10.

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El viaje era en completo silencio, Anny y Alec iban sentados uno frente a otro y no dejaban de mirarse, ambos con una postura seria, sin nada que decir, sólo se miraban esperando a que uno de los dos sea el que rompa el hielo o, en definitiva, hasta que la 'van' se detuviera y salieran de su interior porque ya habían llegado a su destino.

-Eso fue intenso. -Menciona Izzy pasando al lado de la rubia, mirándola con algo de burla.

-Necesitamos verificar el perímetro. Quédate acá. -Le dice Jace delicadamente a Clary, ella hace caso de manera inmediata y el cuarteto se adelanta unos metros más, deteniéndose a causa de Alec posando su brazo en el de Jace.

-Si algo le pasa a la niña, es nuestra responsabilidad. ¿Lo sabes? -Su tono de voz se había vuelto más suave y cuando aquello sucedía, sus cuerdas vocales viajaban a las notas más graves que aquel chico podría realizar.

-Si sabes lo que puede suceder si Valentine consigue la Copa. -Jace habla con cierto tomo de ironía, se estaba hartando de las mediocridades que Alec le daba sobre Clary de manera pacífica, aquello era la protección que sentía que le debía a la chica y a su vez eran sus sentimientos hablando por él.

- ¿Cuál el tu problema de todos modos? Tu familia suele acoger a los desamparados. Míranos a mi y a Anny. ¿Qué tienes en contra de Clary?

-Tú y Anny nunca fueron desamparados, esa es la diferencia. -La discusión se detiene, ambos estaban cansados de estar en desacuerdo con el otro. Lograban sentir como aquello les traería aún más problemas si no llegaban a una pronta conclusión o algún punto de equilibrio. Alec estaba ahí como fiel seguidor de su Parabatai y ya se estaba poniendo en mente si Jace en verdad estaba haciendo lo correcto. Ponía en duda las decisiones y pensamientos de Jace y aquello no era bueno para su vínculo.

Esta vez, todos se dirigen a la entrada de la Ciudad de Huesos, como grupo y Simon sin opción decide quedar detrás de Jace y Clary, la pelirroja necesitaba información sobre lo que se enfrentaría y Simón ahí, básicamente interrumpía.

-No te dejes llevar por pensamientos que no ayudan a confiar en Jace. Es tu Parabatai, jamás deberías cuestionarte que él no quiera la seguridad de alguno de nosotros. -Anny se sitúa al lado de Alec y toma su mano después de terminar sus palabras de afecto. Sentía como Alec estaba abrumado por todos los problemas que estaban causando y las consecuencias que recibiría.

-Estás helada. -Sin embargo, se dejó llevar por aquel tierno afecto sin soltar la mano de Anny, quién le regala una sonrisa tierna y sincera.

Dejando sus problemas de lado, ambos se encaminan nuevamente hacía a los demás y se detienen una vez estando cerca de la entrada. El mundano quería entrar y Jace no lo dejaba.

-Déjame adivinar. No se permiten mundanos en este lugar... No confío en ti. -Y era aceptable, Jace le había jugado una pequeña broma en el Instituto indicándole que no podía estar en la sala de entrenamientos debido a las runas que se posaban en el suelo. Claramente el miedo lo consumió cuando estuvo en aquel lugar y nada había pasado, pensando en su repentina muerte mientras conducía hacía Pandemonium.

-No está mintiendo ahora. Antes si lo hizo. -Izzy toma el brazo de Simon, aquella acción no pasó por desapercibida para la rubia, a su amiga morena de verdad le llamaba la atención el chico.

-Las runas de la Ciudad de Huesos matarán a cualquier mundano que decida entrar. Así que... -Anny con ayuda de sus manos le indica que pasé a aquel lugar. Alec no deja pasar esos momentos de la chica, le quitaba las palabras de su boca. Ambos pensaban casi igual y amaba eso en ella. Era como entenderla completamente y a su vez no conocerla en absoluto.

Finalmente, Jace y Clary se adentran en aquel lugar y lo demás deciden quedarse fuera. Izzy establece conversación con Simon, quien se vuelve más interesante a cada segundo para la morena y Alec, él sólo se encaminaba a vigilar el perímetro. A Anny no le quedó otra opción que quedarse ahí, abrumándose con lo descubierto viendo como Alec se alejaba a paso lento de ella, dándole la espalda, no lo entendía pero no negaba quererlo demasiado y aquello le dolía.



Media hora había pasado y ambos chicos no volvían de la Ciudad de Huesos. Simon se desesperaba cada segundo que pasaba y Alec volvía de su registro geográfico, no encontrando nada. Se acercó a Anny a quien sintió con frío y quiso pasarle su chaqueta, pero ella no lo permitió.

-Dejé mi chaqueta en la 'van', iré por ella.

-Anny... -Alec menciona y la trata de detener, ella en cambio sólo se aleja bruscamente de él, apartándose del tacto del pelinegro.

-Jace lo tiene cubierto. -Dice esta vez, ya aburrido de la voz y la irritabilidad que provocaba el mundano, aceptando que había un problema con su chica rubia y no sabía, ni él ni ella, cómo solucionarlo.

- ¿Qué sucede si Clary no puede manejar a los Hermanos? -Alec le interrumpe aun más fastidiado que antes y se aleja de aquel lugar y el ambiente que el mundano provocaba.

-Es el mayor de la familia. Ya sabes, la cabeza debe soportar la corona. -Izzy trata de tranquilizar a Simon, buscando un tema de conversación que no fuese la situación que estaban viviendo, dando con el blanco.

El mundano de lentes comienza a contar su historia sobre como es el único hijo hombre de su familia y cómo él a petición de su madre debe ser un contador. Suele ser increíble como los mundanos solían adecuarse a sus vidas, a lo fácil y a lo que no querían.

-Pero quiero hacer música. De hecho, tengo una banda. -Pero Simon era de aquellos que anhelaban perseguir los sueños y los obstáculos no lo detendrían. Izzy se acerca más a él, curiosa aún por la calidez en su alma, poniendo nervioso al chico, quien no podia controlar la tensión sexual que le provocaba aquella morena, además de que Izzy no dejaba de coquetearle -Yo... Tengo música en mi celular.

Y fue lo único que la encantadora Isabelle necesito para llevarse consigo a Simon, alejándolo de su fastidioso hermano. Él con unos leves celos le advierte que estaba atento a sus movimientos e Izzy solo suelta una risa risueña, muy encantadora para el mundano.

No duda ni un segundo cuando se percata que la chaqueta de su amiga en vez de estar en el asiento se encontraba en el piso y deja a Simon dentro de la 'van', quien inocentemente buscaba una canción para demostrarle a Izzy que no apestaba en ello de cantar.

Aún así, la Cazadora de Sombras no fue lo suficientemente rápida para percatarse que Simon era tomado dentro de la 'van' y lanzado lejos de su interior. El chico se sorprende al sentir cómo se golpeaba y no quedaba inconsciente, más grande fue la sorpresa al ver a aquella rubia con sus ojos cerrados y herida en la tierra.

Aquello, no era nada bueno. Un hombre y una mujer se hacen presentes frente su vista y Simon se aterra ante la idea de morir a manos de ellos. Para ser un mundano era uno muy observador y percibe los colmillos en la sonrisa maliciosa de la chica.

-Bueno, pero miren que tenemos acá. Una Cazadora de Sombras y un mundano. Me costaría descifrar cuál sangre es más deliciosa.




Heavell ~Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora