The Erudite; JinTae

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—¿Seguro que estás bien? —preguntó Jimin, inclinando la cabeza a modo de confusión al ver a su amigo más callado de lo usual.

En circunstancias diferentes, Seok Jin solía prestar mucha atención a los artistas ambulantes, reía y analizaba los escenarios que se mostraban en aquellas presentaciones. Ahora era todo lo contrario. Los observaba, sí, pero no parecía estar concentrado en ello, como si su mente estuviera desconectada de aquel lugar.

Jimin se sentó a un lado de él, en el pórtico en el cual se encontraban y le dio un golpe en la espalda que lo hizo parpadear un par de veces y voltear a verlo.

—No has hablado nada, me preocupa —insistió. Jin sacudió la cabeza y sonrió, como si nada hubiese sucedido.

—Estaba pensando.

—Y... ¿Qué es lo que tanto piensas?

—Nada interesante.

—Veamos —. Jimin se acomodó mejor en su lugar, centrando esta vez su vista en el montón de personas que se aglomeraban para presenciar las representaciones artísticas —. ¿Se deberá tu mal humor gracias a ya sabes quién?

—¿Por qué censuras el nombre de Taehyung de repente? —cuestionó, lanzándole una mirada recriminativa.

—Estamos en público, mencionar su nombre seguido de las palabras "es tu pareja" no te puede traer la mejor de las suertes.

—No me importa.

Jimin bufó exasperado —. ¡Claro que te importa! ¿Por qué cada ocasión que nos vemos estás cada vez más amargado?

—No lo estoy.

—Entonces, ¿la razón de tu rostro de preocupación es Taehyung? ¿Sigues traumado por la boda? —le recordó, Seok Jin hizo una mueca al rememorar la forma en la que había actuado ebrio —. Mira, sé que estás dolido, pero esto no es su culpa. ¿Cuántas veces te debo repetir que no está en su poder...?

—El asunto de la boda ya es pasado —contestó el erudito —. Ha pasado una semana de eso y sé que no está en su poder, no debes repetírmelo muchas veces. No actúe con lógica ni madurez por que había tomado licor, ahora estoy bien.

—¿Te has contactado con él desde la boda y la coronación? —preguntó, haciendo que Jin volteara a verlo con pesadumbre —. ¿Qué? ¿No han hablado? ¿De verdad?

—He mandado cartas, pero no ha habido respuesta —murmuró entre dientes, sintiendo de nuevo una agria sensación en su garganta.

No era decepción, sino nerviosismo. Reconocía que Taehyung, al asumir aquel puesto, estaba expuesto a tener mucho más trabajo del que nunca antes había realizado, que sus responsabilidades aumentarían a raudales. Pero le era inquietante no saber nada sobre él. ¿Cómo estaría sobrellevandolo? ¿Cómo estarían los ministros comportándose frente a él ahora que tenía un rango mayor?

—¿Qué hay de Choi? Creí haberte oído decir que fue a visitarte un día después del ascenso, ¿no te contó nada?

—No me contó mucho —inclinó su cabeza —, me dijo que sería buena idea mandarle una carta y dejar que él me diera los detalles.

—¿Y aún así no te contesta? —preguntó Jimin, escandalizado. Jin hizo una mueca porque la situación comenzaba a exasperarle —. Eso no me parece lo más correcto, ¿te dejará así varado?

—Es una sola semana, Jimin, no es el fin del mundo.

El muchacho entrecerró los ojos —. Pues tú pareces estar afectado, ¿por qué no vas y lo visitas?