secretos ♡ 전정국

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Especial；Jeon Jiwoo

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Desde que era pequeña las lágrimas siempre han estado presentes en mi vida y tampoco es como si fuera mi culpa, tenía razones para hacerlo, aunque mirándolo desde una perspectiva más madura me podría preguntar ¿realmente me afectaban esas razones? A veces creo que simplemente lloraba porque esa era la única manera de que alguien me notara.

Era débil, emocional y físicamente, y eso me irritaba, pues a pesar de no ser su centro de atención, mis padres constantemente discutían por mí. Ambos se reprochaban sobre mi comportamiento, además de echarse la culpa mutuamente de mi nacimiento. Ninguno se quería hacer cargo de mí y no tenían miedo de gritarlo a los cuatro vientos.

Que sí, estoy enferma... pero nunca le hice daño a nadie, de hecho nunca me quejé por vivir la mayor parte de mi vida en un hospital. Dios mío, ¿siquiera hablaba? claro que no, hablar significaba interactuar, e interactuar significaba estar en el mundo real y eso era lo que más odiaba. Desde pequeña siempre me hundí en mi propia fantasía, vivía en un mundo creado por y para mí donde yo era una niña sana que salía a jugar con sus amigos y tenía una familia amable que la amaba, pero no, sabía que nunca iba a pasar.

A pesar de estar en mi mundo, cuando menos me lo esperaba allí estaba nuevamente las discusiones y los gritos por parte de mis padres. Había veces donde apreciaba los días largos y agotadores en el hospital, prefería eso antes que mi casa, pues cuando estaba en el hospital mi madre nunca venía a verme y por ende no había gritos a mi alrededor.

“Todo esto es tu culpa por haber nacido, nosotros discutimos por ti”

Lo siento, madre, pero yo nunca te pedí nacer y da igual cuantas veces te convenzas a ti misma de que yo soy la culpable, muy en el fondo sabes que eso no es verdad. Ustedes son los culpables de sus discusiones... ustedes son los únicos culpables y nadie más.

No voy a mentir, cuando era niña siempre me sentía culpable por todo lo ocurrido a mi alrededor, ¿qué culpa tenía yo? Sólo era una niña que sufría de violencia psicológica por parte de los adultos que me tenían que cuidar. Yo de verdad creía en sus palabras pero un día todo eso cambió.

Tenía cinco años cuando un día decidí recorrer aquel gran hospital, pues a pesar de haber estado allí muchas veces, aún faltaban sitios por conocer. Era un plan sencillo, recorrer el lugar y luego regresar a mi sala, total, nadie se daría cuenta de que yo no estaba, pero algo salió mal y terminé en un rincón de uno de los desconocidos pasillos del hospital llorando mientras que cubría mi rostro entre mis rodillas.

—Deja de llorar, es molesto.

Esa fue la primera vez que lo vi a él, al amor de mi vida... a Jeon Jungkook.

—¿Qué sucede? —me preguntó aún con su tono indiferente.

—M-me perdí...

—Ya veo, entonces te ayudaré.

Desde ese entonces él siempre estuvo a mi lado y eso lo convirtió en mi primer amigo y por ende en mi mejor amigo. Tenía la misma edad que yo (cinco años) aunque él era mucho más alto, siempre me traía peluches nuevos y me contaba chistes cuando los médicos me inyectaban mis medicamentos; él era sumamente gracioso, pero aun así había algo raro en él, mas bien algo confuso, cuando estábamos los dos a solas él tenía una personalidad seria y bastante ruda a la hora de hablar, muy pocas veces sonreía pero cuando lo hacía era una sonrisa real de oreja a oreja, muy diferente a cuando había personas a nuestros alrededores. Un niño que de cierta manera resultaba grosero se transformaba en el ser más puro cuando habían personas, él sonreía falsamente mientras que usaba palabras que demostraban respeto y educación. Un día le pregunté sobre eso y me dijo: