Nuestra noche

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- hey despierta- escuche la voz de Carlos moviéndome con  algo de desesperación- Alex ya no me asustes- cubrí mi rostro.

-déjame descansar- y soltó un suspiro anoche regresamos algo tarde al hotel. Fue una magnífica noche.

- tuve que ponerte el oxígeno,  no respirabas bien y lo dejas de hacer por minutos. No sentiste nada?- negué y me abrazo- no lo vuelvas a hacer. No puedes quitártelo, tus pulmones están débiles- bufé

-Está bien,  mejor vamos a desayunar- soltó un suspiro y asintió.

- vamos hija, solo olvidemos esto- asentí y nos dirigimos a la cafetería? , bueno como se llame.

La cuestión es que la mañana paso muy rápido y Gaby vendría a almorzar con nosotros, Carlos estaba feliz por mi felicidad y yo solo nerviosa porque esta noche sólo cenaremos las dos juntas.

- ya hice la  reservacion en un restaurante que me recomendaron los del hotel. Solo ustedes dos, hasta conseguí una habitación para ti y ella por si deseas privacidad- en ese momento comencé a toser.

- no,  no y no , no me siento preparada para eso- el negó divertido.

- de igual manera esta la habitación por si ella quiere dormir contigo por si llegan tarde o no se- solté un suspiro.

En unos minutos debíamos bajar para ver a Gaby. Yo no me sentía preparada para lo que Carlos cree que si lo estoy.

Me puse algo que bueno, Carlos odia.

- busca otra cosa, por que no un traje?- rode los ojos- esta muy roto - negué divertida y bese su mejilla

- se que lo odias pero es lo único de mis piernas que verá esa chica, no me pondré ningún vestido- soltó una carcajada.

- no será una mala idea- rode los ojos.

- no, no lo haré. Soy todo un macho pecho peludo - me abrazó.

- eres mi niña, ahora si nos vamos -  asentí y salimos de allí,  lleve todos los regalos que le he comprado durante todo este tiempo a Gaby. Siempre que veía algo que podría gustarle se lo compraba para luego poder enviárselo, pero no  tenía el dinero suficiente. Ahora ya puedo dárselos y noo lo puedo creer.

- Amor!!!- grito mi hermosa novia y solo corrí hacia ella - Wow que paso?- olvide el oxígeno.

- el paranoico de Carlos me obliga a usarlo - hizo una mueca.

- no soy paranoico, solo que ella no se sentía bien- lo observe indignada.

- gracias- sonrió y llegamos al auto.

- debes cuidarte mejor amor.  Sabes que no me importa si usas el oxígeno,  en realidad te ves mas guapa- negué divertida.

- gracias amor- tomó mi mano.

Conocimos muchos lugares hermosos, almorzamos comida típica de aqui y me obligaron a tomar jugo de maracuya a pesar que lo odio.

Paso muy rápido el día y la tarde, pero debía ahora yo llevarla a cenar.

- bueno amor te paso a buscar en un par de horas- asintió,  estábamos agotados y debíamos descansar para la noche.

No es sólo un sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora