Heavell ~Alec Lightwood

43.

No.

No podía.

Simplemente no podía hacerlo.

No dejaba de mirarse en el espejo y sentirse derrotada, incluso aún más después de todo lo que su chico le dijo, le mencionó o pensó, todas las palabras permanecían y se repetían una y otra vez en su mente, formando parte de su rutina, el tener que pensar en ello, el recordar cada segundo cuanto le dolió escuchar decir aquello, pero, no podía.

Simplemente no podía desvincular su amor hacía él, no podía engañarse a si misma de esa manera y hacerle creer que no lo amaba, debía luchar por su cariño, pero también merecía un poco de tranquilidad y que no le tiren más mierdas en su cara.

La bruja miraba cada parte de su habitación tomando los buenos recuerdos de aquel lugar, las risas compartidas con su hermana, con Jace, con Izzy y con él.

Todos los momentos que compartían y vivieron en aquel lugar, dentro del Instituto de Nueva York, las veces en que los abandonaba cuando se percataba que más Cazadores estaban cerca, el cómo lograba persuadir a sus amigos para que le creyeran que ella simplemente era una persona que quería toma distancia con ellos ante la perfecta imagen de hipócrita que se había ganado por palabras de los demás.

Ellos nunca le preguntaron exactamente porque lo hacía, porque se alejaba de ellos y porque no demostraba ese cariño que se veía entre cuatro paredes, todo era por las palabras que los demás le decían a sus espaldas, los rumores que corrían en el Instituto y quien sabe si llegaban a otros lados, el cómo las demás la veían como una traidora más, pero también veía la admiración de otros y se sorprendía de aquellos que llegaban a defenderla, aquellos que la apreciaban y valoraban la valentía de ella.

*

- Vamos... ¿Por qué nunca quieres salir con nosotros?

-Izzy, no insistas. Debo estudiar, Hodge...

-Le pregunté a Hodge y él está de acuerdo.

*

¿Por qué nunca pudo decirle la verdad a Izzy? Siempre confió el ella y siempre pudo decirle todo lo de su vida, menos esa parte que tanto despreciaba, todos los rumores que habían llegado a sus oídos, cómo no habían llegado a los de Izzy. No entendía porque siempre insistía, todos los años, cada festividad mundana que ella quería conocer, la quería hacer a su lado y no se dejaba, no se permitía ir a conocer el mundo acompañada, no se permitía tener compañía y cariño de otras personas que no sea su única hermana.

En su mente se posan los miles de recuerdos de cuando arrancaba de ellos, cuando conversaban amenamente entre todos, Jace, Alec, Izzy, su hermana y ella, podían conversar por horas sobre cosas sin sentido, podrían estar mirándose fijamente y no sentir vergüenza del otro, ni de nadie, pero si había alguien cerca, alguien más, un solo Cazador que no sea parte del grupo, ella junto su hermana huían.

Porque nunca podrían ser normales, nunca las verían como personas valiosas, siempre las tratarían de desterrar o dárselas a saber que ellas no merecían estar ahí.

*

-No me gusta ocultarme Anny...

-Lo sé Lya... Pero...