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-Que defensor más guapo.

-Si un día te lo has preguntado la belleza lo heredaste de mí cariño.

-Que modesto Magnus...

Anny observaba ahora a su compañero de vida y apartamento, no quería llamarle compañero, sentía que ello no era un título justo para la relación que tenía con él, no lo conocía en absoluto y no le importaba, no sabía nada de él y aún así estaba esa conexión que le decía que debía tratarlo como a un padre, pero el temor y la vergüenza no le dejaban.

- ¿Estás bien?

El brujo se preocupaba por ella, la había observado durante toda la tarde, no la vio arreglarse, ni vio interés en ella por ir al juicio, no sabía qué había pasado cuando llegó de conversar con Alec, sabía que estuvo con él y a la vez sus cosas aparecían en su habitación para luego ver a una chica frente suyo, apareciendo de la nada y abrazándole con tanta fuerza que sentía caería en sus mismos brazos.

Aquello había sido horas atrás y ahora la veía sentada en el sofá de su cuarto de estar, sentía la aflicción de ella y no tenía idea sobre cómo preguntarle qué pasaba en su mente.

-Te deseo todo el éxito del mundo y espero ganes ese juicio. Isabelle...

-Isabelle desearía que estuvieras junto a ella.

-Ella entenderá.

-Anny...

-No Magnus, no puedo estar en la misma habitación con la persona que amo y que me quiere lejos de su vida. No puedo segur sufriendo por ello. El vínculo...

-Si sabes que te dolerá incluso más a ti que a él.

-Lo sé. Sólo vete Magnus.

El brujo la mira una vez más y logra visualizar aquel vaso de licor que su bruja escondía entre su cuerpo y un cojín, si bien los brujos tienen más persistencia ante el beber alcohol, pero tenía la intuición de que Anny llevaba más de diez vasos y por eso su voz sonaba algo rasposa cuando le hablaba, se veían bien físicamente, pero esa chica estaba destrozada.

Mataré a ese Nefilim.

­­-No lo harás.

Magnus sonríe al saber que la bruja había logrado escuchar aquel pensamiento, tenían esa habilidad. Leah solía hacerle lo mismo cuando sabía que sentía rabia por algo y quería descubrir sus intenciones, le daba miedo y a la vez lograba admirarlas por tal naturaleza y poder que tenían.

Abandona su hogar atravesando un portal que lo llevaba directo al Instituto, no se da media vuelta para ver el estado en el cual había dejado a Anny. Quería lograr hablar con Alexander primero, antes de que el juicio empezara, visualizaba a toda la multitud de la Clave y muchos Cazadores de sombras que estaban dispuestos a oír lo que sea que fuese a pasar en aquel lugar, todos querían saber que le pasaría a una chica tan prometedora y rebelde como Isabelle.

Cuando ve al pelinegro entrar a la habitación le iba a tomar su brazo sacándole de aquel lugar para advertirle que debía arrepentirse de la decisión de quebrar el vínculo. Pero las cosas se vieron de otro modo y la Inquisidora Herondale entraba por la habitación siendo la última en entrar y dar por empezado el juicio por la traición de Isabelle Lightwood.

Anny sumamente arrepentida segundos después de que Magnus la dejase sola, había decidido asistir al juicio, posicionándose en uno de los últimos asientos, sobria, vestida como corresponde, luciendo responsable y sin sentimientos como todo Cazador de Sombras. Nadie se había percatado de su presencia excepto Izzy, quien la miraba orgullosa y con cariño, le agradecía que estuviese en aquel lugar, aunque ella no supiera que después de ese momento quizás no la volvería a ver dentro de ese Instituto.

Heavell ~Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora