100 Días (JungHoSeok)

55

Supongo que Jan esperó un momento en que Mateu se distrajo o lo dejó para poder venir a ver a Loren.

—Gracias al cielo se encuentra bien, señorita

—No te preocupes mucho, Jan -sonrió -estaré como nueva en unos días

Él sonrió, pero dejó de hacerlo al mismo tiempo que movía nerviosamente sus manos.

—Yo... intenté que él viniera

—No importa -la sonrisa de Loren no era la misma de siempre -hiciste lo que pudiste, eso lo valoro

—Prometo insistir un poco más

—No lo hagas, él sabe lo que pasó, si no quiere venir, es porque tiene sus razones

—Pero...

—Déjalo, no pasa nada

—Entiendo... entonces, me iré antes de que se de cuenta de que me fui, además, sé que debe estar cansada y será mejor que duerma mucho

—Gracias, Jan, regresa con cuidado

El hombre se despidió de mi y se fue.

—¿Todo bien? -me senté en mi silla y tomé su mano

—... No -susurró en una sonrisa

—Lo lamento

—No es tu culpa... realmente no esperaba verlo aquí de todos modos... no es tan decepcionante como parece

Aunque ella quisiera demostrarme que no le importaba lo suficiente, sus ojos cristalinos al punto de las lágrimas de median lo contrario.

Me levanté de mi silla para sentarme a la orilla de la cama y poder abrazarla. Sus manos se envolvieron fuerza en mi espalda y aunque no hacia ruido, sabía que estaba llorando.

Ese hombre me va a escuchar, lo hará quiera o no.

Por la mañana llamé a Peter para que viniera a hacerle compañía a Loren en lo que atendía unos asuntos.

—¿A dónde vas de repente? -preguntó cuando nos encontramos en el pasillo

—A casa de su padre

—¿Qué? ¿Para qué?

—Cosas

—¿Qué cosas? -se cruzó de brazos

—Solo... cosas

—Hoseok -suspiró -no hagas cosas de las que después te arrepientas

—Me arrepentiré más si no voy a esa casa

—Solo no hagas cosas que lastimen a Loren

—Yo no soy quien la lastima

—Como sea, piensa bien lo que haces, estaremos esperándote aquí dentro

—Gracias

Conduje a casa del padre de Loren, la cual, a diferencia de la casa de ella, era una verdadera mansión, igual o más grande que la de mis abuelos, era raro, una vez le pregunté a Loren porqué su casa era pequeña si podía comprarse varias como estas.

—¿Por qué tu casa es una pocilga?

—Porque vivo sola y no necesito una casa más grande, no hay necesidad de tener 10 habitaciones cuando solo uso una -dijo sonriente

—Eres rara

—No, solo gasto en lo que necesito y no necesito esas 10 habitaciones