Día del ataque, horas antes.
- ¿Qué sucede? -Era una pregunta tan fácil de hacer y tan difícil de responder a la vez, Alec había citado a su equipo, el cual consistía en su hermana menor Isabelle, su Parabatai, Jace, su ¿cómo la llamaría?, Azzanya y la chica quien debería seguir viva, pero por circunstancias de la maldad del mundo ha fallecido de una manera muy injusta, Amalya.
-Tenemos una misión, somos un equipo y debemos resolverla. -Alec mira a su grupo, evitando contacto visual con Anny, no quería que ella viera el miedo que sentía de que algo saliese mal y ella saliera perjudicada, porque de todos modos iba a pasar.
-Ilumínanos. -Menciona Jace con suma curiosidad, pues, llevaban días sin realizar una misión y al chico le gustaba lo emocionante, le agrada aquello de tener la mente ocupada en situaciones que le llamaran la atención, lo de quedarse quieto, sin hacer nada, no era lo suyo.
-Por alguna razón algunos demonios han estado asesinando mundanos y drenan su sangre.
El grupo en si se cuestionan lo que su líder acaba de mencionar, por alguna razón se les hace poco creíble. Se miran entre ellos como dudando si en preguntar o no, claramente deben hacerlo, se necesitan de todos los detalles para poder completar una misión como esa.
- ¿Por qué querrían sangre?
- ¿Aquello no es territorio de vampiros? -Se cuestionan Jace y Anny, ambos se miran entendiéndose, siempre habían tenido una conexión de hermandad más fuerte que los otros, ya que los dos fueron básicamente adoptados por la familia Lightwood, aunque para aquellos padres, Jace era más un hijo y Anny sólo la chica que llegó a la vida de los demás. Aún así, Jace rápidamente aleja su mirada de la ella, sentía una pequeña presión en su pecho cada vez que la miraba y no lograba saber qué había cambiado entre ellos. Anny por otro lado sólo agacha su mirada por aquel cambio en la persona a la cual considera su hermano.
- La verdad no se sabe, quizás vampiros perezosos. -Pero aquello no era suficiente, ni correcto, esas palabras detonaron dudas en cada uno, esperando que Alec estuviese en lo correcto, no queriendo anticipar lo peor.
-Quizás hay algo especial en su sangre. -Se cuestiona Izzy, más para sí misma tratando de darle en la idea a su equipo que puede haber algo peor que un vampiro perezoso, son Cazadores de Sombras, de un cierto modo deben estar preparados para todo tipo de situaciones.
- ¿Qué puede haber de especial en la sangre mundana? -Esta vez sólo hay una conversación entre Jace e Izzy, Alec les informa que se preparen antes de salir, mientras ambos hermanos siguen con su discusión camino a sus habitaciones.
- ¿Puedes ayudarme? -Pero Anny no se había alejado de Alec, esperó a que Izzy y Jace estuvieran lo suficientemente alejados para pedirle ayuda al pelinegro, y es que de verdad se sentía abrumada, llevaba tiempo ya sin salir a batallar y no quería fallar.
-Por supuesto, ¿qué necesitas?
Anny toma del brazo a Alec, alejándolo de los pasillos y llevándolo a su habitación la cual era la más cercana en esos momentos, toma postura ahí dentro y cierra la puerta, procurando que nadie los haya visto entrar.
-Necesito que me marques con una Iratze. -Alec la mira sin entender muy bien a que va la petición, no logra realizar la pregunta deseada ya que se desconcentra y calla al ver como la rubia casi platinada se quitaba su remera dejándole ver su espalda. La última vez que la vio en esas condiciones fue hace dos semanas, cuando al fin había descubierto sus sentimientos dirigidos a ella.
- ¿Qué... -Y no logra terminar su maldición, la herida de la chica, la cual lucía horrible hace dos semanas, estaba en peor estado y para él aquello no era creíble. - ¿Qué carajos? -Termina su oración esta vez, saliendo de aquel encantamiento y con sus manos toma la cintura de la chica acercándola más a él, para obtener una mejor visión de aquello, o quizás para sentir aquella cálida piel la cual no tenía idea que adoraba.
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Heavell ~Alec Lightwood
Science FictionUna historia basada en la serie de Netflix, "Shadowhunters" Cuando crees que tienes toda tu vida bajo control, llega alguien que te hace dudar de tu estado mental y empiezas a sentir como todo se desmorona. La conocerás. Heavell, en donde el cielo q...