Capítulo 23.

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[Yo te miro y todo me da vueltas...]

—Me gusta mucho tu baño, siempre huele como a coco —Nikolás abrió la puerta y Emilio paró de acercarme hacia el, de hecho fue incómoda la situación.

Dos muchachos en la cama, uno sin camisa, es más, uno arriba del otro, a poca distancia, mirándose fijamente y uno de los con los labios abiertos... Escena sospechosa.

—Oh... Si quieren los dejo solos —Nikolás se regresó caminando para atrás lentamente y volvió a cerrar la puerta.

Miré a Emilio, Emilio me miró a mí.

Me abrazó, con mucho cuidado, y lleno de amor. Me presionó un poco contra él.

—Joaquín.

—¿Si?

—Prométeme algo.

—Adelante.

—Pase lo que pase, si grabamos por mucho tiempo o no, si ya no nos volvemos a ver después, si pasa cualquier cosa, la amistad sobre de todo —Emilio me acariciaba la nuca.

—La amistad sobre de todo —repetí, suspirando.

—¿Ya se besaron o me sigo esperando? —gritó Niko del otro lado de la puerta.

—Ya vente princesa —le devolvió Emilio el grito y me ayudó a sentarme en la cama.

—¿Estuvieron buenos los becerros? —Niko movió los hombros.

—No lo besé, es mi amigo solamente —Emilio se rascó la cabeza.

“Oye Niko, Mamá corazón morado está llamando... So it's gonna be forever, or it's gonna be...

—¿Mamá? —Niko respondió rápidamente.

—Nikolás necesito que vengas urgentemente.

—¿Qué sucede?

—Tu papá tuvo un accidente, necesito que vayas conmigo al hospital —el silencio era muerto y podía escucharse cada palabra proveniente del móvil de Nikolás.

—Voy para allá, no tardo —Niko colgó rápidamente.

—¿Ocupas que te lleve? —mencionó Emilio.

—No, tardaríamos mucho para subir a Joaquín y la silla, y luego bajar, y aparte sería incómodo para el, y ni en pedo lo dejamos solo, iré en Uber, aquí dejaré la maleta, ya me iré saliendo de una vez —Nikolás marcó en su teléfono y llamó al uber —. Cuídalo mientras no estoy, si no vuelvo es porque me quedé con mi papá.

—Cualquier cosa llámanos Niko, en serio podemos ir a dej...

—No Joaco, iré solo —se escuchó el claxon de un auto abajo —. Ya llegó, me voy —salió corriendo de la habitación.

—Eso fue muy rápido —Emilio se asomó por la puerta y seguido la cerró.

—¿Qué le habrá pasado a su papá? —estaba preocupado, por el papá de Niko y por Niko.

—No hay que pensar en lo peor, él ya nos informará —se sentó a mi lado.

—¿Qué haremos mientras no está? —me rasqué la cabeza.

—Podríamos ver una película, jugar a algo, platicar de un tema en específico, no sé —elevó los brazos al aire.

—Tú elige.

—Cuéntame, ¿Quién es exactamente ese Rodrigo? ¿Cómo se conocen? —se puso pensativo.

—Nos conocimos en la secundaria, estábamos en el mismo salón, fue el primero con el que hablé al entrar el primer día. Antes era más chaparro, como diez centímetros menos que yo ahora mismo, estrella para deportes, perseguido por las niñas, el típico partidazo juvenil de doce años en ese entonces, y luego el típico partidazo de quince años que es ahorita, o al menos eso se cree él.

"Cry Baby"//Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora