•Perdido En Tus Ojos• LS.

XVI

Capítulo 16.

Louis se encogió sobre su lugar al sentir frío en los pies. Era molesto. Abrazó mejor la almohada en la que estaba acostado y volvió a intentar conciliar el sueño.

Cortos fragmentos de recuerdos comenzaron a aparecer en su mente. Esperando fuera del departamento de Eleanor, conducir hasta un bar, beber, beber, beber y...

Se sentó de golpe al reconocer el par de ojos esmeralda que se atravesaron en sus recuerdos de la noche anterior.

Miró a su alrededor, estaba hecho un lío de sábanas en la cama, abrazaba la almohada de Harry y estaba tapado con su cobertor, el suyo estaba tirado en el suelo.

Los recuerdos lo golpearon como balde de agua helada. Su rostro se tornó pálido recordando a Harry cargándolo, y a él abrazándolo sin aviso.

Sus mejillas ardieron y el corazón le latía con tanta fuerza que se tuvo que llevar una mano al pecho.

Tragó duro y observó alrededor. Harry no estaba. Salió con cautela de la habitación, sólo para confirmar que el departamento estaba vacío.

Miró la hora. 8:16 am. Harry a esa hora normalmente estaba desayunando...

—Se ha ido por mi culpa —. Se murmuró a sí mismo. Regresó a la habitación y se sentó en la cama con la cabeza entre las manos. —No, no debe... no puede, somos amigos... es normal abrazar a tus amigos... en la noche —. 

Se intentó convencer a sí mismo, pero fue inútil, sonaba estúpido debatirlo en voz alta.

¿Qué iba a hacer?¿Qué pensaría  Harry ahora?

Había algo nuevo, un sentimiento que le llenaba la cabeza de preguntas que no quería escuchar.

¿Y sí se aleja? ¿Y si las cosas se volvían incómodas?

—Soy un idiota —. Murmuró con cierto enojo.

Y entonces, después de pensar que era lo que le podía decir, decidió no decirle nada. Nada era mejor que darle una explicación.

¿Cómo iba a decirle que estaba confundido? Harry preguntaría por qué, y él no sabría cómo explicarle lo que estaba sucediendo en su cabeza.

Ni siquiera él mismo se lo podía explicar.

Inhaló y exhaló profundamente recuperando compostura e intentando no hacer explotar su cabeza con el terrible dolor que lo invadía.

Fue a la cocina por algo de comer, Harry siempre le dejaba el desayuno en el refrigerador si no se levantaba a tiempo.

Su estómago gruñó de tan sólo pensar en los desayunos que Harry le preparaba, sin embargo, al abrir el refrigerador no había nada.

El poco buen humor que había obtenido se desvaneció en un segundo, siendo reemplazado por tristeza.

Lo había arruinado. Había arruinado su vínculo con Harry.

🔆🔆🔆

—Llegas tarde, Alessandro preguntó por ti, pero le dije que estabas en el baño —. Lía le tendió el café que iba destinado para el director.

—Me he quedado... atrapado en la cama —. Sonrió  incondicionalmente haciendo resaltar sus hoyuelos —Ni siquiera hice desayuno —.

Suspiró mientras presionaba los botones del elevador junto a Lía.

—Puedes comer en la cafetería —. La chica le recordó intentado borrar la expresión angustiada de su compañero.