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—Estoy nervioso.

Habían detenido su caminar en cuanto los aposentos del rey fueron visibles en sus campos de visiones. Taehyung apoyó su espalda en una de las paredes de madera e inhalaba y exhalaba en un intento de calmarse. Jin se mantenía impasible en su lugar, cruzando los brazos y esperando a que el muchacho se atreviera a caminar hasta la puerta.

—No creo que el rey saque a colación el tema de su ascenso al trono —aseguró el erudito. El príncipe lo miró de inmediato con sorpresa, como si se hubiera metido en su cabeza y descubriera todo lo que le preocupaba —. Así que no hay de qué preocuparse.

—No lo entiendes —murmuró. Era normal que el erudito no supiera pero aún así no podía evitar sentirse más ansioso por la despreocupación que retozaba del contrario.

—Estaré yo ahí. El rey no se permitirá hablar sobre un tema privado como ese frente a un simple erudito —. Taehyung quiso pensar que estaba en lo correcto, pero con su padre cualquier cosa podía pasar —. ¿No cree que será mejor que ahora yo esté junto a usted en los informes? Decía que le provocaba nervios así que podré estar dándole mi apoyo a partir de ahora.

—Será mejor —dijo Taehyung, sonriendo con tristeza.

Jin se sentía un poco incómodo por verlo así. Desde aquella visita de Hoseok hacía una hora las cosas tan solo habían terminado por ponerse más tensas de lo que ya estaban. Taehyung parecía estar más ido de sí y, a ratos, Seok Jin podía ver cómo este se perdía en la inmensidad de sus pensamientos. Incluso, el muchacho no se atrevía a verlo a los ojos desde que había confesado aquellas palabras que seguían repiqueteando en la mente del mayor.

«Te quiero» tan pronto como las había dicho, Taehyung había optado por rehuír el tema de conversación cada vez que Jin trataba de traerlo de nuevo.

—Mi padre nunca me habla a menos de que sea para comunicarme una noticia importante —siguió hablando el príncipe —. Aunque sea un tanto abrupto decirlo, el hecho de que seas mi instructor en los informes no tiene nada de especial.

Taehyung hizo una mueca, como si esperara que Jin se ofendiera por haberle dado una connotación inferior. Sin embargo, se sorprendió al escuchar la risa del erudito.

—¿No estás enojado?

El erudito arrugó la nariz y negó —. ¿Por qué lo estaría? Lo que ha dicho es cierto. Pero entonces, ¿Cree que el rey hable sobre un tema tan importante frente a mi presencia?

—No desaprovechará esta oportunidad. Hoseok lo ha dicho él mismo, están apresurando todo. El Hangawi será pronto, luego el banquete por la celebración del rey, no creo que quede mucho tiempo para que todas las responsabilidades caigan sobre mi.

Jin hizo una mueca, y viendo hacia ambos lados para percatarse que no hubiera nadie, se acercó hasta donde el príncipe y lo tomó con suavidad de los hombros, en un intento de que este lo mirara después de tanto esconderse.

—¿Recuerda lo que le dije antes? —preguntó, Taehyung parpadeó perplejo pero no habló — Si lo que le preocupa es la idea de ser un buen rey entonces no debe temer. El simple hecho de que algo como eso le preocupe significa que usted es apto y que logrará serlo.

—Empecé a asistir a los informes apenas hace un mes, no estoy preparado...

—Y por eso me encargaré de enseñarle —Jin le sonrió con calidez, notando como los músculos del príncipe comenzaban a destensarse.

Taehyung había notado como Jin había vuelto a las formalidades desde que se había incomodado un poco. Por lo general, un lenguaje informal no le molestaba del todo. Incluso Hoseok y Sun le hablaban de esa manera. Pero no podía entender del todo por qué cuando parecía provenir del erudito todo se tornaba más extraño.

The Erudite; JinTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora