23.

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Todo pensamiento que pasaba por su cabeza fue interrumpido por la vibración de su celular, lo toma en sus manos y en definitiva no se encuentra complacida con lo que la pantalla le muestra, ignora aquella llamada pensando en que quizás era algo insignificante, teniendo en duda la realidad, y es que, al volver a sentir la vibración de su celular, afirma que necesitaban de ella.

-Jace.

Su voz suena más cortante de lo normal, más fría, cansada y ya devastada con todo, claramente no hay manera en la cual pueda saber que Jace al escuchar la manera en la cual la rubia le contestó sintió una mezcla de sentimientos en el centro de su pecho, una punzada de dolor y angustia, culpabilidad en su mayoría.

-Anny... -Pero no logra terminar la frase ni el favor que necesitaba pedirle, dentro suyo siente lástima por si mismo y de sentirse así con ella, quien prácticamente era su hermana, la chica que la ayudaba a pesar de todo, aquella que le aconsejaba como conseguir citas y no percatándose que ella nunca fue a una, esa muchacha que le comentaba cosas sobre su hermana, detalles simples que le ayudaron a conquistar aquel corazón y una vez ella le dijo que su hermana había muerto frente sus ojos, sin darle más explicaciones, dudó plenamente de ella y sus capacidades. -Anny, soy un imbécil y...

-No sigas. -Le interrumpe la rubia, no queriendo sus disculpas, no aún por lo menos, estaba cansada de ser criticada, llevaba toda su vida a base de gente queriendo burlarse de ella, de su padre, queriendo hacerle algún tipo de daño psicológico con palabras que trataba de ignorar pero que aún permanecían en su ser. -No vengas con tus mierdas de disculpas ahora y solo dime qué necesitas.

Si Anny hubiera estado frente al rubio, habría visualizado cómo éste se tomaba la cara a un paso de que las lágrimas salieran de sus ojos, apegándose a la pared más cercana, perdiendo un poco la cordura al escucharla hablar así. Sabiendo que necesitaba de ella y la llamaba por ello y no para pedirle que le explique las cosas y puedan perdonarse entre ambos para continuar con sus vidas.

-Yo... Magnus dice que necesita de tus poderes, él... Él no puede hacer esto solo.

-Bien.

Jace no logra escuchar nada más al otro lado de la línea, solo aquellos pitidos que indicaban que la llamada había terminado, golpea su cabeza en la pared tratando de calmar el dolor que sentía dentro, se sentía como un hipócrita y aquello no era digno de él, jamás había escuchado a Anny de ese modo, nunca la había oído tan cansada, sin saber si aquel cansancio provenía gracias a él y su gran bocotá o por toda la situación que acontece Clary Morgenstern, quizás eran ambos.

Toma un gran y largo suspiro que deja escapar y el cual llama toda la atención del brujo que estaba a un lado de él, Jace lo mira con algo de rabia, no sabiendo cuando había llegado a su lado y anhelando que aquel personaje no haya escuchado su llamada.

-Tranquilo rubiales, sólo vengo a darte la lista para que busques las cosas que necesito para la poción... Y... Para decirte que también necesito a Alec.

Jace toma aquel trozo de papel, Magnus ya le había comentado los ingredientes que le faltaban, pero no iba a negar un papel que contenía aquellas cosas escritas, su mente divagaba completamente y no quería que le faltase algo. Aún así no logra entender el porqué aquel brujo necesitaría de su Parabatai, cómo si el haberle pedido que llamara a Anny no fuese suficiente tortura para él.

- ¿Por qué Alec? -Le pregunta de manera incrédula, no captando el hecho de que Magnus Bane sabía que tenía problemas con ellos dos. Sí, él necesitaba de los poderes de Anny, a él se les agotaría su magia a penas empezara a calmar a Luke para que el veneno se expanda con mayor lentitud, mientras esperaba a que Jace y Simon volvieran con las cosas que le faltaban, pero Alec no era del todo necesario, aun así, aquel brujo tenía un asunto pendiente con su sobrina y el Cazador y no encontró un mejor modo y momento que aquel para juntarlos.

Heavell ~Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora