Su mirada denotaba tristeza, preocupación, miedo. Sus manos se mantenían apegadas contra su pecho, sintiendo inevitablemente los fuertes latidos de su corazón.
« Eugeo-sempai... »
— Tieze-chan, ¿qué pasa?
La pelirroja, miró por unos segundos a la castaña oscuro a su lado y volvió a ver la ventana frente a ella.
Eugeo y Alice discutían.
— Es mi culpa...
— ¡¿Cómo que tú culpa?! ¡Pero si te estabas ahogando!
La pelirroja hizo señas de que bajara un poco la voz, sus ojos lentamente se cristalizaban al ver como Eugeo detenía a Alice de alejarse de él. Otra vez discutían por ella.
— S-Sólo fue un calambre... É-Él no debió ir por mí, R-Ronnie ya me estaba ayudando...
Lentamente su voz se quebraba. Un gran dolor se concentró en su pecho al ver como Alice abofeteaba a Eugeo.
— ¡Es mi culpa! – gritó antes de correr hacia la planta alta de la casa.
— ¡Tieze-chan! ¡Espera!
Ronnie fue detrás de ella, se había levantado de la mesa donde jugaba damas junto a Sugu. Un silencio incómodo se creó en el ambiente, ambas chicas miraron hacia la ventana buscando a la pareja de rubios. Estos ya no estaban a la vista.
— ¿Juegas damas?
— Si es para romper el hielo, sí.
(...)
— ¿Una fiesta?
Asintió, sujetando la cintura de la castaña, manteniendo la cercanía entre los dos.
— Nunca he ido a una fiesta con ese tipo de temáticas – comentó la castaña, lentamente acariciaba los cortos mechones de cabello de la parte inferior de la cabeza de su novio.
Ambos se encontraban a cierta distancia de sus amigos, nadando juntos en las cálidas aguas de la hermosa playa en la que se encontraban.
— Se siente bien estar así, juntos.
Musito el de ojos negros. Sonrió al ver la hermosa imagen que tenía de frente, un hermoso atardecer que iluminaba a su castaña favorita.
Asintió como respuesta, correspondiéndole la sonrisa. Tomó las mejillas de su novio y lo atrajo hacia ella, para así depositarle un casto beso en sus labios.
— Debemos salir, o pescaremos un resfriado – comentó la fémina, tomó las manos de su peli negro y lentamente se dirigieron a la arena.
(...)
Asuna:
La noche ya había caído, preparé una rápida cena para todos... Bueno para todos menos Alice y Eugeo, me dijeron que salieron un rato así que no tendría que hacer mucho.Me había puesto el hermoso vestido que me había regalado la señora Midori, era realmente cómodo y nada llamativo a las pijamas que normalmente utilizaba. Sugu se ofreció para ayudarme, fue muy amable de su parte, no había interactuado mucho con ella; siempre se encontraba ocupada o fuera de casa.
No pasó mucho después de la cena, las chicas decidieron irse a dormir temprano, ya que se encontraban exhaustas. Yo no era la excepción, solamente esperaba a Kazuto, intentaba llamar a Eugeo y a Alice, pero ninguno contestaba. Quizá y quieren un momento a solas. Las sabanas de la cama fueron levantadas por Kazuto, voltee a verle y sonreí. Nos acomodamos lo mejor posible, la cama no era para nada pequeña, pero nos gustó la idea de dormir juntos.
Kazuto apagó las luces de nuestra habitación y besó mi frente.
— Buenas noches, Asuna.
Sonreí y besé su mejilla.
— Buenas noches, Kirito-kun.
Sentir su calidez me hizo sentir tan protegida que en cuestión de segundos quedé profundamente dormida. Su embriagante aroma fue lo último que presenció mi nariz y sus cálidos brazos abrazarme.
Una fuerte luz me forzó a abrir los ojos, no sé cuanto tiempo pasó, pero ver las reacciones de todas era claro que era muy tarde.
— ¡No quiero oír tus excusas, Eugeo!
Sus manos halaban fuertemente de mis muñecas, mis ojos intentaban acostumbrarse a la repentina luz.
— ¡Ya te dije que no son excusas, Alice! ¡Eres tú la que no quiere escuchar la verdad!
— ¡¿Ahora soy yo la que se crea historias en la cabeza?!
— ¡Sí, Alice!
« ¿Qué está pasando? »
— A-Alice-san... – musite. Pude ver de reojo como Kirito salía de la habitación igual de confundido que yo.
Mi mejor amiga dejó atrás a Eugeo, caminando a largos pasos, noté como Sugu, Liz, Ronnie y Tieze miraban preocupadas la escena.
Alice chocó su hombro contra el de Tieze, provocando que está retrocederá unos cuantos pasos, iba a reclamar esa reacción, pero Alice nos adentró a la última habitación del pasillo. Encendió la luz y se arrojó a la cama, lanzando patadas al colchón.
— Alice-san...
— Asuna-sama... Pienso terminar con Eugeo.
— ¡¿QUÉ?!
Podría jurar que mi boca se abrió lo suficiente para hacerla incomodar. Trague fuerte ante tal repentina noticia, no lograba entender nada en lo absoluto.
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Hilo rojo
Fanfiction"Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, lugar o circunstancia. El hilo rojo se puede estirar, contraer o enredar, pero nunca romper" Una simple leyenda... Una simple leyenda ha unido a d...