Era fin se semana y como ya lo tenía planeado, me desperté tarde sin ningún apuro ya que la reunión sería hasta las tres de la tarde así que por la mañana me quedé en pijama y así bajé a la cocina en busca de algo de comer.
En realidad, fue un día normal. Hoseok y yo hablamos de cosas sin importancia, vimos un poco de televisión y cuando fue momento cada uno subió a sus habitaciones para arreglarse.
Busqué en mi armario algo qué ponerme y terminé encontrando un lindo vestido azul, era corto y no estaba segura de si fuese algo apropiado para la reunión, pero era lo único que tenía y ahora no podía ir al centro comercial para buscar uno.
Me di un baño, me peiné con una coleta rizada con una trenza pequeña al costado, me maquillé un poco y después me puse el vestido. Siempre se ve más largo fuera de mí. Me miré en el espejo y no me sentía del todo cómoda, era más corto de lo que esperaba y era más corto de lo que normalmente suelo usar. Pero no hay más que hacer.
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Bajé las escaleras para encontrarme con Hoseok que esperaba ya en la puerta listo para irnos.
—Lo lamento -dije -me olvide del tiempo
Había perdido un tiempo peleando con lo largo del vestido tratando de estirarlo un poco para que no fuera tan corto, al final no conseguir hacerlo más largo, pero sí perdí tiempo.
La mirada de Hoseok me examino de arriba abajo sin ninguna expresión en su rostro.
—¿Qué? -pregunté
—Nada... te ves... linda
Enderecé un poco mi espalda.
—Ah... gracias
—Solo... usa el abrigo más largo que tengas
—¿Por qué? No hace mucho frío
Abrió la puerta para salir.
—Solo... úsalo, los hombres pueden ser muy mirones y eso no me agrada
Salió de casa para esperar en el auto.
Terminé haciéndole caso de tomar el abrigo más largo que tenía y solo así salí de casa para subir. El abrigo solo me cubría hasta por debajo de las rodillas.
—¿Es el más largo que tienes? -preguntó
—Sí
No dijo nada, solo encendió el motor y nos fuimos al hotel donde sería la reunión. Pero creo que decir que era una simple reunión, era poco. Cuando llegamos ya sabíamos perfectamente dónde sería porque es el salón que más le gustaba a Bonhwa, pero había demasiadas personas andando de un lado al otro, con copas y bocadillos en las manos, sonriendo y hablando como para ser algo pequeño.
Hoseok
Mi abuelo, desde el momento en que llegamos no paró de elogiar a Loren enfrente de sus amigos diciendo todo lo que ella sabía y todas las habilidades que tenía como si fuera un juguete.
