—Los borrarás permanentemente.
—¿Disculpa?
—Lo que haz escuchado, Quinella. Borrarás sus recuerdos permanentemente, sí o sí.
—No estoy segura sí podré hacer tal cosa, es algo totalmente extremo.
—No quiero que aún exista alguna pizca de recuerdo en ella sobre ese mal nacido, ¿me oíste?
—¡Eso no fue lo que acordamos!
—Escúchame Quinella, si fuiste capaz de borrar le la memoria a la mitad de los habitantes del maldito Japón, ¡serás capaz de aniquilar los recuerdos, sé que los tienes aún en una maldita base de datos, así que los borrarás!
—Vete al diablo. No mataré su cerebro, por tu falta de sexo.
—Sí Quinella, esto es sobre mí, ¡Todo el maldito tiempo se basó en mí! Así que lo harás o me haré cargo de que te pudras en la cárcel. Tienes hasta el viernes.
La videollamada se cortó. Dejándola realmente preocupada, gruño.
(...)
—¡Cambio!
Grito apartándose de la batalla de un salto, se alejó lo suficiente para que su compañero de batalla logrará entrar a la batalla.
—¿Con quién pelea Kazuto-kun?
—Ella es Sortiliena Serlut. Ella es una leyenda por su gran habilidad en la espada, siempre carga en cada pelea su látigo, es increíble ver como puede dar firmes golpes con ambas armas. Kazuto-kun tuvo la gran suerte de enfrentarla en una competencia de esgrima, perdió ante ella, pero él fue capaz de darle dura pelea, ella misma lo admitió.
Volteó su mirada hacia la batalla, viendo como el peli negro peleaba con todas sus fuerzas contra el temible dragón. Varios de los jugadores se quedaban lejos de la batalla observando como el único que recibía daño era el espadachín negro.
—¿Por qué no estás en la pelea, Alice-san?
—Kazuto-kun me pidió que no peleará con él esta noche, así que decidí pelear contra un Boss más temprano.
Asintió lentamente, observó como varios de los jugadores miraban desde una distancia moderada la pelea de Kazuto contra el gran dragón. Le pareció extraño tal cosa, él era el único que estaba recibiendo daño con los ataques del Boss.
—¿Por qué no pelea Sortiliena?
—Lo más seguro es que Kazuto-kun se lo haya pedido. Él es muy bueno peleando y prefiere pelear contra el Boss solo antes de que cualquier persona llegué y se lleve el crédito.
—¡Vamos sé que todos ustedes pueden pelear contra el nuevo Boss, porque todos son ganadores!
Se escuchó como la hermosa idol daba ánimos a aquellos que aún no peleaban, para entregar vitalidad a los jugadores y no dejar que Kazuto perdiera tan fácilmente. Algo descarado, pero con una razón en especial.
—Eso es muy tonto. ¿Por qué lo hace?
Una sonrisa melancolíca se forma en su rostro, esta dirigió su mirada hacia el espadachín negro y bajó su mirada, cerró sus ojos conteniendo las lágrimas y miró de reojo a su mejor amiga con una sonrisa falsa.
—Tenemos una fuerte razón del porqué lo hacemos.
—¿Cuál es esa razón?
—Amor.
(...)
—¡Buen trabajo! Por tu mayor esfuerzo te entregaré un premio extra.
Levantó la comisura de sus labios al sentir el pequeño beso que le entregó la idol. Al serle entregado los puntos, suspiro del cansancio y se dejó caer al suelo, sentándose a descansar un momento de toda la batalla.
—Buen trabajo, Kirigaya-kun.
Felicitó la castaña, se acercó a él y se hinco frente a este un momento.
—Haz mejorado. Te felicito. Me vas enorgulleciendo.
—Gracias a ti, Serlut-sama.
Sonrió de lado y le extendió su mano, este la tomó y sonrió de igual forma.
—Dime Sortiliena.
—Kazuto.
Asintió con aquella linda sonrisa en sus labios. Vió de reojo como Alice y Asuna se acercaba hacía ellos. Retiró su augma de su oreja y sonrió al ver a su castaña tan hermosa como todos los días.
Asuna:
La señorita Sortiliena era una mujer totalmente bellísima, sus rasgos faciales, postura y forma de hablar demostraban que era de una familia noble.Al acercarnos pude observar como Kazuto no apartó la sonrisa de sus labios al verme, eso me hacía sentir tan bien.
Alice se adelantó para felicitarle la victoria, me quedé a unos cuantos pasos de ellos, miré hacia un lado notando como un joven caía al suelo alarmando a sus amigos, caminé unos cuantos para hacia su dirección, pero un ensordecedor ruido resonó en mis oídos, el dolor era tan agudo que sentía como mi cuerpo se había quedado inerte por unos segundos hasta caer contra el suelo. Todo se había vuelto oscuro.
—¡Asuna!
Sus gritos hicieron eco en mi cabeza. Sentía como todo esto era un maldito deja Vu.
(...)
—¿Lo lograste?
Esta volteó con una arrogante sonrisa en sus labios, uno de sus oídos sangraba, aquel que portaba el augma. Rió a carcajadas y se acercó al rubio.
—Eugeo... – susurró. – Yo siempre logró lo que quiero.
—¿Es esto lo que querías?
—No, pero, ver el miedo en sus ojos me satisface... Mucho.
Este guardó por un momento. Se colocó su Augma y se detuvo frente a la puerta.
—Él vendrá pronto. Espero y para ese entonces ya estés lista – dijo y cerró sus ojos –. Ordinal Scale activado.
(...)
—Ella ya no recuerda ni su propio nombre – dijo la abuela de la castaña. Sus ojos demostraba el horrible momento que estaban pasando.
—¿P-Perdió por completo la memoria?
Tapó su boca con sus manos ante tal noticia, sus ojos se cristalizaron al escuchar la noticia. Nuevamente se encontraban en un hospital.
—Los doctores estarán haciendo unos exámenes para ver si hay algún recuerdo fragmentado.
Observó de reojo como su amigo dió media vuelta y se dirigió hacia la puerta principal del Hospital. Corrió a pasos rápidos hacia él, tomándolo de la muñeca.
—¿A dónde vas? – preguntó con cierto aire enojado. – No te puedes ir cuando más nos necesita Asuna-sama. ¡¿A-Acaso... Acaso se estás rindiendo?!
Apretó sus puños y se giró sobre sus talones.
—¿Vienés o te quedas? – preguntó y sacó las llaves de su motocicleta.
—¿Qué?
—Sí Asuna está en estas condiciones puede empeorar, muchos pueden y eso cuenta a Eugeo. Ya no seguiré esperando más y que Quinella esté dispuesta a aniquilar los. Voy a salvar a la mujer que amo.
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Hilo rojo
Fanfiction"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancia. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper" Una simple leyenda... Una simple leyenda ha unido a d...