Capítulo 28.

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Malú: Jajajaja, ¿Entonces te negaste?- no podía dejar de reír fuerte. Bebió el último trago de su copa de vino. La abogada asintió a la pregunta y Malú de nuevo volvió a reír a carcajadas.
Nora: ¡Hombre, ya te digo! ¡Le dijo que desde que habían encendido la luz, se había empezado a encontrar mal!-
Vanesa: ¡Nora! Cállate-
Malú: Jajajajajaja no, no. La historia debe seguir- 
Vanesa: Tío, iba muy tocada pero tampoco soy imbécil, obviamente no iba a seguir liándome con él cuando le vi bien con la luz encendida-
Malú: Venga, hombre, rompe corazones. ¡Seguro que el pobre chaval no era tan feo!-
Nora: Pfffff, no sabría qué decirte, Malú. Era todo un nuevo descubrimiento de ser humano- la letrada se terminó el copazo de un trago para poder digerir todo aquello.
Vanesa: Gracias por el apoyo, eh, amiga-
Nora: Tía es que te lo dije, jajajajaja, que no te fueses con él a casa que era muy poca cosa-
Malú: Iría bien dotado al menos, ¿no?-
Vanesa: ¡Malú!- le propinó un golpe en el hombro a la directora.
Malú: A ver cariño, lo primero es lo primero. Ya que no era ninguna eminencia... al menos que funcionase bien, ¿no?- Nora escupió sin querer su copa al reírse y comenzó a toser. Y más alto reía la empresaria.
Vanesa: Te jodes, el karma- la abogada no puso resistirse ante la risa contagiosa de las dos mujeres con las que compartía mesa, y también se unió muy a su pesar y siendo plenamente consciente de que ambas se reían de ella.
La directora apoyó su cabeza sobre el hombro de la letrada. A lo tonto sí que iba un pelín borracha, y eso que solía ser bastante comedida con el alcohol. Y más en público. Nunca se sabe cuándo pueden venderte por una cantidad insignificante de dinero.
Nora: ¿Y tú, Malú, nunca has dejado plantado a alguien?-
Malú: ¿Yo? Pffff constantemente-
Nora: Supongo que mil empresarios te seguirán por todos lados-
Malú: Tampoco demasiados, eh. Son más bien mujeres con las que he tenido algo y pretenden siempre volver a vernos-
Vanesa: Que no me entere yo- le señaló con el dedo y alzó una ceja.
Malú: ¿Te me pones celosa?- le sonrió con cariño. Como siempre le salía con ella.
Vanesa: Quizás- la directora le agarró de la cara para darle un beso.
Nora: Oh Dios mío, qué bonitas- echaron a reír para disimular su vergüenza. A veces olvidaban que estaban siempre rodeadas de gente- ¿entonces no te comprometes con nadie?-
Malú: La verdad es que siempre he buscado sexo y nada más. Con Vanesa está siendo todo un poco diferente, es como una excepción, digamos-
Nora: ¿Y estás a gusto con ella?-
Malú: Mucho, sinceramente no pensé que llegaríamos a lo que ahora tenemos, que bueno, no sé bien qué es, pero creo que nos va bastante bien a las dos, ¿no?- miró a la abogada buscando una respuesta reconfortante. Se había abierto con alguien a quien apenas conocía y delante de Vanesa, con lo que aquello conllevaba.
Vanesa: Yo también lo creo. Nora te lo puede decir, jamás me ha apetecido volver a ver a una persona, y contigo cierto es que siempre quiero- la directora le dejó otro pequeño beso en la boca.
Nora: Es un placer verla bien, y contigo lo está. No le veo el pelo pero sé que la cuidas-
Vanesa: Lo hace- se hizo el silencio durante un minuto. La médica las miraba, mientras que las otras dos removían lo poco que quedaba en sus copas. Nora: Bueno chicas, ¿os quedáis a dormir?-
Vanesa: Pues no pretendía, la verdad, pero Malú no está para coger el coche y yo tampoco... quizás cogemos un taxi-
Malú: Venga Vane, qué más da. No es muy tarde todavía- miró su Rolex- son las dos. Mañana madrugamos y tranquilamente vamos a la carrera-
Nora: ¿A la carrera?-
Vanesa: Una larga historia- le dio una patada a la empresaria por debajo de la mesa. Malú la miró sorprendida, sin saber bien qué debía hacer.
Nora: ¿Has vuelto a correr?- miró de mala manera a su amiga.
Vanesa: Nada serio, Nora, de verdad. No pasará nada-
Nora: Vanesa, no quiero tener que recordarte esta conversación después de lo que pasó la última vez-
Vanesa: Tendré cuidado. Me conoces y sabes que no sobrepaso límites-
Malú: A ver, ¿alguna me va a decir qué cojones pasa? Porque la he cagado y no sé por qué-
Vanesa: Nada, cariño- le acarició la espalda por detrás.
Nora: Nada no, cuéntaselo- la abogada suspiró ya rendida ante su amiga. La directora le apoyó una mano en el muslo esperando a que Vanesa hablase.
Vanesa: Joder, tía- cogió aire antes de hablar- En la universidad, dejamos las carreras después de que el hermano de mi novio por aquel entonces, se matase cuando su coche volcó- suspiró de nuevo- a mí no se me daba nada mal, y continuamente los tíos me retaban. El día que acabamos los exámenes, nos fuimos de fiesta todos los de mi curso, y bueno, se movió mucha coca esa noche. Rider estuvo muy pesado queriendo acostarse conmigo, y su hermano lo paró varias veces. No paraba de decirme que aquello lo solucionaríamos corriendo, y bueno, mi novio me dio el visto bueno para retarnos cuando acabase la fiesta. Yo habría bebido un par de copas nada más, iba más o menos bien pero Rider era todo lo contrario... insistió mucho en que esa noche yo me acostaría con él y que para eso tenía que ganarme sí o sí. Y yo que nunca decía que no... corrimos, se pasó de rosca, no supo frenar cuando debió hacerlo y bueno, ya te imaginas-
Malú: Joder. No tenía ni idea de nada- agarró con fuerza la pierna de Vanesa, que aún no la había soltado- no tienes de qué preocuparte Nora. Nunca dejaría que le pasase nada. No son las mismas circunstancias-
Nora: Lo sé, pero es difícil volver a ver a Vanesa en una carrera. Podría haberte pasado a ti- miró a su amiga con una enorme preocupación en los ojos.
Vanesa: Es algo puntual. Lo echo de menos a veces. Me relajaba muchísimo-
Nora: Bueno... sé que eres consciente de todo- se levantó de la mesa a retirar las copas vacías y llevarlas a la cocina. Le daría vueltas e intentaría no preocuparse de más. Estaba en buenas manos y lo sabía.
Malú: Coño, Vanesa. Podrías avisarme de estas cosas- le susurró bajito, molesta en el fondo.
Vanesa: No pensé que saldría el tema, lo siento-
Malú: ¿Nos quedamos a dormir entonces? Yo no estoy para conducir, sinceramente-
Vanesa: Sí, nos quedamos. Pero yo quiero follarte-
Malú: ¡Vanesa!- se pusieron en pie mientras la empresaria negaba con la cabeza sonriendo, no podía con la abogada. Cada día le sorprendía más. Su cabeza viajó por un momento a la gala benéfica donde la conoció. La letrada no había cambiado de perfume. Llevaba Chanel en su cuello, lo reconoció de lejos cuando se le acercó en aquella fiesta de compromiso. Recordó lo borracha que iba cuando le preguntó si tendrían sexo juntas, y cómo se sonrojó cuando Malú le devolvió la pregunta diciéndole si quizás ella querría tener sexo con la directora. Definitivamente a la abogada el alcohol le abría el apetito sexual, cosa a la cuál Malú no le pondría nunca impedimento, pues reconoce que los encuentros íntimos con Vanesa son estupendos. Demasiada complicidad para ser real. Se entendían de una manera perfecta cuando se miraban estando en la cama. La letrada no era ninguna experta en mujeres, al contrario de todas con las que había estado la empresaria, pero sin embargo, a ella le excitaba simplemente con su forma de hablar. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando notó un beso en la nuca.
Vanesa: Cariño, vuelve- le abrazó por detrás.
Malú: ¿Vamos a la cama?- se dio la vuelta para besarla. La abogada asintió.
Nora: Venga chicas, os acompaño al cuarto de invitados- salió de la cocina con un trapo en las manos, secándoselas- Mañana si madrugáis más que nosotros, hacéis café y desayunáis sin problema- se encaminaron las tres hacia la habitación que hoy, las vería ser más suyas que nunca.
Malú: Gracias por la cena Nora, ha sido un placer-
Nora: No hay de qué. Espero que te apetezca volver de nuevo-
Malú: No lo dudes. Descansa- la amiga le sonrió y le susurró algo que no entendió bien pero que supuso que serían las buenas noches. No le dio tiempo a alejarse de la puerta siquiera, fue darse la vuelta y la abogada ya desnuda, coló una mano por debajo de su camiseta, directa a su pecho.

Todas las mujeres que habitan en mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora