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Jin esperaba de brazos cruzados mientras el príncipe heredero se cambiaba de hanbok.

—¿Cuánto tiempo más le tomará? —cuestionó el erudito, moviendo su pie en movimientos arrítmicos.

El tiempo pasaba, y comenzaba a arrepentirse de haber aceptado en primer lugar. La primera ocasión salió del palacio junto a Yoongi, pero aquello no le preocupó del todo. Después de todo, el hijo del ministro no tenía a nadie tras él, siguiéndolo a todos lados. Sin embargo, cuando se trataba de un príncipe, sabía que su eunuco comenzaría a buscarlo una vez que terminara el horario de clases programado, y que si no lo encontraba, podría significar algo aún peor.

La culpa por abandonar el palacio recaería entonces únicamente sobre él. Y eso implicaba ser castigado de manera severa.

—No estoy seguro de por qué acepté esto en primer lugar

—Pero lo has aceptado, así que no puedes negarte. No quiero quedarme en el palacio; necesito aclarar mi mente.

—¿Con mi compañía? Mala decisión —dijo el erudito.

Taehyung le dio una sonrisa sardónica pero no respondió.

—Necesito ayuda —dijo el príncipe. Jin frunció el ceño.

—¿Por qué necesitarías ayuda?

Se dio la vuelta para ver al príncipe, que parecía estar luchando con el nudo del hanbok alrededor de su cintura. ¿No podría ese hombre valerse por sí mismo?

—Sé lo que piensas. Parece patético —intervino Taehyung de inmediato —, pero en mi defensa, el eunuco Jung es el encargado de arreglar mi ropa y... Solo ayúdame a anudar el lazo, ¿de acuerdo?

Jin asintió y se acercó a él, comenzando a hacer lo que le pidió. La idea de salir del palacio e ir a la librería de su padre también le atraía porque podría despedirse de una manera más relajada y menos apresurada que antes.

Taehyung, por otro lado, no pudo ocultar su vergüenza. Seok Jin arregló su ropa exterior y dobló con cuidado el cuello de su atuendo para que quedara limpio y ordenado. Luego movió sus manos a la cintura del príncipe y, con sorprendente facilidad, anudó la cinta. Los sentidos del príncipe se nublaron y la cercanía lo puso tenso.

Jin dio un paso atrás para mirarlo y asintió antes de alcanzar el "gat" en la pequeña mesa de madera y colocarlo sobre la cabeza del príncipe, acercándose para anudar el sombrero.

En ese momento, Taehyung sintió que sus nervios llegaban al punto más alto. El rostro de Jin lucía concentrado mientras inclinaba la cabeza y lo preparaba. El erudito pronto se dio cuenta de la posición en la que se encontraba y de lo cerca que estaba su rostro del príncipe heredero y se separó de inmediato, aclarándose la garganta y mirando a otra parte de la habitación.

—Ha desperdiciado una cantidad significativa de tiempo en esto. Simplemente puede decir que no puede hacerlo y yo le ayudaré —dijo Jin.

El príncipe lo miró incrédulo y señaló el gonryeonpo que yacía en una mesita de madera —. No puedo salir con esas ropas fuera del palacio. Veo que no eres tan inteligente como lo dicen.

—No me quejo sobre eso, sino de su falta de eficiencia —el contrario estuvo a punto de replicar pero Jin siguió hablando —. De todas maneras, debemos irnos ya.

—Será difícil —hizo ademán de estar pensando mientras se dirigía a la puerta —. Debemos salir por la puerta de Sinmumun.

Jin de inmediato abrió sus ojos en demasía y comenzó a negar repetidas veces con su cabeza. Recordó que Yoongi le había dicho lo mismo y terminó exhausto por lo lejos que estaba, además de lo peligroso que fue atravesar la mayoría de los palacios. No podía hacerlo de nuevo, tenía que existir otra manera.

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora