Capítulo 51. Extra

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Escuchaba a lo lejos los regaños de las enfermeras, su mente no se encontraba centrada en el lugar donde estaba. Lo único que quería era correr hacia su amada castaña e ir la a abrazar para nunca más soltarla.

—Joven, ¿me está escuchando? – preguntó una de las enfermeras, que aparentaba mayor edad y experiencia.

Asintió como respuesta, llevándose un suspiro por parte de la mujer. Después de asegurarse de que la herida no fuese a abrirse, salió de la habitación.

—Kazuto-kun. – escuchó la voz de su mejor amigo. Volteó a verlo haciendo una mueca.

—Eugeo. – dijo. – ¿Cómo está Asuna?

Este cerró sus ojos y suspiro acercándose a su amigo, acarició su cabello antes de mirar a su amigo.

—Ella está bien, tranquilo. – dijo. – Sólo llegaron hace unos minutos unos oficiales para preguntarle sobre lo que sucedió en el tiempo que estuvo secuestrada en casa de...

—No... – este lo interrumpió cambiando su poco buen humor en uno muy serio. – Digas su nombre.

El rubio asintió, rascó su mejilla para intentar destensar la situación.

—¿Cómo está tu herida?

—Lo que importa ahora es que Asuna está bien... – susurró.

—Fue imprudente que corrieras cuando escuchaste que Asuna ya estaba despierta. – regañó el rubio.

—Hey, ya recibí muchos regaños hoy, ¿no crees? – dijo alzando poco la comisura de sus labios.

Eugeo cerró sus ojos con una sonrisa en labios, para negar lentamente y acercarse a su amigo.

—Arriesgaste tu vida en ese lugar, Kirigaya. – pronunció cambiando su semblante a uno preocupado.

—Ella lo vale, Eugeo. – respondió. – Lo vale y arriesgaría mi vida muchas veces más. Si es por ella, lo haría.

Cerró sus puños sintiendo como la sangre hervía por dentro, nunca se perdonaría por su cobardía y su inútil forma de actuar cuando su familia estuvo en peligro en garras de un desquiciado.

—Por mi familia, a quien amo.

—Tu familia está bien. – cambió de tema. – ahora eres tú la prioridad, tienes una herida profunda por la cual debes cuidarte.

—Ni lo menciones. – dijo recostando su cabeza en la almohada de la camilla. – Estoy me dejará en cama por mucho...

—Tú dijiste que valió la pena. – atacó con una ceja alzada.

—Nunca dije que quiero retractarme. Aunque deba pasar por muchas cosas,  las soportaría por mi familia, son mi fortaleza, mi razón de luchar.

La sonrisa de Eugeo llamó su atención. Alzó sus cejas al verlo.

—Que cursi, ¿no crees?

—Lo sé, y el cursi aquí eres tú. – contraatacó el pelinegro. – Aún recuerdo tus métodos de ligue cuando querías conquistar a Alice.

Su sonrisa fue cambiada por unas mejillas sonrosadas, había dado en el blanco. Eugeo desvió su mirada avergonzado, su pelinegro amigo simplemente se limitó a reír.

—Ouch... – dijo dirigiendo una de sus manos hacia la herida ya cerrada. – eso dolió.

—Eso es Karma. – respondió su amigo, en tono ofendido.

—Tú no crees en eso.

—Pues ahora sí.

Y lo único como respuesta que recibió fue un almohadazo de parte de su amigo.

(...)

Asuna:
Con sumo cuidado acaricie mi vientre plano. Mantenía mis ojos cerrados ante las interrogantes de los oficiales. Sabía que querían mi declaración, pero, necesitaba tiempo, tiempo para procesar todo lo sucedido.

—Si no se siente preparada para dar su declaración por escrito, no hay problema señorita Yuuki. – habló uno de los oficiales. – podemos darle tiempo, es decisión suya si también desea darla en la corte.

—Y-Yo...

Pensar que estaría presente y en la misma habitación que el hombre que tanto daño provocó en mi un escalofrío terrible.

Por mi mente fugaces recuerdos de todo lo que había vivido en esa casa me atravesaron.

Notando que inconscientemente empecé a llorar.

—D-Desde... El primer momento que estuve bajo su techo supe que las cosas iban a ser difíciles. – musite, intenté hablar lo más fuerte posible, pero el nudo en mi garganta no ayudaba en mucho. – Todas las noches me golpeaba o abofeteaba por no obedecerle o no darle el afecto que su "esposa" debía dar.

Escuché como uno de los oficiales empezaba a escribir mi declaración. Cerré los ojos, sintiendo como las lágrimas quemaban sobre mis mejillas.

—Siempre intentaba ocultarme, para no ser dañada. – continué declarando. – Una vez intenté escapar, fue hace un par de días...

Inhale muy fuerte, sentía que todo el oxígeno que tuve en mis pulmones, ya simplemente se había agotado. Intentaba limpiar las lágrimas, pero estas se negaban a cesar.

—L-Le... – intentaba hablar entre todo el llanto. – importó... Le importó muy poco que estuviera embarazada... P-Para...

Y no contuve más el llanto. Sentía mi pecho subir y bajar con brusquedad, el dolor que cargaba en mi pecho por lo ocurrido esa noche...

—Señorita Yuuki, podemos term...

—C-Creí que había perdido a mi bebé... – susurré intentando calmarme, para terminar mi declaración.

O al menos desahogarme un poco. El miedo por el cual lloraba, la razón, era Kirito. Tenía mucho miedo a decirle lo que ocurrió esa noche.


















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Lo seeeé. Muy corto.

Lo siento:(

Pero estoy enferma y he tenido bajones emocionales por problemas personales.

Les prometo que el siguiente capítulo será mejor que este.

Dejen su valiosa Estrellita que me motiva a seguir y me alegra saber que hay nuevos lectores.

¡Gracias por leer mi historia!

Si no fuera por ustedes, hubiera terminado por borrar esta historia:(

Estamos pronto por llegar a los últimos capítulos.

Poooooor cierto chicos:

Noté que hay capítulos con pocos votos y otros con más.

Sé que escribo horrendo, pero dejen su Estrellita:(
Eso me subiría los ánimos un poco y me sentiría mejor para escribir.

Gracias por leer de igual forma, no es obligatorio hacerlo don't worry. Con saber que disfrutas el libro, dímelo en los comentarios.

Nos leemos después, los amo, gracias en serio por leer mi libro, hasta pronto :3

Hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora