III

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Capítulo 3.












Jueves.





Harry se movió incómodo en su cama, el sonido de la televisión lo despertó. Demasiado alta.

—Louis... ¿Qué haces viendo la televisión tan temprano? —.

—Shhh, están por pasar una entrevista de mi banda favorita —.

—¿A esta hora? —.

—Son de otro país, su horario es diferente, duh —.

—¿Podrías ir a verla a la sala? —.

Louis lo vió por primera vez en el día, por largos segundo.
—Está bien —. Y sin decir más, apagó la televisión, y se fue de la habitación.

Harry ni siquiera se lo cuestionó, simplemente se tiró a dormir de nuevo. Era uno de sus días libres, pero ya no pudo conciliar el sueño, ya que la televisión de la sala estaba ahora a todo volumen.

—Aaagh —. Se cubrió la cabeza con la almohada intentando disminuir el ruido.







🔅🔅🔅









3 días después.






—Te ves terrible hombre —. Niall tomó de su cerveza mientras miraba a Harry.

—Siento que soy padre de un niño berrinchudo —. Murmuró con cansancio.

El irlandés y Harry bebían una cerveza bien fría en uno de los buenos bares de Londres.

—Te lo dijimos —. Se encogió de hombros, y terminó su cerveza de un trago. Llamó al barman de inmediato.

—Siento que se esfuerza en hacer que lo eche de mi departamento —.

—Es por eso que no pudimos soportar la semana completa, literalmente, yo lo eché cuando apenas cumplimos cinco días, Zayn con cuatro y Liam impuso el récord de seis días —.

Harry dejó caer su cabeza entre sus manos.
—Estoy seguro que es sólo cuestión de que nos acostumbremos —.

—No lo creo, llevas tres días con él y mira esas ojeras. Lo lamento, te prometo que compraré el mejor palo de golf y lo usaré cuando llegue a las nacionales —. El irlandés sonrió de oreja a oreja mientras bebía de su tarro.

—Sigue soñando, ustedes me pagarán ese dinero —. Dijo con firmeza, y bebió el último trago de su cerveza.




🔅🔅🔅






Harry entró a su departamento, el tiempo se le había ido volando platicando con Niall. Ya era casi la media noche, y todo lo que quería era descansar.

Supuso que el castaño ya estaba dormido, así que hizo todo con cuidado, intentado no hacer mucho ruido. Entró a la habitación en silencio pero frunció el ceño al ver que la cama aún estaba hecha.

—¿Louis? —.

El silencio fue su respuesta. Abrió la puerta del baño pero no había nadie allí. Sacó su celular y lo llamó, sin embargo el celular comenzó a sonar en la mesita de noche de su habitación.

—¿Louis? ¿Estás en casa? —. Esta vez habló más fuerte mientras caminaba a la sala, tal vez había pasando desapercibido por su vista. Pero no. No había rastro del castaño.

•Perdido En Tus Ojos• LS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora