Capítulo 12 EXTRA

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Las risas y felicitaciones reinaban el comedor de la familia Kirigaya, la emoción de saber que el varón de ésa familia ya había conseguido portadora de su amor era algo de que celebrar. Claro está no dejaban aún lado los consejos de que es lo apropiado y que no en una relación, y más aún si se trataba de jóvenes que aún no cumplían la mayoría de edad.

- ¡Y yo le dije: Escucha Midori, TE AMO y nadie lo gritara más fuerte que yo! ¡Cásate conmigo!

Relataba el Kirigaya mayor, causando las risas de los más jóvenes al escuchar lo tan entusiasmado, dejando a una Midori toda roja de la vergüenza.

- Déjalo, está ebrio, no sabe lo que dice - susurró contra el oído de su novia, quien rió al ver la tierna reacción de la madre del peli negro.

- Te amo Midori, no cambiaría estos dieciséis años por nada en éste mundo - dijo el peli negro, besando la mejilla de su esposa -. Que linda familia tengo, ahora tú formaras una relación formal con ésta chica, niño, ya eres todo un hombrecito.

- Para estar ebrio sabe lo que dice - susurró ahora la castaña contra el oído del contrario, éste asintió con una sonrisa.

- Lo sé - respondió, besando la mejilla de su novia, sonrió al ver el efecto que tuvieron las mejillas de ésta al sentir los labios de éste contra su mejilla.

(...)

- ¿Quién soy?

Una sonora risa escapó de los labios de la castaña, al tomar las manos de su amigo de cabellos rubios.

- Eugeo-kun - dijo y volteó a verle, éste correspondió su sonrisa -. Gracias por aceptar mi invitación

- No hay problema.

Ambos tomaron asiento en una de las tantas bancas de aquel parque, el día estaba acabando el sol mostraba los anaranjados rayos de luz. El viento soplaba fresco y de forma suave, dejando un ambiente relajante para poder conversar.

- Si tienes alguna duda de Kirito-kun, puedes acudir a mí - aconsejó, posando su mano sobre el hombro de la fémina -. Yo no te voy a morder.

Rió ante el comentario del rubio, al referirse a Sachi, quien rápidamente podía sacar humos de la ira y los celos con solo verla con Kazuto. Su tarde se centró en risas y consejos, conociéndose más a fondo.

- Ya veo... Kirito-kun realmente tiene mucha suerte al tenerte Asuna-san - dijo el rubio sonriendo -. En ti abundan las risas y el amor.

Sus mejillas ardieron en un tono leve carmesí, paso a paso iba conociendo y aprendiendo un poco más de los amigos más cercanos de su novio. Su pequeña charla fue cortada al escuchar como caía un mensaje a uno de los celulares de ambos.

- Oh, disculpa - dijo apenada la fémina. Tomó su celular y abrió la conversión.

-Tranquila - respondió éste, observó como sonreía mientras tecleaba alguna respuesta en su celular, pero notó como la sonrisa de Asuna se torció al escuchar y ver como otro mensaje caía en su mensajería - ¿Ocurré algo, Asuna-san?

Sus amielados ojos subieron la vista y se encontraron con los celeste/verdosos ojos del contrario, su mirada denotaba temor y preocupación, éso le alarmó por completo, ¿algún problema?

- ¿Asuna-san?

- Eugeo-kun... Tengo... Tengo miedo..

Dijo y volteó la pantalla de su celular mostrando la conversación con la persona que le había escrito, mostrando una fotografía, en ésta se mostraban ellos dos en la misma banca. Otro mensaje calló mostrando ahora como Asuna le mostraba el celular y éste miraba la conversación. Volteó instintivamente y se levantó de la banca, tomando la muñeca de su acompañante e ir a verificar el peligro del indudablemente acosador que perturbaba a su amiga.

- No... No veo a nadie - musito el más alto, para así acercar a su amiga y estrechar la entre sus brazos.

- Vamos a un lugar más seguro... Quizás podamos hablar de ésto.

- Sí... Debemos...

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora