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—¿De verdad crees que esté aquí?

Preguntó Jungkook, acomodando su sombrero de manera que su rostro no fuera visible para las pocas personas que deambulaban por los pasillos a esas horas.

El palacio de la Reina Madre estaba sumido en una tranquilidad exasperante. Las luces de las pocas velas que iluminaban las habitaciones se habían extinguido, dándoles una pizca más de ventaja para moverse a través de este. Vestir el típico traje resultaría peligroso, por lo que ambos hermanos optaron por portar con ropas de yangban para intentar mezclarse con los demás.

Estar en Gyotaejon ya era un peligro, ahora, agregando la situación en la que se encontraban, aquello incrementaba al doble.

—Quisiera pensar que ella no está aquí —respondió Taehyung en un suspiro —. Ah, pero ella es tan terca…

Jungkook se encogió de hombros —. No creo que haya actuado de forma impulsiva, no suena como algo que ella haría.

—En momentos como estos, no me sorprendería que decidiera actuar así.

La cortesana Sun era así. Si una idea se posaba en su mente, era difícil que alguien más pudiera hacerla cambiar de opinión. Sin embargo, era claro también que ella no pediría por ayuda, que no involucraría a los demás en un tema que pensaba y era responsabilidad suya.

Y todo parecía indicar que Sun se sentía culpable de haberle dado la espalda a un viejo amigo por tanto tiempo.

—¿Y bien? —preguntó Taehyung, mirando a su hermano con una ceja arqueada —. ¿Cuál es el plan?

El rostro del hijo de concubina se desfiguró —. ¿Plan? ¿Cómo que plan?

—Pues sí… El plan para llegar hasta los aposentos de la Reina Madre —explicó, ignorando la expresión que su hermano tenía —. No creo que esté en la habitación principal, pero si podemos entrar a los pasillos y verificar las otras habitaciones contiguas entonces considero que… ¿Jungkook?

—¿Sí? —preguntó, siendo sacado de su ensimismamiento.

—No tienes un plan, ¿verdad?

Jungkook negó con la cabeza y Taehyung dejó soltar un suspiro de frustración. Tal vez tocar ese detalle hubiera sido favorecedor de estar fuera de ahí. Tener la presión sobre sus hombros de no ser descubierto no le dejaba espacio para pensar con claridad. Todas las cortesanas estaban en contra de ellos, los eunucos no prestaban atención a nada y solo obedecían las órdenes de sus superiores, y los guardias parecían cuidar, determinados y obstinados, que nadie entrara por las puertas principales.

El rostro de su hermano parecía perturbado. Y no podía culparlo. Él tampoco podía mantenerse tranquilo. Con Seok Jin estando en prisión la presión ya era demasiada. Sentía una impotencia tan grande de no poder hacer nada para sacarle de ahí, de no haberle descubierto antes de que le hirieran. Sun desapareciendo sin rastro era tan solo el punto culminante.

—Todo fue demasiado repentino —aseguró Jungkook, ladeando su cabeza —. No me ha dado tiempo de idear algo. ¿Qué tal y solo estamos perdiendo el tiempo en esto? ¿Qué tal si es una trampa?

—No vamos a irnos de aquí sin…

—¡Lo sé! —exclamó con frustración —. A lo que quiero llegar es que, sin un plan, nada va a funcionar. Ni siquiera sabemos qué paso dar a partir de estos momentos. Recuerda que no solo está nuestra vida en peligro, está la de muchos más. ¿Qué tal si nos descubren? ¿Qué tal si arremeten contra el eunuco Jung? ¿Qué tal si…?

Taehyung alzó una mano para que guardara silencio, y se permitió pensar un poco. Las viabilidades no eran muchas. Y solo dejaba espacio a una cosa.

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora