Capítulo 94.

37 4 0
                                    

-Bueno, sabes que este restaurante tiene un piano.

-¿Qué insinúas Sojiro?

-Nos tocarías y cantaría algo.

-¡Hay! Si Sherlock canta una canción venga.

-Vale, camarero.

-Dígame señorita.

-¿Puedo tocar una pieza en su piano?

-¿Nos garantiza que canta bien?

-Yo lo puedo garantizar, 3·4·20 canta como los ángeles.

-Exagerado.

-Si señor, nuestra amiga canta muy bien.

-Bueno, pase al piano.

Con una sonrisa subí a donde tenia el piano y me puse a tocar “Vas a quedarte” de “Aitana” traducida al japonés mientras  los clientes del restaurante me miran, incluido el gerente de los insumos, Hayashi-san y Kanta-san. Después de cantar y de que me aplaudieran volví a la mesa donde nos pusimos a brindar por Kazuya y el embarazo de Yoshinaga-san.

El momento que más me divertido fue cuando vino Hayashi-san para avisarnos que se iba ya a la oficina y que me vería allí, se bebió una copa con nosotras ante de irse y con tono de serio se despidió hasta luego.

La comida la acabamos con el estoma bien lleno y con una sonrisa de oreja a oreja nos volvimos en el mercedes a trabajar. Al llegar nos topamos con Toto-san con unas modelos que como no al vernos empezó con sus pullitas.

-Ya he llegado, perdona por tardar, pero tras pagar el dueño del restaurante me estuvo intentando convencer para que trabajara para ellos como cantante, pero tranquilo, no voy a coger más trabajos, ya bastante tengo con el consultorio, ser su asistente y los proyectos.

-Espero que nosotros tengamos prioridad.

-Por supuesto, el balance va primero de todo y con su permiso, voy ha hacerlo.

-Ve. Me lo dice riendo.

Me metí en mi oficina donde enciendo la vela de Mika-san, cuando me percato que Hayashi-san ya ha vuelto a dejar el detalle del día en mi mesa que es una especie de diario y la típica tarjeta con falsas palabras de amor. Tras leerla abrí el armario donde tengo la basura que él me ha dejado, meto también eso y lo vuelvo a cerrar con llave a la vez que otra vez regresa el dolor que me ha causado, por suerte la vela de Mika-san me calma y me da la fuerza que me hace seguir caminando en la oscuridad.

-Si hago esto...

-Eurus.

-¿Uhm? ¿Quiere algo Hayashi-san?

-Ya vio mi detalle y la tarjeta.

-Si y la guarde con mucho amor, es más dejarla por ahí seria peligroso.

-Cierto.

-Y como siempre hermosas palabras, tiene tanto talento.

-¿Solo te pareció eso?

-¿Qué más quiere?

-Vale, dejemos el juego, hablemos de nuestra relación, sobre todo eso de andar tonteando con otro delante de mis narices y si tú quieres callarte yo no lo quiero, esta noche quiero hablar contigo, te llevare a tu consultorio.

-Lo siento, pero no puedo.

-¿Por qué no puedes?

-Pues tengo un compromiso con mis amigas, se puede decir que es noche de chicas.

-¿Otra vez con ellas?

-Si y tras acabar tengo que comprobar que mi padre político y Kazuya hayan dejado bien cerrado y limpio, se puede decir que como soy la propietaria del edificio tengo que limpiarlo.

-Entonces dormirás poco.

-Seguramente si, es lo que tiene poseer ese edificio de dos plantas, por suerte la planta baja al no tener invitados solo tengo que quitarle el polvo una vez a la semana.

-Nadie te ayuda con tu edificio.

-Nadie, solo yo, era la condición que me dio Ichi cuando me lo regalo.

-Dime una cosa ¿Llevaras a las chicas en el mercedes otra vez?

-Si.

-Pero ¿Luego lo guardaras en el garaje de tu edificio?

-Si, allí está muy protegido, pero si te molesta que lo use y lo guarde lejos de la empresa te lo dejo en su empresa y me marcho en autobús con ella.

-Mira que lo uses no me molesta, pero el despliegue y el Show que montan cuando lo usan, eso si me molesta, hablando siempre que su novio es el dueño, eso es lo molesto.

-Vaya, no pensaba que le molestara tanto.

-Pues si, me molesta, pueden ir a hacer averiguaciones sobre ese dinero y ponernos en problemas.

-La respuesta es sencilla, del sudor y sangre que dejamos trabajando.

-¿Con eso dices que el dueño del coche es Kazuya Aoike?

-Hayashi-san le diré claramente que entre él, mi padre político y yo nos hemos dejado la piel para mantener esa empresa, sobretodo yo- me aparte el fleco y le enseñe una pequeña cicatriz en la ceja izquierda -me la hice para poder ayudaros para que el primer préstamo tuviera suficiente y sobre el coche descuide, Kazuya hizo un análisis financiero para comprarlo, así que no debería temer por nada.

-Eurus me estás volviendo loco, pero te diré que tengas cuidado con “Hildegart”, está siendo muy nombrada.

-”Hildegart” es 100% legal, tiene su propia oficina y empleados, no tiene nada malo.

-”¡Jun!” Toto-san le llamo.

-¡¿QUÉ?!

-”¡Yo solo te llamaba porque en corte me están destronando las telas!”

-¡¿NO LO PUEDES SULUCIONAR TÚ?! Toto-san se acerco y se apoyo en el umbral de la puerta.

-¿Qué quiere tú? ¿Qué grite como lo haces tú? ¡LOS DE CORTES ME ESTÁN DESTROZANDO LAS TELAS! Si no vas y los controlas nos quedaremos sin parte de esas maravillosas telas, jefe despreocupado. Le dijo eso y se marchó.

-¡Joder! ¿Por qué nadie me deja hablar tranquilamente con mi mujer?- se levanto enojado -hoy te iré a ver al consultorio esta noche.

-Hayashi-san, ya le dije que hoy salgo con las chicas y luego me toca limpieza, estaré muy liada, por eso ya te he dicho que esperes para la próxima semana, el día que toca nuestra noche.

-Aun sigues con eso, no quiero eso, así que olvídalo. Se fue enojado.

Al poco tiempo de él dejarme sola las chicas me llamaron porque Yuki estaba mal y necesitaban hablar sobre el asunto de la bolsa de los detalles ya que por protegerme ella recibió un interrogatorio muy incomodo que hizo que se pusiera mal. Rápida fui y le ayude a calmarse a la vez que le agradecí ser una buena camarada.

Continuara...

La mujer de mis ojos. (Mi Propio yo soy Betty la fea)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora