Terminé por quedarme en casa por el día de hoy y convencerme a mí misma de no pensar en nada del trabajo, solo por hoy, me tomaría el tiempo de relajarme un poco.
Me había recostado en mi cama después de haber preparado algo de comer, me puse los audífonos y con la música me quedé dormida por un momento, no sé cuánto realmente, pero me desperté al escuchar por encima de mi música algunas notar al azar de mi piano. Me quité los audífonos y me quedé recostada en mi cama. No cabía duda de que era Hoseok intentando tocar algo, aunque su torpeza y movimientos sin sentido de las notas no eran algo lindo de escuchar.
Bajé las escaleras hasta la sala donde estaba el piano y sin hacer ruido me quedé en la puerta emparejada mirándolo intentar y fallar.
—Debes hacerlo con más delicadeza -dije
Dio un salto de susto al verme y dejó de tocar alejando sus manos de inmediato del piano.
—Solo... quería intentarlo -se levantó del canco con intenciones de irse
—No, no, no -lo tomé del brazo y lo regresé al banco y me senté a su lado
Tenía unos cuantos libros encima del piano y de ellos tomé el más viejo que tenía, el que era para principiantes. Lo abrí en la canción de El Puente de Londres y lo puse frente a nosotros.
Tomé su mano y puse los dedos en las notas que eran y después lo hice con mi mano.
—Las teclas, debe presionarlas suavemente -presioné las teclas en el orden sacando el primer compás -inténtalo
Me miró por unos segundos antes de llevar sus ojos a su mano. Presionó las teclas torpemente, pero consiguió sacar el mismo compás y con eso una sonrisa.
—Una vez teniendo la mano derecha, haz la mano izquierda, teniendo esa, júntalas y te saldrá algo como esto -toqué la partitura completa, la cual no era mucha, apenas unos segundos -no es difícil
—Lo haces ver más fácil de lo que parece
—La vida es divertida cuando tienes algunos retos ¿No?
Dio un intento con la mano izquierda, pero al darse cuenta de que no le salió se sintió apenado y con una sonrisa me miró.
—No puedo
—Sí puedes -tomé suavemente su mano y lo miré a los ojos -tienes que... practicar, cualquier persona tiene que practicar
Por alguna razón en este momento, en este preciso momento sus ojos eran brillantes y hermosos, y sus labios...
Poco a poco me fui acercando a él, pero no solo yo. Hoseok hacia lo mismo. Su mano debajo de la mía, ambas sin moverse ni un solo centímetro. Mis ojos dejaron los suyos para bajar hasta sus labios cerrados y que cada segundo podía sentir más cerca de mí. Estaba a nada de besarlo.
¿Qué hago? Basta, Loren, esto está mal.
El fuerte sonido de una de las teclas del piano nos asustó a los dos haciéndonos alejarnos de inmediato. Me levanté de un salto del banco y caminé a la puerta mientras me excusaba.
—T-Tengo que ir a revisar unos papeles -dije
—Sí, sí... yo, tengo que... ir... a un lugar
Ambos salimos de la sala, pero tomando diferentes caminos, él salió de la casa y yo me encerré en mi oficina.
A solas, llevé mi mano a mi pecho, mi corazón latía locamente. Mis piernas temblaban tanto que tuve que recargarme en la pared para evitar caer. Lo que hice fue una locura, un descuido de mi parte y un olvido de lo que nos mantiene juntos.
En mi oficina, no tenía que revisar nada así que no tenía nada qué hacer en esta oficina, pero no quería cruzarme con él. Abrí la puerta suavemente y me asomé un poco esperando poder darme cuenta si él estaba o no, pero al parecer no. Corrí hasta las escaleras para subirlas velozmente hasta mi habitación de la que no saldría hasta que fuera de mañana. Más tarde, mientras me preparaba para ir a dormir no podía quitarme de la cabeza su rostro y el cómo hubiera sido si lo hubiera besado. No sería la primera vez que lo beso, en la boda fue la primera vez, pero... cuando lo haces poque quieres, es una sensación diferente.
Terminé sacudiendo la cabeza alejando esas imágenes e ideas de mi mente, pero como insistían en regresar, antes de dormir me puse los audífonos para escuchar un poco de música y distraerme hasta quedarme dormía.
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100 Días (JungHoSeok)
Teen FictionEl amor es mucho mejor cuando nace que cuando se obliga a amar a alguien. Solo hace falta comenzar lentamente.