100 Días (JungHoSeok)

47

Hoseok 

La paranoia me estaba matando. No puedo imaginarme a Loren viendo a otro hombre mientras estábamos casados ni tampoco ahora. Así que comencé a seguirla como un asqueroso psicópata hasta que llegamos a una de las salas de espera donde ella se sentó en una de las sillas, pero no duro mucho tiempo hasta que un hombre de traje, cabello negro, lentes y alto se le acercó.

—Jan -lo saludo con una sonrisa

Ese era el mismo hombre que la llamó cuando estábamos de campamento ¿Él es el hombre? No, ella le hablaba de otro modo ¿Es el mano derecha del hombre? Puede ser.

—El medico está listo para hablar con usted

¿No me mintió?

—Gracias -sonrió

Ella se fue y en ese momento titubeé un poco en lo que se me estaba pasando por la cabeza, pero... la vida es corta y necesitaba saberlo.

Salí de mi escondite y me acerqué al hombre.

—Jan -lo llamé

—Disculpe ¿Lo conozco? -me miraba confindido, claramente

—No, pero yo a ti sí

—¿Q-Quién es usted?

—Soy... el novio de Loren y necesito que me diga quién es el hombre al que vino a ver

—Lo siento, joven, pero no le puedo decir nada, yo a usted no lo conozco

—¿Es su amante? ¿Me esta engañando?

—¿Qué? Claro que no, la señorita jamás haría algo como eso

—Entonces ¿Quién es él?

—Ya se lo dije, no le diré nada

—Dime -me puse más molesto -o entraré a esa habitación y le haré una escena

Di un paso decidido a entrar y hacer una escena, pero el hombre se puso frente a mi impidiéndome seguir avanzando.

—No es ninguna persona de las que usted piensa

—Entonces ¿Quién es él?

—...Es... es su padre

—¿Su padre? -sonreí -¿Quieres que me crea esa historia? Su padre no está en el país

Suspiró.

—Las cosas... no es lo que ella dice

—¿Qué?

—Yo no puedo explicarle esto, pero, el hombre que está dentro es su padre

—Pero...

—Hoseok

La voz de ella nos tomó por sorpresa a los dos. Y por el modo en el que se acercó a mí, por un momento me hizo pensar en una escena dramática de novela donde ahora mismo ella me daría una bofetada en la mejilla, pero es Loren, ella no sería capaz de golpearme y claro que no lo hizo.

Ver tantas novelas con la abuela me están afectando.

—¿Qué haces aquí? -preguntó

—Quería saber qué me estabas escondiendo

—Te dije que esto no era asunto tuyo

—Señorita -habló el hombre -yo se lo dije, lo lamento mucho -bajó la mirada