Heavell ~Alec Lightwood

51.

El tiempo pasa lento para Hodge Starkweather, no es capaz de sentir los movimientos que realiza o que más bien lo obligan a hacer, está tomado y forzado a caminar por dos Cazadores de Sombras, miembros del Círculo.

Una gran cantidad de mundanos fueron dejados en la azotea donde se habían rencontrado, primeramente. Hodge no podía dejar de pensar en que todos ellos esperaban beber de la Copa Mortal para purificar su sangre y convertirse en los nuevos Cazadores de Sombras, Valentine formaría el ejercito que no pudo lograr unir en el pasado, cumpliría con su plan de asesinar a todos los subterráneos, demonios cualquier ser que no formara parte de la Sociedad de Cazadores, sean inocentes o sean culpables. Nada de ello le importaría.

-Tú respondes a mi ahora. -Aquel monstruo no lo dejaría en paz, mucho menos con la verdad revelada, que él sepa de la existencia de Anny y que incluso tenga el conocimiento de su sangre y de dónde proviene era perjudicial para todos. Si Valentine logra llegar a Anny, logra capturarla y tenerla a su disposición sería un caos, ya nadie podría detenerlo pues... Ella es invencible, es fuerte, valiente y posee más poder que todos los brujos juntos

"Por favor Anny... No dejes que Valentine te controle"

-Me entregarás a tu hija sea lo último que hagas.

-Entonces aniquílame ahora, porque no lo haré. -Hodge no dejaría que eso pasase, le costase la vida, no entregaría a su hija de nuevo.

-Créeme que ya estoy creando un plan que, si tengo suerte, la querida Anny caerá y tendrá que venir a mí. Tú sólo deberás realizar un pequeño aporte. -Valentine era un hombre sádico, cruel, perdido en sí mismo y en la destrucción de personas inocentes.

- ¿Qué quieres decir?

-Si bien... Dentro de mi plan Anny siempre estuvo incluida, desde los tiempos que descubrías como llegar a Idris para enseñarle cosas a tu pequeña sin ser descubierto completamente... Fueron buenos tiempos... -Comienza a decir Valentine, sin una pizca de remordimiento o algo por el estilo, él supo desde el momento que la pequeña llegó a su posada, captó quién era, quizás no de nombre pero si de quién era hija, era y es el vivo recuerdo de Leandreh Bane, la poderosa bruja que tuvo en cautiverio, a quien utilizo y maltrato, quién le ayudó a crear mejores armas para brujos, Seelies, vampiros y hombres lobos.

Obligaba a la bruja a realizar cosas que no quería, la marcaba con runas de agonía y la torturaba con las mismas armas que ella debía crear, nadie, ni siquiera ella pudo llegar a saber que su hija llegaría directamente a sus manos y él desde esos momentos intentaría despertar la misma magia que los hermanos Bane habían apaciguado y controlado.

Por un momento creyó que estaba equivocado, el día en que uno de sus secuaces le dio fin a la vida de Amelya, la hermana menor de la mestiza, pensó que en ese momento de dolor e ira el poder de la chica se mostraría al fin, esperó pacientemente durante segundos que pasaron a ser horas encerrados en una habitación donde un cuerpo inerte yacía en el suelo, donde la sangre no dejaba de salir y comenzaba a ensuciar todo.

Fue cuando la dejó en libertad, si ello no despertaría su magia, entonces se había equivocado y el increíble parecido era una horrible coincidencia, pero aún así, no la dejó tranquila, siempre la mantuvo vigilada y gracias a otros Cazadores logró tener la información de que el poder de Anny había despertado, él lo sabía todo, no había, ni existía algo que él no sepa de la platinada.

Hodge trata de asimilar todo lo revelado por Valentine, si es como él dice, si exactamente sabe todo de su hija, entonces conoce sus debilidades, si es que tiene alguna. Sabrá cómo controlarla y cómo dar con ella para que esté de su lado, daba vueltas y vueltas al asunto, a lo que estaba viviendo, lo idiota y poco consciente que fue solo por un poco de aire fresco que pudo haber conseguido de una ventana abierta o la misma azotea del Instituto, cómo pudo hacerle eso a la única persona que lleva su sangre, al amor de su vida, a quien prometió proteger y cuidar no importaba qué.