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A veces, Seok Jin odiaba tener que socializar con las personas. ¿Ese día? Había llegado a su límite.

Sus intentos de terminar la conversación que mantenía desde hacía tiempo con el hijo del ministro del rey habían fracasado de mil maneras. Yoongi sacaba a relucir un nuevo tema de conversación cada vez que el erudito respondía con un vago y simple asentimiento.

Jin pronto llegó a la conclusión de que era un chico solitario. Dentro del vasto e imponente palacio, lo más probable era que estuviera buscando un amigo con quien pasar sus días y compensar su soledad.

—Pero no todo es tan malo aquí. En realidad la mayor parte del tiempo me la paso deambulando de aquí a allá. A veces suelo salir del palacio —siguió diciendo mientras caminaba a su par. Jin lo escuchaba atento sin quitarle la mirada —. Se supone que tengo prohibido hacerlo, pero siempre encuentro la manera de salirme con la mía. El pueblo tiene muchas cosas interesantes que ofrecer.

—Eso es correcto.

Yoongi hizo una pausa y sonrió con satisfacción—. Sé que será difícil para ti acostumbrarte, así que puedo ayudarte a salir del palacio de vez en cuando —le aseguró, y el erudito lo miró con un poco de sospecha —. Podemos esquivar a los guardias, salir y volver al anochecer. No es tan difícil. Supongo que las clases con el príncipe heredero serán por la mañana o por la tarde, así que puedes usar el resto del día para escapar.

—Es mi primer día aquí, ¿estás tratando de darme facilidades para perder mi trabajo?

Yoongi subió y bajó los hombros —. No es como si estuvieras muy feliz con tu nuevo trabajo. De hecho, puedo asegurarte que cuando conozcas a ese príncipe, tu cuerpo pedirá a gritos salir de aquí.

—Suelo ser bueno soportando a la gente. ¿No es un poco arriesgado que hables del príncipe de esa manera?

Que un hijo de una persona tan cercana a la familia Real hablara pestes de ellos era de preocuparse. Seok Jin se sentía un poco incómodo por su despreocupada actitud. Por más que a él no le agradara el palacio, no iría por ahí divulgando su opinión. Mucho menos cuando hablar mal significaba un castigo severo.

El hijo del ministro rió —. Lo es, supongo. , pero todos lo han estado insultando. No podía quedarme atrás.

Fue divertido ver cómo ese chico se expresaba sobre sus superiores y de alguna manera, llegó a agradarle. Yoongi era hablador, sí, Jin solo podía soportar a una persona así en el pueblo, y esa persona era Jimin, a quien conocía desde hace mucho tiempo. Pero estar con el hijo del ministro del rey no parecía molestarle en absoluto en ese momento. En realidad estaba a gusto.

Podía notar que habían varias cosas en las que coincidían, siendo más prominente el odio hacia la jerarquía impuesta en ellos.

—Bien, parece que no hablarás más —contestó Yoongi, soltando un bufido sonoro.

—Apenas nos conocemos desde hace unos minutos, no tengo mucho que contarte.

—Error. Tienes mucho que contarme porque apenas nos conocemos.

—Prefiero no hacerlo.

—Entonces mañana... —mencionó, Seok Jin ladeó la cabeza —. Mañana me contarás cómo te ha ido en tu intento de enseñarle, ¿te parece justo?

—No estés demasiado seguro de que nos veremos mañana. Dijeron que el príncipe despidió a todos sus profesores el primer día, ¿qué te hace pensar que yo seré la excepción?

El hijo del ministro arqueó una ceja —. Has hablado más, hemos avanzado —Jin le miró con cara de pocos amigos y tensó la mandíbula —. ¡Cómo sea! Estoy seguro de que contigo será diferente.

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora