Por favor leer la nota al final
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Sentir el calor de su cuerpo contra el suyo la hizo suspirar, realmente había extrañado en demasía sentirse protegida en aquellos brazos donde sentía seguridad... Seguridad y amor.
— Kirito-kun... – susurró, aferrándose más al abrazo. – Kirito-kun...
Los ojos del pelinegro se entristecieron al sentir el cuerpo de su castaña temblar contra el suyo. Era como ver a una pequeña niña aterrada.
Al cabo de varios minutos, Kazuto logró recostar a su pareja, dejando que descansara, prometiendo que volvería enseguida « ya que Asuna al verlo levantarse de la cama estuvo a punto de romper a llorar al sentir el miedo inundarla otra vez », asegurando que sólo hablaría con sus padres.
Al salir de la habitación caminó directo a la sala, encontrándose con sus dos amigos y suegros, quienes le miraron bajar las escaleras esperando a que hablara sobre el estado de Asuna.
— Y ¿bien? – preguntó de una vez la Yuuki mayor. – ¿cómo está mi hija?
Kazuto desvió su mirada un momento, buscando las palabras correctas. Tenía miedo a decirles que su amada Asuna ya no volvería a ser la misma de antes, gracias a ese desgraciado.
— Lo mejor será que un profesional hable con ella. – logró decir, viendo como la pareja de padres se voltearon a ver aterrados, mientras que sus amigos le dedicaban miradas entristecidas. – yo no puedo decir mucho de su estado actual...
— Hablaré con unos contactos. – habló por fin el padre de Asuna. Levantándose de su lugar y retirándose de la habitación.
Eugeo se levantó de su lugar y se dirigió hacia su amigo, tomándolo de los hombros lo llevó hacia afuera de la casa, para que así tomara un poco de aire.
— No podremos acercarnos a Asuna-san. – declaró el rubio, oyendo a su lado un amargo suspiro de su amigo.
— Lamento lo que ocurrió Eugeo.
— No fue tu culpa, no es culpa de Asuna todo lo que ha ocurrido. Ha sido realmente difícil todo esto, desde su rescate hasta su mejora...
Su visita se bajó al oír un gemido bajo, notando como su amigo lloraba en silencio. Sintió como su corazón se estrujaba al verlo así.
Las cosas no debían acabar así. Pensó. Era completamente injusto.
— Mi...mi pequeña Asuna está sufriendo... Sufriendo consecuencias que no debería estar pasando... Todo por mi culpa, Eugeo. – susurró intentando no romper a llorar.
Su rubio amigo, lo tomó en brazos y lo abrazó fuerte, escuchando como el pelinegro suspiraba entre gemidos lastimeros.
— No es tu culpa, Kirito. – susurró contra su oído. – lograste salvarla de ese infierno, no fue tu culpa que Sugou estuviera enfermo de la cabeza.
— D-Debí haberla rescatado antes... E-Ella...
— Este es un nuevo obstáculo, Kirito. – dijo acariciando la espalda de su amiga de arriba hacia abajo,de modo de consuelo. – No le des el lujo a Sugou de ser el vencedor, demuestra que ahora puedes ayudarla a salir adelante, demuéstrale que el amor es más fuerte. Que su hilo rojo hoy es más fuerte que nunca.
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El silencio se hizo presente ante la habitación cerrada. Las ventanas abiertas deban paso a los rayos del Sol, iluminando la gran habitación.
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Hilo rojo
Fanfiction"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancia. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper" Una simple leyenda... Una simple leyenda ha unido a d...