•Perdido En Tus Ojos• LS.

XXVIII

Capítulo 28. ✨

Louis estaba allí, helado y a centímetros del rostro de Harry.

—¿Estás bien? —. Lo escuchó decir a lo lejos, a pesar de tenerlo a menos de un par de centímetros.

El aliento mentolado de Harry chocó contra su cara, llamando su atención a los labios ajenos; Louis se quiso morir al notar los labios sandía usando el labial que le había regalado. Sus mejillas no podrían estar más rojas, pero no se alejó.

Fue Harry quien recordó los dos errores que había cometido antes y soltó a Louis de inmediato, dando un paso atrás. Nervioso.

Louis bajó la mirada, sintiéndose más abochornado al no ser el primero en separarse.
—Gracias, casi... casi hago el ridículo —. Se rió ligeramente y comenzó a caminar al carrito.

Se apoyó en uno de los bordes metálicos y hasta entonces pudo respirar, no sabía en qué momento lo había dejado de hacer. Su corazón estaba tan acelerado, pero decidió ignorarlo y actuar normal cuando sintió a Harry llegar a su lado.

—El hombre de mantenimiento dice que él lo limpiará, le quise ayudar pero me arrojó una bola de papel —. Se quejó enseñandole el papel hecho bola y poniendo un nuevo galón de leche en el carrito —Deberíamos apresurarnos he irnos a casa, tus zapatos están empapados —. Le recordó.

Louis le dió un vistazo a su propio calzado y chasqueó la lengua.
—No hay problema —. Lo pensó un poco y al final terminó agachándose y quitándose el par de zapatos, poniéndolos dentro del carrito, y quedando completamente descalzo.

—Ahora es mucho más probable que te enfermes; el suelo está frío, tus pies remojados y- —.

Louis bufó.
—No pasa nada, anda —Le dijo comenzando a empujar el carrito —No es la primera vez que lo hago —. Murmuró a unos pasos más alejado de Harry.

El rizado frunció el ceño y trotó hasta quedar a su lado.
—¿Qué? —.

—Que vayas por una caja para pancakes —. Dió la vuelta en uno de los pasillo y apuntó a un lugar específico.

—¿No dijiste que tú ibas por ella hace un rato? —.

—Sí, pero no encontré a la que solo le añades agua, pregunté y me dijeron que estaba en la parte alta —.

—Oh, y no lo alcanzaste —. Harry concluyó mirando las cajas en lo alto.

El golpe que recibió en el brazo fue mucho más doloroso que tropezarse con un mueble a mitad de la noche.

Se sujetó el brazo y miró a Louis.
—Auch! —.

—No te vuelvas a burlar de mí —. Le advirtió —Sí las alcanzo, solo que no quise regresarme antes —. Murmuró mirado hacia otro lado.

—Aja —. Se burló y esquivó el golpe que Louis había intentado darle nuevamente —Hey, la violencia no es la solución —. El castaño viró los ojos —Pero haber comido tus vegetales cuando eras niño probablemente sí —.

Louis lo miró incrédulo, boquiabierto, y jodidamente molesto.
—¿Qué dijiste? Repitelo —. Lo retó.

Y antes de cualquier otra cosa, Harry se echó a correr.

—¡No huyas, jodido cobarde! —. Y corrió detrás de él dejando el carrito a un lado —¡Cuando te ponga una mano encima no vas a saber si el infierno es mejor a estar aquí! —.  Pero había una sonrisa en sus labios, delatando que no hablaba en serio.

🔆🔆🔆

Los días se fueron más rápido de lo común. Era domingo y tanto Louis como Harry tenían el día libre.