Capítulo 26

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Comenzar de cero:

¡Asuna-sama!

Su cuerpo rodó por los suelos, ante el fuerte golpe. Su espada cayó lejos de ella, intentó alcanzarlo estirando su brazo derecho; su cabeza había sido golpeada por el pilar del edificio donde había comenzando la pelea del famoso juego Ordinal Scale.

Varios monstruos se habían hecho presentes en diferentes puntos, llamando la atención de varios jugadores.

Levantó su cuerpo lentamente del suelo, viendo como Yuuki y Alice intentaban mantener el nuevo boss lejos de ella. Con mucho esfuerzo sus rodillas y manos la ayudaron a mantener el equilibrio, para poder acercarse a su espada, yacía a unos metros lejos de ella.

La barra de vida que le quedaba estaba a unos cuantos golpes de llegar a cero.

—¡Esto se está saliendo de control!

No había escuderos cerca, debían correr, esquivar con rapidez los rápidos pasos de aquel lobo, se camuflada con la niebla que emanaba. Nuevamente este se camufló, preparando su nuevo ataque.

—¡Maldición! – gritó la rubia, tomó a la castaña a su lado y guiño de su brazo para correr –. ¡Vámonos Yuuki-chan!

Corrieron hacia Asuna, y la tomaron de los brazos para huir de ahí.

Los rápidos pasos de alguien, las tomaron de imprevisto, voltearon a verle y era Eugeo. Este al ver que el Boss corría hacia ellas, tomó su espada y esperó el momento para lastimarle.

—¡Será mejor que se aparten!

Se escuchó la voz de este. Corrió hacia el feroz lobo y alzó su espada, lastimando su cuerpo con agilidad y rapidez. Saltó a un lado esquivado el golpe que el animal le daría, viendo como este se inclinó, del suelo aparecieron varios picos, lastimando a todo aquel que estuviera cercano o alrededor de él.

Naranja, rojo...

(...)

Acariciaba lentamente el Augma, los rápidos pasos de alguien la hizo levantar la mirada.

—Alice-san... – dijo intentando calmar su agitada respiración.

Guardó silencio preocupada. Se levantó de su lugar y de acercó al peli negro. Sus ojos se encontraban cristalizados.

—Kirito-kun... Lo lamento – dijo en un tono entrecortado. Secó con brusquedad sus lágrimas –. I-Intenté...

Negó con la cabeza y la abrazó fuerte, acarició sus cabellos e intentó consolarla.

—¿Qué ocurrió?

—No lo sé... Sólo se desvaneció cuando su barra de vida llegó a cero.

La presencia de una mujer llamó su atención, Kyuoko Yuuki. Esta se acercó a los dos jóvenes, su rostro de encontraba serio.

—Kirigaya-kun. – llamó la mujer. Este se separó de la rubia y de acercó a la mayor –. Quiere verte.

No dijo más y dió media vuelta, caminando por el largo pasillo dirigiéndose a la habitación donde se encontraba su hija.

Caminó a pasos largos, sintiendo una inmensa presión en su pecho, le preocupaba el estado de su novia, al recibir la repentina llamada de Alice no dudó dos veces en dirigirse al hospital.

La castaña mujer se detuvo frente a la puerta, mirando con dureza al joven que tenía en frente.

—No quiere ver a nadie más que a ti.

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