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Mi teléfono comenzó a sonar y mi mano tanteo en la mesa de noche para detener ese maldito ruido.

—Cállalo -se quejó Hoseok cubriéndose el rostro con su almohada

Por fin lo encontré y logré callarlo, pero me quedé tumbada en la cama, no me quería despertar, no quería levantarme.

Me perdí por unos minutos más hasta que por fin desperté bien y me di cuenta de que me había... nos habíamos quedado dormidos dos horas más. Eran las 12 pm y el sol ya había entrado por la ventana desde temprano, pero hasta ahora me di cuenta.

Me levanté y antes de que Hoseok lo hiciera y se metiera al baño tomé mi maleta y gané. Me di un baño refrescante y pude cambiarme de ropa.

—El abuelo nos espera en el restaurante -fue la noticia que me recibió cuando salí del baño

—¿Para qué?

—Yo qué voy a saber -tomó su maleta y entró al baño

Ahora siempre que el abuelo quería hablar con nosotros debía esperarme lo peor, ese hombre siempre tiene unas ideas muy locas.

Después de un rato esperando por Hoseok, juntos bajamos al restaurante del hotel donde nos encontramos con sus abuelos, sus padres y con Donsung.

—Loren ¿Cómo amanecieron? -preguntó el abuelo

—Bien, gracias -sonreí

Nos sentamos junto con ellos en la mesa y pedimos el desayuno.

—Ahora son oficialmente marido y mujer -dijo feliz -tú y yo ahora tenemos de qué hablar

Por fin.

—Pero eso será después, lo que importa ahora es ¿Dónde vivirán?

Nos miramos por unos segundos al tampoco haber pensado en eso.

—Pues... -miré al abuelo -n-no lo sé

—Ahora son marido y mujer, tiene que vivir juntos, si no tienen una casa, compremos una ahora mismo

—No, no -dije rápidamente -si me permite, quisiera quedarme en mi casa, Hoseok puede mudarse

—Eso es una buena idea

—Claro que no -sonrió Hoseok -no quiero

Tomé su mano por debajo de la mesa y la presioné con fuerza para que cerrara la boca.

—No se diga más -sonrió el abuelo -pediré que preparen una maleta con sus cosas y que las lleven a su nueva casa

—Claro -dije -los estaremos esperando

Al final, sus padres, sus abuelos y Donsung se fueron, nos despedimos de ellos en el estacionamiento y cuando ya no estuvieron más, nosotros fuimos a casa. Todo sería bueno para mí si solo fuera yo la que estaría en casa, pero no, ahora no viviría sola por los próximos 100 días. Y la maldición comenzó cuando Donsung se llevó el auto de Hoseok y por eso tuvimos que irnos juntos en el mío.

—Me da demasiada curiosidad por ver en qué clase de lugar vives

—Es un hermoso vecindario -dije -con una hermosa casa y una bella decoración

—Viniendo de ti, no me lo creo

—Ya lo veras

Cuando llegamos a mi calle, la mirada de Hoseok me decía que no era lo que esperaba, menos cuando estacione en la cochera de mi casa. 

100 Días (JungHoSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora