Capítulo 18 Extra

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Asuna:
Mi corazón latía rápidamente, no pensaba detenerme. No soporte estar en mi hogar un segundo más, las lágrimas amenazaban en salir en cualquier momento por el miedo que me invadía.

Flashback _ :

— ¡No tienes derecho a comprometerme con alguien que no conozco! ¡No voy a comprometerme con él! Y ¡NO ME CASARÉ CON ÉL!

Salí de la habitación enfurecida, no podía creer que mi propia madre me había comprometido con un hombre que nisiquiera conocía, no sentía nada por él y ahora quiere que me casé con él, porque sí.

Salí al patio a tomar aire, necesitaba estar sola, por un momento. Pensar un momento en todo lo sucedido, por sólo un segundo escuché como alguien se acercaba, no miré tras mío, ni dirigí una sola palabra.

— Asuna... – musito. No lo miré, ni siquiera sabía que estaba haciendo aquí, si debería ser mi madre.

— Mi madre te ha mentido, no debiste seguirme – dije y miré al cielo. Escuché como este suspiro y tomó mi hombro –. Yo... Yo ya amo a otra persona. Lo lamento.

Una maliciosa risa escapó de sus labios, antes de que yo pudiera voltear mi espalda chocó contra la pared más cercana, gimotee ante el dolor que sentí en aquel momento.

— ¿Crees que eso me importa? – inquirió mostrando una sonrisa que llegó a aterrarme.

Una de sus manos tomó un mechón de mi cabello y lo llevó a su nariz para inhalar su aroma, gruñi ante su acto atrevido.

— No me conoces en lo absoluto.

Una carcajada escapó de su boca, me estaba enfureciendo. Soltó mi mechón y llevó sus dedos a acariciar mi mejilla. De arriba hacia abajo.

— Te conozco a la perfección, Asuna.

— ¿Cómo estás tan seguro? – pregunté. Sentía mi sangre hervir.

— ¿Quién crees que contrató a Shouichi Shinkawa? – preguntó con sorna.

Palidecí al escuchar el nombre de aquel hombre que me había provocado tantos problemas. Mi cuerpo automáticamente empezó a temblar. Sentía que en cualquier momento podía desfallecer me.

_ Fin del flashback. _

¡NO ME CASARÍA CON UN ACOSADOR!

Lo único que quería es estar a salvo, gritar hasta que mi garganta me permitiera. Toda mi realidad había cambiado desde que mis padre aparecieron en el hogar de mis abuelos.

No me importó estar aún en pantuflas, que aún vistiera con un vestido. Sólo quería estar lejos de mi hogar, hasta que supiera que todo estaría bien. Mis piernas poco a poco perdían fuerzas y mis pulmones pedían más oxígeno, en cualquier momento podía derrumbarme y llorar en el suelo.

Mi cuerpo tuve que detenerse al chocar contra alguien, cayendo sobre su cuerpo, mis piernas y parte de mis brazos recibieron raspones ante el impacto. Me disculpe repetidas veces en pequeños susurros, las lágrimas corrían por mis mejillas.

— ¿A-Asuna-sama? – preguntó una confundida voz familiar. Abrí mis ojos extrañada.

Reconocí a mi mejor amiga y al pobre de Eugeo quien recibió la peor parte de la caída.

— ¿Estás bien, Asuna-sama? – preguntó rápidamente. Se incó y me abrazó fuertemente.

— Alice-san – musite correspondiendo su abrazo lentamente. Solloce en su hombro.

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