Capítulo 49.

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[Eres un rayo de luz].

¡Ésta casa es enorme!, ¿Acaso tengo un nuevo amigo millonario o que onda?

—Bueno pasa, solo deja tus zapatos en la orilla, nuestra nana viene de Japón, es muy estricta, vive aquí para cuidarnos cuando no están mis padres, pero es cómplice, solo que eso no le quita lo regañona, tiene ochenta y tres años y aún baila, ¿Lo puedes creer? —Emilio se quitó los zapatos junto conmigo.

—¿Dijiste cuidarnos? —pregunté.

—Ah eso, tengo dos hermanos, Alía y Dan, en realidad se llaman Rosalía y Daniel, pero no les gusta, así que se quedaron con esos apodos, son gemelos, algo odiosos pero los quiero, de hecho ya tardaron en...

—¿Quién es? —dos chicos se asomaron por las escaleras.

—Amigo mío, saluden, se llama Joaquín.

—¡Ay no, es Joaquín Bondoni! —la chica gritó emocionada.

—¿¡El de la novela?! —le respondió su hermano.

—¡Sí! —contestó Alía.

—¿¡Por qué no nos dijiste que eras amigo de Joaquín?! —cuestionó Dan.

—Porque sabía que se iban a poner justamente así, ya nos vamos a mí cuarto, regresen al suyo —les ordenó.

—¡Pero! —hablaron ambos.

—Respeten su espacio, ahorita mismo es una persona ¿Entienden? No un objeto televisivo, no le pidan autógrafos ni fotos, vino a la casa conmigo, como mi amigo, no como celebridad, ¿Bien? —Emilio me tomó de la mano y me dirigió a una puerta bajo las escaleras.

—De verdad no hay problema Emilio, puedo hablarles...

—No te abrumes, tienen trece años, son unos niños, y saben que deben respetarme, a mí y a mí compañía. No quiero que te sientas apurado con ello, quiero que pases un día alejado de trabajo, fama, etc.

—¿Duermes bajo las escaleras? ¿Cómo Harry Potter?

—Me gustó mucho la idea, así que pedí mi habitación así, la de mis hermanos está dividida, de un lado es rosa, temática de Disney, y del otro lado es morada, temática del espacio.

Entré, no era nada pequeño, era enorme, una cama grande, un espejo del tamaño de la pared, una mesa de juegos y un rincón de lectura, el cual se corría hasta arriba de libros y libros.

—Sobre lo de tus hermanos, ¿Estás seguro?

—Sí, ya les compré entradas para el teatro, y meet and greet, así que podrán verte de todas formas. En éste momento quiero que te relajes un poco para después arreglarnos e ir al antro, ¿Va?

Era tan amable, tan considerado.

—¿Quieres un masaje? Nana me enseñó.

Recordé que aún se notan mis moretones, ya no duelen, es mínimo, pero no puedo quitarme la camiseta, es de manga larga, no puedo descubrirme.

—¿Se puede sobre la camiseta y despacio?

—Solo si quieres que te roce, ¿Te pasó algo?, Puedo masajear lento.

¿Era malo decirle? No iba a contarle lo que pasó, solo a avisarle de el dolor.

—Tengo moretones porque tuve un accidente, se ven feos, y todavía duelen un poco, no quisiera que me vieras...

—Oh no te preocupes, una vez Dan se cayó del techo, Alía lo empujó pensando que caería en el brincolín, y bueno, terminó en la pila de llantas. Se llenó de moretones y raspones, aún así le di masajes de tratamiento.

"Cry Baby"//Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora