Wayward Sons. Chapter 12.

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El viaje de Lebanon, Kansas a Rangely, Colorado no fue corto, pero a ambos les sirvió para conocer un poco el uno del otro pero sin ponerse muy sentimental o intimo.

—Sam,— llamó Claire a lo cual Sam volteo a verla —¿por qué crees que me buscan, por qué me quieren matar?

Sam miró con atención a Claire antes de que volviera la mirada a la carretera delante de él. Un poco de curiosidad abrumo un poco a Sam con esas preguntas, un tema que habían dejado de lado y olvidado por un momento pero aun era prioridad.

—Y ¿por qué yo?— la voz de Claire sonaba dolida, como un pinchazo penetraba su corazón.

Ella sabia que su vida no era perfecta, solo Dios sabia cuantas veces había deseado no estar en esa Tierra, o de donde ella provenía y que por casualidad alguna bala le llegara a ella. Si su vida significaba algo, no lo sabía. Lo único que sabía era que en ocaciones era tan miserable que prefería estar metros bajo tierra a respirar un segundo más, pero se detenía de poner una bala en su cerebro o cortar sus muñecas porque el recuerdo de su madre la perseguía, si ella siguiera viva...

—No tengo idea, pero usualmente los demonios cuando buscan con persistencia algo es porque siguen las ordenes de alguien poderoso.— contestó Sam —En realidad no tengo mucha idea de lo que te pueda hacer especial. A menos que solo te quieran porque eres una Winchester— soltó una pequeña carcajada al decir lo último a lo que Claire solo levantó una ceja sin entender. —Estamos básicamente malditos, Claire, ser un Winchester es peligroso en este mundo, incluso con ser conocido nuestro podría matarte.

Claire no comprendió del todo las palabras de Sam pero entendía una cosa, sus problemas estaban lejos de acabarse y parecía que apenas comenzaban, de nuevo.

—¿Pero no tienes una teoría? Tú sabes más de los demonios que yo, seguro sabes sobre lo que les interesa. ¿Por qué yo?— Sam miró de reojo a Claire. Seguro la chica sabía defenderse y usar un arma, pero aun era muy ingenua.

—No mucho. Muchos de ellos se rigen por agendas personales, otros por las agendas a los que son leales.

—¿Por ejemplo?— agendas personales se podía entender, incluso espíritus malignos tenían ambiciones que cumplir, pero ¿seguir a alguien?

—El Rey del Infierno es un buen ejemplo, junto con Lucifer— Claire solo volteo a mirar a Sam algo asustada.

—¿Lucifer? ¿El Diablo, es real?

—Sí.— asintió Sam —Como sea, Lucifer no puede ser pues esta encerrado en la jaula. Los demonios pueden estar siguiendo ordenes y puede que sea Crowley quien este detrás de todo esto.

—Sam...— dijo Claire sintiendo una quemazón en su pecho, como si un fierro ardiente le estuviera siendo incrustado.

—Debo decir que es una buena conjetura, pero esta lejos de estar acertada.— la voz de la tercer persona en el auto sonó de forma tan inesperada que Sam perdido el control del auto un segundo pero logro detenerse al lado de la carretera.

—¡Crowley!— gritó Sam saliendo inmediatamente del auto sacando el cuchillo de Ruby de su espalda. —¿Qué haces aquí?

El hombre algo regordete bajó del auto ante la atónita mirada de Claire que aun sentía la quemazón en su pecho y dolía mucho como para poder ignorar.

—¿¡Él es Crowley!?— dijo Claire intentando enfocarse en otra cosa que no fuera el incesante ardor en el pecho.

Crowley parecía notar que había algo extraño con la chica, pero prefirió no decir nada pues no parecía ser importante en ese momento.

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