Capítulo 7

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Eugeo birthday:

- ¡Muy bien chicos! Estaremos repartidos así: Suguha trabajará con Ronnie en los juegos y la música. Kazuto trabajará con Sachi en las decoraciones. Mientras que Asuna y mi persona trabajaremos en los aperitivos. A trabajar.

Dicho esto, cada quien se dirigió a su respectivo labor, deberían mantenerse concentrados para terminar esa misma tarde. No sería fácil, pero lo lograrían.

- Alice-san - llamó la castaña, quien se encargaría de hacer el pastel. La mencionada volteó.

- Dime, Asuna-sama - respondió con una sonrisa. Esta aún no se acostumbraba al nombre, pero según Alice, se lo merecía ya que demostró su hallazgo en excelencia académica.

- Creí que tú estarías con Eugeo-san.

La rubia chasqueo su lengua, desviando su mirada un tanto irritada, la sola idea de recordar con quien se encontraba su pareja ahora le hacía hervir la sangre. Abrió el libro de recetas que tenía en la mesa y tomó algunos utensilios.

- Iba a hacerlo yo, pero una amiguita de Eugeo se ofreció en hacerlo. No dije nada, solo acepté.

Su tono lo decía todo, aquel comentario la había molestado y mucho. Guardó silencio y continuó con la preparación de aquel pastel de cumpleaños.

(...)

- ¿Tengo algo en la cara? - preguntó sonriendo.

Oh oh.

- ¡No! Digo, no...

Su rostro ardía por la vergüenza, no pudo disimular ni un poco. Le encantaba la idea de trabajar junto a Kazuto-kun, pero no podía dejar de verle al rostro. No sabía porqué pero ese día su rostro se miraba mejor que antes, más vivo y alegre.

Este río ante la reacción de su mejor amiga, terminó de hacer las decoraciones manuales y las puso sobre una mesa. Tomó con cuidado una escalera de mano pequeña.

- ¿Subes? - preguntó, observando a la contraria, esta asintió sonriente y subió con cuidado a las escaleras.

- Kazuto-kun - llamó de forma tímida. Este volteó a verla atento - ¿Si caigo tú me atrapas?

- No te dejaría caer nunca Sachi. - dijo el peli negro, pasándole unas cuantas decoraciones y pegamento.

Cuidadosamente fueron avanzando, dejando cada decoración a como se debía ver, dejando ver una sala más llamativa. Alice ofreció su hogar para hacer la fiesta de cumpleaños, ya que Eugeo pasaba más tiempo allí que en otro lugar, los señores Schuberg no tuvieron objeción ante la noticia, Eugeo era un muchacho educado y les parecía buena idea, ya que su sala era extensa.

- ¿Comenzaron sin mí? - preguntó la castaña claro. Sonrió al ver a los cuatro jóvenes.

- Selka-chan.

(...)

- Mamá... Puedo sola - mascullo la rubia. La mayor la miró de reojo y volvió a concentrarse en la comida.

Asuna sonrió ante la tierna escena que veía frente a ella. Le recordó aquellos días cuando su abuela le enseñaba a cocinar y disfrutaban de cocinar juntas los desayunos y cenas, y uno y que otro postre para la tarde. Con cuidado sacó el bizcocho de chocolate y lo colocó sobre la mesa para posteriormente cortarlo a la mitad y rellenarle de leche condensada, al terminar de rellenarle procedió a untar el merengue al bizcocho y decorar lo.

Observó como las dos rubias se retiraban de la cocina para recibir a la pequeña Schuberg de la familia. Ignoró eso y siguió untando el merengue, cuando hacía algo que le gustaba le era difícil desconcertar se.

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora