Wayward Winchester.

Wayward Sons. Chapter 48.

El cuerpo de Claire reaccionaba de una manera extraña a como esperaba. Algo muy dentro de ella quería acercarse a Azrael, pero sus instintos le decían que corriera en dirección contraria, y por ende solo se quedaba estática en su lugar.

Sus pies temblaban y no precisamente porque apenas dos minutos un temblor inundo el lugar sino porque su cuerpo estaba sumergiendo en miedo.

—¿Qué es que lo que pretendes?— preguntó Claire en un tono muy bajo de voz que solo los ángeles pudieron oír. —¿Qué quieres hacer?

—Mi padre me quitó mucho cuando me encerró lejos. Ahora quiero regresarle el favor— respondió Azrael caminando en círculos al rededor de Claire.

—¿Planeas destruir la Tierra?— a la rubia le temblaban los labios, pero aun seguía hablando y Azrael estaba intrigado con ese aspecto de su recipiente.

—No, claro que no. Me encanta la Tierra. Esta llena de vida, de diferente clases de vida de hecho. Es maravillosa— respondió el arcángel mirando de reojo a sus hermanos detrás de la rubia.

Gabriel y Castiel junto con Balthazar miraban a Azrael como una amenaza, y los tres estaban listos para atacar, con espadas en mano y poses de pelea muy tensas. Pero algo de esa escena llamaba la atención de Azrael, era como los ángeles parecían proteger un humano en especial, lo cual era peculiar.

—¿Acaso ustedes dos son Ángeles de la Guarda?— preguntó el arcángel señalando a Gabriel y Castiel. Entre ellos dos se miraron, pero solo uno negó la pregunta. —Castiel, uno de los serafines mas jóvenes pero mas leales, ¿cómo es que terminaste siendo un Ángel de la Guarda?

—No fue intencional— respondió Castiel moviéndose de forma protectora enfrente de Dean. —Me dieron ordenes, y esas ordenes me llevaron a cuidar de ellos.

—Ya veo— asintió el arcángel —Entonces me dirías que estas apegado a ellos ¿no? Incluso a ella, que llego mucho tiempo después que conocer al par detrás de ti.

Castiel no dijo palabra, pero por la forma en que miraba a Claire, y luego a Sam, Arzael lo supo todo.

—Esta bien, Castiel. Es normal. En mi tiempo también me encariñe con una humana. Un error fatal, pero paso. Luego con dos de mis hermanos.

—¿Una humana? ¿Tú, el primer arcángel creado?— preguntó Gabriel incrédulo y sin tragarse las habladurías de quien tenía enfrente.

—Estaba fascinado con ellos. Pero mi asombro llego demasiado lejos. Caí tan duro y tan fuerte que eso me mato.— respondió Azrael —La humana tal vez la conozcan. La última vez que oí de ella era un cuento para niños. Aunque, no sé que destino deparó mi padre para ella. Nunca lo supe con exactitud.

—¿Cuento para niños?— preguntó Dean confundido. 

—Lilith. La primer esposa de Adán— respondió Abbadon. —Ella fue llevada al infierno y fue convertida en la primer demonio y eso duro varios siglos en pasar. Después le siguió Caín.

Las expresiones faciales de los presentes solo hacían a Azrael sentirse mejor, de alguna forma u otra de que él era poderoso y lo estaba disfrutando al máximo.

—Tú tenías dos seguidores ¿no es verdad? En esta nueva vida, lograste que dos de nuestros hermanos te siguieran. ¿Qué paso con ellos, Araquiel y Harbonah?— Balthazar se hizo presente al preguntar sobre los ángeles desaparecidos.

—Los mate.— respondió con simplicidad y una sonrisa demasiado alegre para eso. —Verán, cuando fuimos liberados ellos quisieron regresar al Cielo y volver a lo que eran antes. Yo quería venganza. Ellos eventualmente se iban a poner en mi contra así que los mande a una mejor vida.