IX

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Capítulo 9.









Louis se tapó la cabeza con una almohada, el bebé no dejaba de llorar en la sala y ya eran las malditas doce de la mañana. Estaba siendo un tormento.

Le había dicho a Harry que él no cuidaría del bebé, al rizado no pareció importarle, seguía extasiado por la presencia de aquel pequeño ser.

El llanto se intensificó y Louis ya no lo pudo soportar más. Salió de la cama y fue directamente a la sala, Harry cargaba al bebé de un lado a otro, moviendo una sonaja junto a él.

—¿Qué jodidos estás haciendo? —. Estaba tan irritado que podría mandar a dormir a afuera a ambos, sin remordimientos.

—Intento que duerma, pero parece ser que no va a suceder —.

—Te dije que no lo dejaras dormir en el auto —. Estaba molesto. No, muy molesto.

—Vete a dormir, yo puedo hacerlo —. Dice con consideración.

Louis bufó.
—Por supuesto que lo iba a hacer, pero esos gritos no me están dejando —.

Harry seguía rebotando en su regazo a Dylan. Louis jadeó con frustración y fue a la cocina.

Regresó con un biberón en las manos después de unos minutos.

—Dámelo, animal —. Le tendió los brazos con enojo.

El rizado se lo cedió sin decir una palabra. Louis lo acurrucó en su regazo con experiencia desbordando, le dió el biberón callando por fin aquel insoportable llanto. Fue cuestión de minutos y un ligero arrullo de un lado a otro que hicieron al pequeño Dylan caer rendido en los brazos del castaño.

Alzó la vista encontrándose con el par de ojos esmeralda viéndolo con algo que Louis creyó ser admiración.

—Así se duerme a un bebé, vale más que hayas aprendido porque esta será la única ver qué te ayude—. Susurró con enojo y caminó hasta la habitación llevando a Dylan consigo.

Harry sonrió. Louis cargando a un bebé, un bebé que se parecía a él...

Su estómago se retorció haciéndolo sentir un hormigueo por todo el cuerpo.

Decidió hacer un poco de té, realmente lo necesitaba para dormir. Esperó a Louis en la barra, pero el castaño ya no regresó.

Cuando terminó su té y entró en la habitación aquella vista le derritió el corazón -incluso cuando creyó que ya no era posible derretirlo más-.

El bebé estaba dormido en el centro de la cama; boca abajo con su cabeza de lado, una de sus piernas doblada, y uno de sus bracitos estirado. A su lado descansaba Louis, y estaba exactamente en la misma posición que Dylan, incluso ambos volteaban para el mismo lado.

Con cuidado los arropó a ambos con sus respectivas mantas. Se recostó despacio en su lugar de la cama y observó a ambos. Al parecer aquél bebé iba a remplazar la muralla de almohadas aquella madrugada.


🔆🔆🔆

Harry se despertó encontrándose la cama vacía y destendida a su lado. Frunció el ceño al escuchar a Louis hablar en la cocina.

—... Siempre le digo que tiene que comer menos vegetales, pero él insiste en que no. Cuando crezcas no seas como él —. Decía el castaño mientras hacía un biberón, viendo de vez en cuando al bebé; quien descansaba en el portabebé sobre la barra.

Se puso frente a Dylan con el biberón en alto.
—Es un terco, así que tampoco dejes que te vista con esos atuendos de moda, lo mejor es tener estilo propio, ¿de acuerdo? —. Meneó la botella como si de un acuerdo se tratara. El bebé balbuceó y Louis le dio el biberón —Muy bien, muchacho—.

•Perdido En Tus Ojos• LS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora