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Taehyung tenía miedo.

Mientras esperaba a que el eunuco le diera la noticia a la Reina de que había arribado al palacio, miles de escenarios se presentaban en su cabeza. Podía adivinar cuál era el motivo que molestaba tanto a su madre, pero que las mismas cortesanas estuvieran tan nerviosas era algo muy extraño. La Reina no solía enojarse por nada, así que no sabía qué esperar de aquella visita a Gyotaejeon.

—Puede entrar, su alteza —le señaló el eunuco, dejandole espacio para que pudiera pasar.

Se quedó esperando a que el eunuco y las cortesanas le siguieran, pero en vez de eso, se quedaron fuera y cerraron las puertas con lentitud. Taehyung tragó saliva. Era una mala señal.

¿Qué tan equivocadas habían estado sus acciones para llegar a tal extremo?

Caminó hasta que pudo visualizar la silueta de su madre. La mujer estaba sentada con la mirada puesta sobre un punto de la habitación. Su rostro estaba serio, su entrecejo estaba un poco fruncido, y sus ojos no denotaban la misma emoción que siempre mostraban cuando Taehyung iba a visitarla.

Antes solía entusiasmarse ante la idea de que su hijo se pasara por ahí por mero gusto, pero en los últimos meses todo había terminado por arruinarse. Los lazos parecían haberse estirado tanto, separandolos y amenazando con romperse. Taehyung ya no visitaba el palacio por su voluntad y cuando se le pedía siempre era para dar alguna noticia relacionada con el gobierno.

Hizo una reverencia y esperó con paciencia a que su madre hiciera un ademán para poder sentarse y no cometer una falta de respeto.

—Su majestad... —comenzó a decir, tratando de disminuir la pesadez que rodeaba el ambiente, sin embargo, la mujer siseó para que guardara silencio y la escuchara.

Taehyung calló de inmediato.

—¿Qué ha sido eso durante la ceremonia? —su voz sonaba tranquila, pero lo que lograba hacerlo sentir pequeño era la fuerte aura negativa que se desprendía de ella —. ¿No vas a contestarme?

Se lo pensó un poco. Queriendo formular una excusa factible en su mente. Podría contarle lo que Jungkook le dijo sobre las reuniones en privado, pero eso sería poner a su hermano en la mira. No tenía intención de involucrarlo y que pudieran arremeter contra él. Además, seguía creyendo ciegamente en que el plan que los otros tres habían organizado sería el ideal y no debían divulgarlo por ahí.

—No tenía nada que decir.

—¡Tuviste tanto tiempo para practicarlo! —exclamó ella, dejando caer una de sus manos en la mesa con firmeza —. ¿Sabes lo enojado que está tu padre ahora? ¿Tienes acaso la menor idea?

—Lo sé.

—Él decidió seguir con esta ceremonia para poder introducirte a los ministros, incluso el ritual de este año fue dirigido a ti. ¡Está velando por tu seguridad y por que tengas un buen gobierno en el futuro! ¿Por qué no puedes ver los esfuerzos que está poniendo en ti?

—Debió haber velado por mi antes —murmuró Taehyung en voz baja, su madre no pareció escucharlo y eso la enfadó más.

—¿Qué has dicho?

El príncipe subió y bajó los hombros. Sabía que su actitud estaba siendo de todo menos la ideal, estaba siendo muy infantil y eso repercutiría demasiado en como fuera a reaccionar la Reina. Pero no podía eludir la molestia que estaba en él.

¿Su padre preocupándose por él? Debía ser una mala broma. Aquella preocupación era todo una máscara.

—Príncipe Taehyung, ¿Qué has dicho? —insistió, elevando su tono de voz.

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora