Capítulo 58.

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La mascarilla para el oxígeno que la enfermera le había puesto era realmente una incomodidad. Estaba inquieta, intranquila y asustada. Lo supo en cuanto la vio. La compañía de Vanesa en el hospital le había tranquilizado, pero no era capaz de contener toda la impotencia que sentía.
Le siguieron haciendo pruebas durante toda la mañana. Los enfermeros entraban y salían constantemente, otros pacientes se quejaban en los pasillos, los familiares lloraban en las salas de espera y el café de vending estaba malísimo. En definitiva, era genial estar allí.

- Vane, tengo hambre...- se atrevió a romper el silencio que inundaba la habitación mientras la abogada consultaba su correo.
- Lo sé, Malú, pero no puedes comer aún, no insistas- no apartó los ojos de la pantalla. El email que Robbert le había enviado le interesaba demasiado.
- ¡Tan sólo quiero un poco de arroz con verduras!-
- Qué mala enferma eres, eh- se rió de ella, apartó el teléfono y se acercó más a la camilla para cogerle la mano- Te prometo que mañana cuando te den el alta, prepararemos juntas un arroz con verduras-
- Necesito llamar a la clínica ginecológica para pedir una revisión-
- Mañana llamarás. De todas formas, confía en Nora, ella te ha revisado unas cuentas veces, todo va bien, cariño-
- ¿Liam está como director en funciones?-
- ¡Malú! Solo han pasado unas horas, Liam estará durmiendo en casa después de la fiesta de ayer, no deberías estar pensando en eso. Olvida tu función empresarial por un día-
- Vanesa...-
- Dime- le besó la cabeza despacio, parecía mentira que siguiese oliendo a ella.
- Joan...- la abogada se revolvió en su asiento y prestó atención. No sabía si era el mejor momento para hablarlo, pero necesitaba información para presentar la demanda- me dijo que te acostaste con su hermano hace unos años-
- ¿Cómo?- frunció el ceño; no esperaba para nada aquella respuesta.
- No le escuché, me han llegado rumores sobre su hermano y créeme, no te gustaría nada como para encima, acostarte con él-
- Bueno, pero... eso qué más da, las dos tenemos pasado, obvio que ninguna llegó a la relación siendo una santa-
- Vanesa...- hizo una pausa que preocupó con creces a la abogada- Su hermano pegaba a las mujeres y las acosaba constantemente de forma sexual-
- Lo sé, Malú, lo sé- pensó dos veces qué decirle pero no nada le fue suficiente argumento. Hubo un incómodo silencio creado que duró unos veinte segundos, pero a la abogada se le hizo eterno. La empresaria no pudo apartar sus ojos de ella, y Vanesa sabía que la estaba analizando, pero era absurdo mentir.
- Ahora entiendo tu pánico en la cara cuando se te acercó Joan en el Greenwich... sabías que era su hermano-
- Malú, no deberíamos estar hablando de esto- aún convaleciente, era incapaz de dejar de preocuparse por ella.
- ¿Él te empujó?- la directora no le había dado otra opción que no fuese esa. Ella ni negó ni asintió, pero bien sabía Vanesa de sus silencios- ¿fue porque no le creíste o te habló de otras cosas?-
- Me comentó tu jugada con Jane, y me fue inevitable pavonearme de ambos-
- Voy a llevarte el caso- 
- Vas a quedarte quieta, Vanesa. Quiero que lo lleve Robbert, tú estás implicada y no beneficiará tu carrera que defiendas a quien es tu supuesta pareja-
- Puedo hacerlo-
- Ya sé que puedes, igual que también sé que ganaríamos contigo en el estrado, pero no puedo permitirlo-
- Malú, ya está hablado. No quiero debatir más este tema. Voy a llevar el caso junto a tu abogado- sentenció la conversación y al fin la directora la dio por terminada. Vanesa era incluso más testaruda que ella, y era absurdo intentar sacarle algo de la cabeza si estaba convencida.

Nora entró en la habitación con una bandeja de comida.
"Perfecto, lo que faltaba" - pensó la abogada. Si había estado escuchando quejas del hospital por parte de Malú durante la mañana, ahora vendría otra tanda por la comida que servían allí.
- ¡Malú! ¿Qué tal estás?- apoyó la bandeja en la mesita y le miró el gotero y la tensión.
- En ocasiones, he estado mejor- le dedicó una sonrisa tímida.
- Tranquila, de hecho creo que no pasarás la noche aquí-
- ¿De verdad?- se le ultimaron los ojos, y Vanesa reía desde una esquina.
- Quizás sobre las cinco puedas irte. Debo revisar un par de pruebas más y estaría todo listo-
- Oh Dios, necesito salir de aquí-
- ¿No te duele nada?-
- La cabeza un poco, pero no intensamente-
- Eso es normal. Puedes comer cuando tú quieras, ¿vale?- ella asintió con la cabeza y Nora le acercó la comida- Vane, ¿bajas a comer conmigo cuando Malú termine?- la miró un segundo. Debían hablar.
- Mmm sí, claro. No tardaré- salió cerrando la puerta y la directora le dedicó una mirada que ya conocía.
- Esto huele fatal, Vane- acercó su cara al plato y lo olió con fuerza- verdaderamente fatal-
- Sé que no es caviar, ¡pero podrás superarlo, hombre! Venga, intenta comer un poco- se levantó para ponerse de pie junto a su cama.
- Juro que te mataré en cuanto pueda moverme- rió por su sentido del humor pésimo.
- Querida, te faltan unos largos días por aguantarme en casa, yo que tú, no me tentaba...-

La cafetería estaba abarrotada de gente. Buscó a su amiga abriéndose hueco como pudo hasta que la encontró charlando con una compañera.
- Madre mía, ¿esto es siempre así?- se quitó la americana y la dejó en el respaldo de la silla.
- Me temo que sí- la chica desconocida se puso de pie y le tendió la mano- ¿Eres Vanesa?-
- Así es- ella le correspondió el apretón y le dedicó una sonrisa. Era materialmente imposible que fuese más guapa.
- Encantada, yo soy Angy- rondaría los treinta, como Malú. Quizás uno o dos años más joven.
- Lo mismo digo- se sentó justo delante de Nora.
- Os dejo comer tranquilas, hay alguien que tiene que trabajar- recogió su bolso y una carpeta con informes que habían abierto en la mesa- Si sales antes que yo, estaré en la planta siete. Tengo cardiología- puso los ojos en blanco y Vanesa no pudo evitar reír.
- Ánimo, guapa- Nora de despidió de ella y al fin se quedaron solas. Vanesa necesitaba algo de tranquilidad, y suspiró con ganas dejándose caer en el respaldo. Tenía ojeras, apenas había dormido y su estómago rugía como si llevase meses sin comer- Cuéntame, va. ¿Desde cuándo sabes que está embarazada?-
- Me enteré anoche, un poco antes de que sucediese todo-
- ¿Y tú? ... ¿qué piensas?-
- Quiero a Malú, amiga. Ya era hora de que encontrase a alguien con quien me apetece quedarme. Y aunque ese alguien sea una mujer multimillonaria y conocida por todas las cadenas de televisión y radio... no puedo negarle a mi cabeza lo que siento- hizo un pausa para levantar la cabeza y mirar a Nora- Y si quiere ser madre, yo no soy quién para decirle que no lo sea. Haré todo lo que esté en mi mano para que esto salga adelante-
- Vaya... por fin lo has soltado. Mucho estabas tardando- 
- Anoche, en la fiesta... me sentó en su mesa junto a su equipo directivo, y me presentó oficialmente como abogada de la revista-
- ¡¿Te has hecho abogada de Fraday Lorence?!- ella asintió con la cabeza.
- Me está demostrando a su manera que me quiere... y por primera vez, no me da pánico lo que pueda pasar- se levantaron hacia la nevera de sándwiches y cogieron la comida para hoy.

Cuando llegaron a casa, la abogada fue directa a la ducha y cayó rendida en el sofá después de ayudar a la directora a que se acomodase. Como le prometió, una vez que había despertado, le preparó su arroz con verduras.

Todas las mujeres que habitan en mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora