Capítulo 40; parte 2.

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[Celos, recuerdos, compasión]

La luz de la luna y las estrellas entraban por la ventana, no pude notar el cuerpo de Nikolás acostado en el colchón, como de costumbre; también estaba el leve sonido de los grillos afuera, alguno que otro cantar de un pajarito.

Pero éste no era algo parecido a un flashback exactamente, era más como algo que mi mente estaba totalmente imaginando... Ya que no recuerdo haber pasado por ese momento.

Joaquín estaba acostado sobre mí cuerpo, su cabeza quedaba justo debajo de mí mandíbula, mi mano derecha le acariciaba el cabello, y la otra lo abrazaba de la espalda.

Sus cortos cabellos huelen demasiado bien, una combinación de shampoo y cremas de diferentes olores a frutas, su piel es muy suave, se la cuida bastante. Y su cuerpo es tan ligero, que casi no se siente peso sobre mí. Aparte su cintura es tan diminuta, que da tentación tocarla.

-Joaquín -mi yo le habló, ya que yo estaba viendo desde una perspectiva distinta, sin embargo podía sentir todo lo que el Emilio en la cama presenciaba.

-Papatos, tacocos -los balbuceos de mi compañero siempre me daban risa.

-Estás muy hermoso -me quedé helado ante las palabras del Emilio frente a mí.

-Tú más - Joaquín elevó su cabeza y le dió un beso en la mejilla.

-¿Sabes que día es mañana?, Bueno hoy -mi semejante sonreía.

-¿Aniversario número cinco?

-Seis, felicidades amor -Emilio subió a Joaquín hasta sus labios y se besaron.

Me alarmé pero a la vez, mi otro yo estaba teniendo una paz interna, que jamás había sentido... Miré el calendario de Joaquín... Ponía 2025, ¿Qué rayos?

¿A caso somos nosotros en seis años?, esto debe ser totalmente mi imaginación, es muy raro. Es como si fuesemos novios, no, más bien somos novios en éste sueño, y empezamos a salir en 2019, ¿Por qué estoy imaginando ésto?

Quiero salir de aquí.

-¿Quieres hacerlo un poquito? -el Emilio allí, miró pícaramente al pequeño Joaquín.

-Son como las cuatro de la mañana Emilio, ¿No puedes esperar a que amanezca?

-No...

-Está bien, un round rápido -Joaquín extendió su brazo y abrió el cajón.

Me asomé un poco, vi condones.

-¡AHHH! -desperté de la calma, para estar muy acelerado -. ¿¡Qué pedo?!

-Te quedaste dormido, ya vamos a bajar del juego -Joaquín me sostenía en sus brazos, Libardo y Jean estaban de espaldas a nosotros, viendo los últimos momentos del paseo en la rueda -. Estabas muy calmado, pero en éstos últimos segundos tú corazón se aceleró, ¿Estás bien?

-S...sí.

-¿Qué estabas soñando? -Joaquín se veía aún borroso ante mis ojos, así que me los tallé.

-Nada importante, solo un susto -era extraño haber presenciado aquello y más porque yo no podía controlar las cosas en el sueño, Joaquín y yo al parecer éramos una pareja de seis años de relación, había ya mucha confianza por lo visto...

-Bajan -la voz de Jean aturdía mi cabeza, pues no hablaba, gritaba.

Salíamos y pude respirar más tranquilo.

-Oye, ¿Cómo te llamas? -me preguntó el alto pelinegro.

-Emilio-articulé entre dientes y después tomé a Joaquín abrazándolo por el hombro.

"Cry Baby"//Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora