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Las horas habían pasado después de aquella conversación entre Lydia y Anny, la más rubia aún se sentía afligida por todo lo que leyó, lo que vio y lo que sintió al estar cerca de aquella chica después de que se le revelara la verdad, había recordado la vez en la cual su ya fallecido prometido le había hablado sobre las chicas del Instituto de Nueva York que debían lidiar con todo sólo por ser hijas de Hodge, la había visto por primera vez ese día donde la escoltaron repleta de heridas, sucia en tierra y sangre seca y con lagrimas que nunca abandonaban sus ojos, sintió culpabilidad, recuerda tener esa sensación de querer ir a ayudarla en ese momento, de tirarla suavemente de los brazos de los Cazadores que la tomaron con tal fuerza y la obligaban a caminar cuando se veía que con suerte estaba de pie.

Piensa en ese momento, en que todos los Cazadores de Sombras han sido criados bajo la frase que indicaba que los sentimientos nublaban el juicio. Pero ella vio ese día mientras escoltaban a aquella rubia-platinada hacía la Espada Mortal, en sus ojos brillosos y acuosos, vio en ella la valentía y la fuerza de tomar ese dolor que había en su alma, de hablar y poder decir todo lo que vivió, lo cual fue... Mucho.

Ella quiso ayudarla, quiso correr a que le sacaran la Espada Mortal de sus manos y la dejaran respirar, porque ella podía, veía en sus ojos que por más que la obligaban a contar todo, ella recordaba y podría recordarlo después. 

Recuerda muy bien ese sentimiento de culpabilidad, y recordaba las palabras de su prometido "Es una lástima que las personas deban ser juzgadas por errores que no cometieron", ella la vio en ese momento y supo todo lo que estaba sufriendo, pero cuando la volvió a ver en el Instituto por órdenes de la Clave, no supo controlar su enojo, Valentine era quien estaba creando caos y destrucción entre ellos y no podía... Simplemente no podía no juzgarla y pensar que podría ser culpable por el hecho de ser hija de un gran traicionero que llevaba la marca del Círculo en su cuello.

Cuán equivocada estaba.

La Cazadora con sus cosas listas decide que ya es momento de marcharse de aquel lugar, había olvidado esa sensación de pérdida y cariño, había olvidado los sentimientos después del fallecimiento de su prometido y aunque le dolía recordarlo, el estar ahí fue como volver a vivir en una normalidad que le agradaba, donde otras personas podrían preocuparse por uno, donde no importaba qué, podía ver igualdades entre Cazadores y subterráneos, aunque solo haya sido el caso de Alec, Izzy y Jace con Magnus Bane y Meliorn, recordó lo bien que se siente luchar por el bien de uno y de otros y no luchar por obligación o por creer que es lo correcto. Aquellos Cazadores le habían vuelto a recordar la unión fraternal y amorosa que puede haber en una familia y parejas y si, ahora acepta que habría sido horrible tener que casarse con Alexander cuando aquel chico caía rendido a los pies de Anny, ver la valentía de aquella chica le sorprendía, ella estaba dispuesta a entregarlo y dejarlo ir por el bien de su familia.

Con ayuda de su 'estela' abre su escondite donde estaba guardada la Copa Mortal, la cual al ser tomada mostraba el brillo normal como si ésta fuese a funcionar en algún momento y sonríe de lado con el solo hecho de pensar que no era de ese modo, Anny había realizado un conjuro de bloqueo donde la Copa podía verse igual en todas las manos, donde se podía sentir el poder que desprendía, donde se podría hacer uso de ella, pero funcionaría igual que una copa normal.

Básicamente no serviría.

Ambas chicas esperaban que la suposición de Anny no fuese cierta, Lydia estaba dispuesta a defenderla y ayudarla en caso de que algo ocurra y la Copa Mortal sea robada, esperaba no pasase porque sería muy complicado sacar de una situación como esa a Anny, siendo hija de la persona dispuesta a robarla y es claro que todos esos pensamientos la distraen de su verdadera tarea y no se percata de que dentro de su habitación había alguien esperando el momento adecuado para atacarla.

Lydia abre sus ojos de sorpresa al dar media vuelta y volver a enfocarse en su misión de retorno a Idris y su sorpresa fue tan grande como la magia fluyendo alrededor de ella, protegiéndola del ataque que Hodge iba a propinarle

Anny...

Susurra para ella misma y trata de dar batalla a uno de los mejores entrenadores de Cazadores de Sombras, sabe que puede ser batalla perdida, pero aun así no se deja vencer por aquel hombre que solo le propinaba golpes hiriéndola ante la fuerza y brutalidad que usaba.

La batalla no dura más de cinco minutos cuando Lydia recibe un golpe en su nuca que la noquea sin posibilidad de mantenerse alerta o despierta, cae encima de la mesa que se posaba en la oficina, dañando aún más su cuerpo y la Copa Mortal queda expuesta para aquel hombre, quien la toma y se siente complacido por el logro adquirido.

Hodge sale de la habitación como un Cazador corriente que no ha visto ni ha hecho nada y se dirige a la enfermería donde reposaba Jocelyn Fairchild, aquella mujer que él dijo era su mejor amiga, aquella Cazadora que por protección a su hija vivió entre mundanos ocultándola.

Aquella mujer que reposaba en una nube de magia, adormecida como cual princesa mundana de las que Clary solía ver cuando era más cría.

Hogde, ya saliendo de la ensoñación de lo que había realizado empieza a mostrar nervios mientras observaba a aquella mujer, quizás en un principio se sentía seguro de poder realizarlo y aunque el tener la Copa en sus manos era la viva prueba de su capacidad... Pensaba en Anny y todo lo que provocaba la situación en ella, la ama como su hija, porque lo es y porque le recuerda ese vivo sentimiento de amar a alguien, porque era el vivo recuerdo de la mujer que intentó salvar y a la vez Anny era la persona que provocó que Leah entregara su vida por la de ella y aun no era capaz de perdonarle ello...

De todas formas, aquel hombre solo podía pensar en su bien, desde el día en que Leah decidió entregarle a una bebé, no pudo no amarla al verla y saber que era, básicamente, suya, pero el saber que Leah había muerto la hizo alejarse como padre y ser más bien un tutor, Anny podía cuidarse sola, siempre lo había hecho, nunca necesitó de él y, ahora podría obtener su libertad.

Una libertad que Valentine le estaba haciendo entrega a través de un comunicador seelie, donde logra desactivar la runa de Castigo en Hodge para así darle la posibilidad de salir del Instituto. Podría salir y ser libre, a penas es capaz de procesar todo lo que estaba ocurriendo, no es capaz de arrepentirse y quizás lo iba a hacer, pero tampoco logra pensar en ello cuando en la salida del Instituto había seguidores de Valentine listos para escoltarlo hacía él y hacerle la entrega de la Copa Mortal.

Hodge Starkweather, traidor entre los Cazadores de Sombras, castigado con un encierro en el Instituto de Nueva York, habiendo tenido oportunidades para enmendar sus errores pero demostrando que siempre estaría de lado de aquel hombre, La Clave había decidido asignarle aquel castigo de por vida, al menos con sus hijas a su lado, aún así, sería un traidor y moriría como tal, pudiendo haber elegido una crianza sana, una familia tranquila y que los Nefilims logren perdonarle por los actos cometidos en el pasado, pudo haber escogido ser una buena persona pero se hundió en el dolor de la pérdida y la sed de venganza ante el castigo de la Clave y al visualizar como existían otros miembros del Círculo, quienes habían sido perdonados.

Heavell ~Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora