cadera de su acompañante.
Por su parte, la letrada, ni siquiera se molestó en mostrarse incómoda, sino todo lo contrario, le incitó a seguir con pequeños jadeos ahogados. Se acomodó aún más en el pecho de Malú. Despacio y delicadamente, la empresaria siguió por sus piernas y puso sus labios detrás de la oreja de la abogada. Suspiró y ésta se estremeció.
Malú notó la piel erizada debajo del agua con sus manos, aún en sus piernas. No quiso subir más, no se atrevía tan apresuradamente, así que eligió acariciarle el interior de los muslos. Le temblaban las manos, y Vanesa lo arregló dándose la vuelta. De nuevo encima, cara a cara.

Todas las mujeres que habitan en mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora