24.

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- ¿Qué necesitas decirnos Magnus?

Alec, Anny y Magnus habían ido a la azotea del apartamento del último mencionado, las cosas ya se habían calmado, Jace había optado por quedarse en el sofá, probablemente se quedaría dormido dentro de los siguientes minutos y Clary se encontraba en plena conversación con la persona a quien considera su padre. Aquel que justo en ese instante le comentaba toda su historia, sobre como él incluso había sido el Parabatai de Valentine, explicándole al cien por ciento las razones sobre el porqué su madre tenía escondida la Copa Mortal y cómo ella sería la única en encontrarla.

Por lo que, ambos brujos habían superado un poco su cansancio y Alec y Anny estaban estables mentalmente el uno con el otro.

-Debo confesarles algo que tuve que realizarles a ustedes cuando eran más pequeños.

- ¿Qué? -Sinceramente ninguno de los dos se esperaba aquello. Anny ya sabía que a ella le bloquearon su magia para que nadie la descubriera durante un buen tiempo, pero jamás habría pensado que Magnus les había hechizado o hecho algo. Con suerte y sabían de su existencia hace un par de días.

- ¿De qué estás hablando? -Pregunta Alec saliendo de su estado de sorpresa y sentándose en uno de los sillones que se encontraban en aquel lugar, toma la mano de Anny obligándola a que haga lo mismo, notando como ella aún no podía creer lo que el brujo les decía.

Básicamente se trataba sobre unos recuerdos de ambos que cierta persona le pidió que borrara de sus mentes, aquello había ocurrido dos veces en distintos años, el primero al primer año de conocerse y el segundo fue justo antes de que a Alec le marcaran la runa Parabatai.

-Quise juntarlos el día de hoy porque sentía que ya era hora de que les devuelva esos recuerdos y creo que así también entenderán muchas cosas sobre ustedes. Básicamente soy un brujo que siempre encuentra el mejor momento para revelar cosas. Les aseguro que esto no les dolerá ni nada y les hará sentirse mejor con el otro.

Ambos se miran una vez Magnus termina de hablar, momentos antes cuando les explicaba el momento donde lo mandaron a llamar para realizar el trabajo, mencionó que no les diría quién fue la persona que lo citó y le pidió eso. No quería crear más caos del que ya tenían en sus vidas.

Una vez Anny y Alec deciden estar listos para recordar aquello que fue robado, se toman de sus manos como la costumbre que solían tener cuando estaban solos, tomando por sorprendido a Magnus y haciendo que éste asegure que aquel era un amor verdadero.

El brujo sale de la leve ensoñación y comienza a hacer uso de su magia a través de una danza con sus manos, mirando a ambos al mismo tiempo, acercando ambas manos una a cada uno haciéndoles ver lo que se les obligó a olvidar.







-Leah... -Un pequeño Cazador de Sombras moreno y lo suficientemente tierno llamaba a la chica a la cual había llegado hace un año al Instituto de Nueva York, haciendo que la pequeña rubia casi platinada se de vuelta y corra a los brazos de su querido amigo.

-Gid. -Le menciona ella una vez unen sus cuerpos y cierra sus ojos, haciéndolos sentir una sola persona, ambos tenían un vínculo inquebrantable, de amistad y un poco más que eso. Cada uno había tomado esa costumbre de llamarse por el segundo nombre, no eran muchos los chicos que tenían dos nombres y ellos corrían con aquella sarcástica suerte de detestar los suyos, pero por alguna razón amaban cuando el otro les llamaba así. Se separan de aquel abrazo duradero y se toman de las manos, una costumbre que habían agarrado a penas se conocieron, y es que los sentimientos entre ellos fluían desde el primer abrazo.

Heavell ~Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora