secretos ♡ 전정국

➸s e s e n t a y u n o

Capítulo LXI:

❝¡Les contaré una historia!❞

—Jungkook, yo... tengo algo que decirte...

El castaño se aleja un poco de ella para observarla con atención.

—¿Qué cosa...?

“Para empezar, tendrás que confesarle tu amor a Jungkook, Muñeca”

«Una simple confesión...»

—Hmm, yo... te... amo.

Jungkook abre los ojos sorprendido al momento de ver cómo la castaña frente a sus ojos tembló mientras que una solitaria lágrima recorrió su mejilla. Mina se tocó el cuello dándose cuenta de lo que en verdad estaba ocurriendo.

«No puedo hacerlo...»

—¡Oye, Mina, ¿qué ocurre?! —exclama Jeon preocupado por su repentina reacción.

—No puedo... —murmura la castaña.

—Oigan, los problemas maritales se arreglan en la casa, no en los lugares públicos.

Los dos dirigen su mirada al muchacho que los observaba mientras abría un paquete de gomitas.

—Hobi...

—¡No tenemos problemas maritales, idiota! —grita enojado y avergonzado.

Mina se paró del suelo saliendo de su trance y, sin dudarlo, corre hacia su mejor amigo.

—Necesito hablar contigo. —Vuelve a mirar a Jungkook—. Nos vemos después.

—¡Espera, ¿qué era lo que me querías decir?!

Mina cerró la puerta de su casa detrás de sí, bajo la confundida mirada de Hoseok.

—¿Sucedió algo con Jeon? —preguntó el pelirrojo.

Ella traga nerviosa —No, mi problema es con Taehyung...

—¿Taehyung? ¿El hermano de Jeon?

«Si es Hobi, entonces...»

—¿Podrías escuchar mi historia...?

•••

Hoseok frunce el ceño cuando ella terminó su relato de todo lo ocurrido con Taehyung hasta ese entonces.

—Entonces, después de ser rechazado por Jiwoo, ese tipo... ¿te hizo su juguete? —murmura el chico sin poder creer todo lo que estaba ocurriendo sin que él se diera cuenta.

Mina asintió sin levantar su mirada del suelo.

—Supongo que eso es todo, pero Taehyung también ha sufrido mucho, por lo que...

«...él parecía... de alguna manera... roto...»

Levanta su cabeza al momento de ver cómo Hoseok comienza a caminar hacia la puerta. Mina se paralizó cuando vio aquella mirada. Esos ojos oscuros gritaban peligro, estaba furioso.

—¡Oye! —lo detiene tomándolo de su remera—. Recurrir a la violencia no es-

Él la mira y le sonríe, haciendo que ella cierre la boca.

—No te preocupes, no voy a hacer algo tan incivilizado, pero, Mina...

Su rostro volvió a la seriedad y frialdad de siempre.

—¿S-sí?

—Si la voz de tu corazón dice algo, asegúrate de escucharlo bien... Lo que debes hacer, lo que quieres hacer... sólo tú puedes decidir todo eso. Ni se te ocurra dejar que otros te digan qué hacer... La única que puede arreglar todo esta situación eres tú, Mina.