100 Días (JungHoSeok)

51

Hoseok 

Era la tercera ver que miraba mi reloj, ya había pasado una hora y ella no había llegado aún.

Loren no es así, siempre es puntual y si algo pasa como para permitirle llegar a tiempo, hubiera llamado para disculparse y explicarse. Pero ahora solo había dejado que el tiempo pasara sin decirme nada. Tampoco es como que quisiera molestarla, pero viendo las circunstancias, la terminé llamando, pero no contestó. Lo intente cuatro veces más, pero ella no respondió ninguna.

Pensé en llamar a Peter, pero no tengo su número, jamás me molesté en conseguirlo y ahora me arrepentía de no haberlo hecho, así que la única opción que me quedaba era Pony.

—Buenas tardes, oficinas de LinEntertainment ¿En qué puedo ayudarle?

—Soy Hoseok

—Oh, joven Hoseok ¿En qué puedo ayudarlo?

—¿Sabes dónde está Loren?

—¿La señorita? ¿No está con usted?

—No, la estoy esperando en el restaurante, pero no ha llegado

—¿En el restaurante?

—Sí, donde quedamos de vernos

—¿No cambió usted el lugar para verse en casa de la señorita?

—Am, no

—Ella recibió un mensaje de correo diciendo que la esperaba en casa

—¿De qué hablas? ¿Por qué le mandaría un correo electrónico?

—No lo sé, no pregunté qué decía exactamente el correo, pero la señorita salió muy deprisa

Me levanté de la mesa sin pagar nada porque no había pedido nada en realidad y salí corriendo del restaurante.

—Llama a Peter, dile que vaya a casa de Loren

—¿Pasa algo?

—Espero que no

—Enseguida lo llamo

Entré al auto y encendí el motor. La oficina de Loren estaba más cerca de su casa que el restaurante, por lo que era muy probable que Peter llegue antes que yo.

Conduje lo más rápido posible mientras intentaba llamarla, pero seguía sin contestarme.

Para cuando logré llegar a casa, Peter ya había llegado y el auto de Loren estaba estacionado en la cochera. Bajé de mi auto y fui a la puerta que estaba solo emparejada.

—¿Loren?

La abrí de golpe.

—Hoseok

Peter tenía el teléfono en la mano y al llamarlo me miró con cara preocupada.

—Cuando llegue... -dijo –ella no estaba

Mis ojos notaron el desastre, notaron los muebles en el suelo, los adornos en el suelo, flores tiradas, las que se supone deberían ir en ese florero que iba en la mesa de té y el florero ya no estaba en su lugar.

—¿Q-Qué pasó?

—No lo sé, la policía ya viene en camino

—Loren –susurré

Solo podía pensar en ella, solo podía pensar en dónde estaba y cómo estaba.

—¡Loren! –subí las escaleras corriendo, esperando encontrarla por aquí mientras Peter me seguía.

—No está, ya revisé todas las habitaciones

Le creía, aunque no quisiera, le creí, así que volvimos a bajar y en ese momento llegó la policía, entraron a casa y les contamos lo que había pasado, llamaron a más unidades y comenzaron a revisar la escena del crimen para ver si encontraban algo.

—Disculpen –llamó uno de los policías -¿El nombre de Jess les suena conocido?

—¿Qué? –pregunté

El policía señaló detrás del sofá de la sala a donde ambos nos acercamos rápidamente solo para encontrarnos con el nombre de Jess escrito en sangre sobre el suelo.

—Maldición –suspiré con miedo

—¿La conocen?

—S-Sí... es una chica demente que llegó a amenazarla a la oficina hace unos meses –contestó Peter por mí

—Reportaré eso

Todos mis nervios subieron a un 1000% al pensar que escribió eso con su sangre y que eso quiere decir que ella está herida y no sé qué tan grave sea esa herida.

Peter y yo estábamos nervioso, mucho, mientras mirábamos a los policías entrando y saliendo de la casa, llamando por teléfono y llamándose entre ellos.

Terminaron por llevarnos a una camioneta negra donde había muchas computadoras y dos personas tecleando en ellas, nos pidieron que cuando recibiéramos una llamada de algún numero extraño, diéramos la señal para que ellos pudieran rastrear el origen, pero hasta pasadas tres horas, no habíamos recibido ninguna llamada.

No sé cómo está ella y ya ha pasado mucho tiempo. Necesito saber que esta con vida para no morir de frustración.

Loren

Desperté poco a poco, sintiendo como mis manos estaban atadas a los lados y como mis pies también estaban atados con rasposas y muy ajustadas cintas. Me tenían en una silla de madera donde mis manos estaban atadas en los apoyos con la misma cinta.

Estaba en un lugar a oscuras, pero no tanto, podía ver y distinguir formas. Detrás de mi había una reja gris y del otro lado de la reja había unas escaleras que llevaban a una puerta a lo alto. Entonces, quiere decir que estoy en una habitación debajo de una construcción, un sótano tal vez.

Mis heridas no sangraban y la sangre que había salido ahora estaba seca. Me dolía la cabeza donde me había golpeado Jess y no sabía cuánto tiempo había estado inconsciente, solo esperaba que no hubiera pasado ya tanto tiempo y que Hoseok o alguien ya se hubiera dado cuenta de que algo andaba mal. Pero mientras ellos esperaban que me estuvieran buscando allá afuera, por mi parte, aquí dentro, intente buscar por todos lados algo que me ayudará a cortar estas cintas, pero no había nada cerca de mí que pudiera ayudarme y tampoco podía mover mis manos o pies como para poder tomarlo.

En un momento la puerta por fin se abrió y escuché cómo alguien bajaba las escaleras lentamente.

—Por fin despertaste –era Jess

No dije nada, no había nada qué decir en realidad.

Se paró frente a mí y vi que tenía en sus manos el arma con la que me había golpeado antes.

—¿Qué piensas hacer conmigo ahora? –pregunté

—¿Qué piensas? –sonrió –si desaparecer de la vida de Hoseok, no le quedará más opción que venir corriendo a mí, la única persona que lo respeta y ama como es, soy yo

—¿Estas escuchando lo que dices? –bufé –le pregunté a Hoseok quién eras y me dijo que solo te había visto en fiestas, pero no te conocía, no le importas, Jess, para él no existes

No sé por qué dije eso, no sé por qué las ganas de hacerla enojar le ganaron a mis palabras, necesitaba romper su corazón y matar sus ilusiones. Necesitaba y quería hacerlo, pero eso solo empeoro las cosas.

Su cara se transformó por completo en una expresión de odio. Levantó la mano por sobre su cabeza y me dio un fuerte golpe en la frente que en solo cuestión de segundos me hizo sentir como la sangre comenzaba a escurrir por mi frente, por mi sien y bajando por mi mejilla hasta mi cuello. También comencé a ver borros, veía solo la cara molesta de Jess y quería mantenerme despierta porque tenía miedo de lo que pudiera hacerme mientras estuviera inconsciente, pero mis parpados fueron mucho más fuertes y terminé inconsciente de nuevo.