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2 semanas antes; Anny

- ¿Cuándo vas a decirle a mi hermano lo que sientes por él?

- ¿Y si ya lo hice?

- ¿¡Ya lo hiciste!? -Observo a la chica en quien he confiado mis mayores secretos y me sorprende que sea tan ingenua de creer que le ocultaría algo. -Lo siento, a veces olvido que eres igual de reservada que él.

-Sabes que no soy reservada. -Y era completamente cierto, me dirijo a mi armario a buscar ropa deportiva, la mañana se había hecho corta y no había salido de mi habitación lo que duró de ella.

-Ocultas muchas cosas Anny, tienes que sacar eso fuera de ti o podría ser peligroso para el próximo que quiera información.

-No se me hace cómodo hablar sobre lo que siento normalmente, pero a ti te cuento todo, sabes que no te oculto nada.

-Pero yo no soy suficiente. Sigues sufriendo. -Me detengo por completo, sus palabras me hieren y abren aquella herida que creí cerrada, no logro enfocar lo que se encuentre frente a mí, las lágrimas no tardan en salir. -Tienes que dejar de culparte por lo que pasó, ha pasado...-Ahora soy yo la que la detiene antes de que termine su oración, quedando frente a ella y no la dejo hablar.

-No tienes derecho a decir que ha pasado mucho tiempo, déjame informarte que aquel accidente fue hace un par de meses y no puedes decirme que no me eche la culpa, como tampoco siquiera pienses en mirarme a los ojos y decirme que lo supere. Maté a mi Parabatai Izzy y, es uno de los peores...

-Uno de los peores dolores que un Cazador de Sombras puede sufrir. -La abrazo completamente, sé muy bien que no me entiende, me siento cruel al pensar que ella jamás sabrá lo que es compartir tu alma con alguien, tener un vínculo tan fuerte con otra persona y perderla.

Mis lágrimas no dejan de salir y los sollozos toman lugar en la habitación que cada día se siente más grande y vacía. La debilidad de mi cuerpo me consume y caigo de rodillas, pero, Isabelle me sostiene y sigue aferrada a mí, ella toma riendas de aquel abrazo y no me deja ir.

-Chicas, van... Lo siento. -Esta vez Izzy me suelta completamente, pero sigue agachada conmigo, me aferro a mi cuerpo como si fuese lo único que hubiese en esta vida y no me hace falta mirar quien ha interrumpido nuestro momento, su voz es inconfundible.

-Tómate el tiempo que necesites, yo te espero a entrenar. -Son las últimas palabras que me dice Izzy antes de levantarse completamente y tomar a su hermano mayor fuera de mi habitación.

-No necesito más tiempo.

Reanudo mis quehaceres y tomo la ropa que tenía pensado, adentrándola a mi baño para ducharme. Mientras el agua fría corre por mi cuerpo, no dejo de revivir uno de los peores momentos de mi vida, aquel día negro en donde perdí parte de mi alma, donde perdí a mi mejor amiga, mi otro yo, mi Parabatai, el día en el cual perdí a mi única hermana de sangre.

Heavell ~Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora