El príncipe sentía un montón de miradas sobre él.
En cuanto le contó a Hoseok de su intención de ir a la casa de concubinas a buscar a Jungkook, su amigo no se negó. Sin embargo, con el aumento de las responsabilidades que tenía como heredero al trono, no podía deambular él solo, con libertad, como solía hacerlo antes. En cambio, el eunuco iba tras él junto a una gran cantidad de cortesanas.
Sus manos le sudaban. No sabía bien cómo podría verlo a la cara después de haberse enterado de los planes que su hermano tenía. Tampoco cómo podría pararse frente a él después de aquella discusión. Era todo un dolor de cabeza.
—Su alteza —murmuró el eunuco a sus espaldas. Taehyung volteó un poco para escucharlo —. Avisaré a los aposentos del príncipe Jungkook que usted requiere de verlo. Cuando termine, estaremos aquí afuera esperando por usted e iremos a Bihyeongak a seguir con las clases del día de hoy.
Taehyung asintió —. Está bien.
Luego de la charla que tuvo con Hoseok hacía unos días, podría decirse que quedaron en buenos términos. Su amigo le echó una mano en el informe Real y elaboró una excusa digna para poder pasar desapercibido de aquella situación.
Pero Taehyung seguía sintiéndose extraño.
Habían cosas que su mente aún no podía descifrar del todo, así como el hecho de que Hoseok de repente le dirigiera la palabra era apabullante. La actitud del eunuco había cambiado, ya no era el mismo Jung divertido que solía hacerle reír y con el que se sentía en libertad de hablar de cualquier tema. Pero al menos, ya no parecía rehuir su presencia, tampoco le miraba con aquella mirada recriminatoria con la que cargó por tantos meses.
Sin embargo, nada era igual, y eso le entristecía.
Echó una mirada a sus alrededores mientras el eunuco pedía el permiso necesario para entrar. Todos los ojos puestos sobre él y los terribles murmullos que se oían por las concubinas que pasaban y lo veían le fastidiaban. Lo más probable era que comenzaban a hacer chismes sobre su repentino paradero en la casa gisaeng.
—Puede pasar, su alteza —. La voz de Hoseok le sacó de su ensimismamiento, por lo que carraspeó para aclararse la garganta y, antes de que Taehyung pudiera caminar hacia su destino, lo detuvo para decirle algo en voz baja —. ¿Puedo confíar en ti?
—¿De qué hablas ahora?
—Ya lo sabes, sobre tu prometida.
Taehyung se carcajeó y lo miró incrédulo —. ¿Qué piensas que podría hacer?
—No debes encontrarte con ella. Bajo ningún motivo, ¿entendiste?
Taehyung volteó a verlo con sorna —. ¿Qué pensaría la casa de eunucos al ver que el eunuco del príncipe está hablándole a su alteza de tal manera?
—Kim Taehyung...
—Mira, conozco tus preocupaciones, pero...
—Ya sé, sé que no tienes interés en casarte con ella, pero algo te traes entre manos. ¿Crees que no me di cuenta cuando le pediste a Sun que investigara sobre su paradero?
—¿Sun te contó? —cuestionó Taehyung, dirigiendo su mirada hasta el montón de cortesanas tras ellos y buscando a su amiga con mirada acusadora.
Había decidido poner aquella tarea a Sun por que ella tenía un mayor contacto con aquel lugar, y era casi imposible que no supiera en qué habitación de la casa gisaeng se encontraba su futura comprometida. Por eso es que no creía que su amiga hubiera cometido tal traición de ir con el chisme hacia Hoseok.

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The Erudite; JinTae
FanfictionKim Seok Jin es un joven erudito famoso por su gran intelecto y su recta conducta, quien ayuda a su padre en la librería del pueblo. Su destino cambia cuando una orden del rey llega, una orden que no le agrada para nada. Debiendo renunciar a su futu...