The Erudite; JinTae

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—No puedo creer que mi mejor amigo esté a punto de dejarme —dijo Jimin, dándole golpes en el hombro por el orgullo que sentía.

Cuando Seok Jin había acomodado todas las cosas que necesitaría para mudarse a los dormitorios de Sungkyunkwan, su amigo apareció de la nada, suplicando que lo dejara acompañarlo hasta la entrada de la Institución para poder despedirse como debía. El erudito se quejó por un largo tiempo hasta que aceptó, sin ganas de discutir más.

Tal vez sería el último día en que vería a Jimin por largos meses.

—Yo sabía que pasarías el examen —agregó el otro, sonriendo con satisfacción —. Incluso has conseguido estar en sobresaliente, tus compañeros te tendrán mucha envidia.

—Preferiría que no lo hicieran.

—Eres tan humilde siempre, te falta carácter.

—La envidia no trae nada bueno.

Jimin asintió, y de pronto cambió de tema, como si no pudiera concentrarse en uno solo  —. ¿No crees que hayas conseguido ese lugar debido a que el amor de tu vida revisó los exámenes?

Jin lo miró escandalizado —. ¿Estás dudando de mis capacidades?

—Se da para pensar, es todo.

—Park Jimin, ¿a eso has venido a acompañarme? ¿A decirme estas cosas?

El muchacho sacudió la cabeza —. ¡Solo fue una broma! ¿Estás más sensible que antes por que tienes nervios?

—No tengo nervios.

—Sí, claro. ¿No dijiste que no podías conciliar el sueño estos dos días?

Jin refunfuñó e ignoró aquello —. No le han dejado calificar mi examen —murmuró, acomodando el bolso que traía en uno de sus hombros. Jimin ladeó la cabeza confundido, pero luego atinó a que se trataba de Taehyung —. Me lo contó el día que nos vimos en la biblioteca de la institución. Dijo que, por más que quería, el eunuco Jung estaba poniendo muchas trabas.

—¿El eunuco Jung? ¿Alguien más sabe sobre tu relación con Taehyung?

—Su eunuco personal.

Aquello hizo que Jimin refunfuñara —. Es sorprendente cómo todos se dieron cuenta que mi amigo tenía novio antes que yo...

—Lo dices como si fuera algo increíble.

—¡Lo es! ¿Quién podría creer que el erudito Kim llegaría a estar tan enamorado como ahora lo está? Eras un amargado, yo apostaba que terminarías por vivir solo toda tu vida.

—Ya...

—¿Te da vergüenza? Ah, eres muy adorable —dijo el otro, dándole otro golpe en su nuca que le hizo mirarlo con confusión —. Lo siento, pero me es inevitable no hacerlo. Me pone de buen humor verte feliz.

—¿Me veo feliz?

—¡Claro! Antes de que lo conocieras, te la pasabas inmerso en los libros, a veces ni siquiera querías salir conmigo —explicó, haciendo una mueca —. El punto es que, lucías feliz, pero algo te faltaba, ¿no crees que ahora tienes esa pieza faltante?

—¿De repente te vuelves muy romántico?

—Solo digo lo que percibo.

Analizó las palabras de su amigo, y pudo notar que estaban llenas de razón. Aunque su vida era demasiado tranquila antes de trabajar en el Palacio, siempre sentía que algo no estaba bien. Le gustaba contar historias, pero no podía enfrentar a su padre que tanto le prohibía aquello.