XXXVII

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Capítulo 37.







Sábado.  Fashion Vip Show.










Por alguna extraña razón, Louis fue el primero en salir de la cama, aún ni siquiera sonaba la alarma de Harry.

Se sentía ansioso, por lo que fue a tomar una ducha y a hacer algo de té, sabía que Harry estaría igual, así que dejó una taza para él también.

Pero los minutos pasaron y el rizado aún no despertaba, incluso lo escuchó apagar la alarma.

Chasqueó la lengua y entró en la habitación, el chico se había vuelto a dormir. Se acercó hasta estar lo suficientemente cerca para picar su hombro.

—Harry —. Lo llamó —Ya es hora —. Murmuró, meneando su brazo.

Algunos rizos caían suavemente sobre su rostro, los labios rojizos estaban entreabiertos y su brazo lastimado descansaba en el cabestrillo.

—Harry —. Lo llamó de nuevo, pero esta vez en un susurro, como si no quisiera despertarlo.

El rizado se removió y abrió los ojos, encontrado el par de zafiros mirándole. Le sonrió y su sonrisa fue correspondida al instante.

—¿No piensas ir a trabajar? —. Le preguntó, dejando su hombro ir.

Harry se sentó en la cama mientras bostezaba, negó.
—Alessandro nos dió la mañana libre, dijo que fuéramos a relajarnos, en especial yo —.

—¿Por qué tú? —.

Señaló su brazo lastimado y suspiró.
—Necesito quitarme esto antes del desfile, Alessandro no me quiere allí con esta cosa —.

El castaño frunció el ceño.
—Pero si aún estás lastimado, si a mí me duele el tobillo, tú debes de estar peor, no puedes dejarlo —.

—Serán sólo unas horas —. Afirmó —Sería ridículo ir con el brazo así; todos estarían más interesados en el cabestrillo que en el discurso que daré... Además, arruina mi conjunto—. Añadió.

Louis viró los ojos.
—¿Es más importante tu ropa que tu brazo? —.

—Puedo seguir cuidando después de mi brazo, el desfile es una oportunidad única —.

—Contigo no se puede —. Resopló, rodeó la cama y se metió de nuevo bajo las sábanas —Te he hecho algo de té —. Murmuró, cerrando los ojos.

Harry le siguió con la mirada.
—¿Te duele el pie? —.

—Tengo frío —. Admitió.

El rizado lo observó mejor.
—¿Cómo no vas a tener frío si traes todo húmedo el cabello? La calefacción ni siquiera está encendida —.

—No me gusta usar el secador —. Respondió con simpleza. 

Harry no desvió su mirada; estaba concentrado en las largas pestañas y los labios de fresa. Tenía tantas ganas de acurrucarse contra él, de abrazarlo para llenarlo de su calor, de decirle cursilerías, de... de volverlo a besar.

—... ¿Tú qué piensas? —. Louis le preguntó.

El rizado ni siquiera le había escuchado.

—¿Sigues aquí? —. El ojiazul abrió los ojos, encontrándose con la mirada jade.

Harry desvió la mirada a su regazo con rapidez, y se aclaró la garganta.
—¿Qué decías? —.

—Sobre Niall, creo que nos está ocultando algo —.

•Perdido En Tus Ojos• LS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora