Una semana para el ascenso al trono.
Taehyung odiaba los informes Reales.
A parte de ser tan largos, se discutían temas de los cuales no tenía ni la menor idea para poder opinar algo. Las miradas de los ministros sobre él eran molestas, y lo que más deseaba era ponerse de pie y alejarse de ahí sin decir nada.
No estaba de humor. Eso era más que obvio en las expresiones que portaba en su rostro. Aunque hubieran pasado algunos días de su discusión con Jungkook y de que Sun tratara de calmarlo para que pudieran hablar como se debía, aún seguía sintiendo la incomodidad en cada centímetro de su cuerpo.
—Con motivo del inminente ascenso al trono, los ministros y la Oficina de Procedimientos Rituales nos vemos en la responsabilidad de organizar los rituales que deben llevarse a cabo —oyó decir a uno de los ministros que estaban frente a ellos de rodillas.
Taehyung rodó los ojos y dirigió su vista al eunuco Jung, quien ya le lanzaba una mirada severa y que le indicaba, a señas, que debía retomar la compostura y mostrarse receptivo a lo que aquellos hombres mencionaban.
—¡Ah, por supuesto! Los rituales para la coronación —exclamó su padre, soltando una risa.
A Taehyung le molestaba. No era que quisiera tomarle odio a su padre, pero no podía explicarse cómo es que estaba tan relajado cuando la situación se les estaba saliendo de las manos, cómo es que actuaba con tanta amabilidad hacia los ministros cuando ellos eran los responsables de tantas muertes inocentes dentro del palacio.
¿De verdad su padre no sabía? ¿De verdad que era ignorante ante lo que pasaba? No lo creía así. Estaba cegado por su propia cobardía.
—Su majestad la Reina Madre ha fallecido hace unos cuantos años, por lo que pensamos que es necesario ir a visitar las tumbas Reales —explicó esta vez el ministro Min.
—La Oficina de Astronomía y Geomancia ha escogido la fecha ya, solo esperamos la previa confirmación por parte de su majestad y su alteza —aseguró otro.
El príncipe Taehyung arqueó una ceja en cuanto las miradas burlescas volvieron a posarse sobre él, pero no rechistó. Sabía lo que querían, ansiaban verlo flaquear, obtener un vistazo de sus puntos débiles para poder atacar luego. Por el contrario, alzó la cabeza y miró de soslayo a su padre, quien también estaba expectante de su respuesta.
—Príncipe heredero Kim, ¿está de acuerdo con esto? —le preguntó su padre.
No aceptaría solo por que sí. No. Él quería ver las verdaderas razones detrás de tal repentino viaje fuera del palacio, justo antes de su ascenso al trono.
—¿Para qué es necesario realizar tal Ritual? —cuestionó, ganándose una serie de murmuros y cuchicheos por parte de los hombres vestidos de rojo frente a él —. ¿Se pondrán a hablar entre ustedes sin responder mi cuestión? ¿Van a ignorarme?
Pudo notar que su tono de voz podía haber sonado un poco fuerte en cuanto miró el tono de sorpresa con el que, tanto los historiadores y su padre lo miraban. El ministro Min fue quien sonrió con sarcasmo y volteó a verlo, tomando la palabra.
—Los Rituales son una tradición Real desde hace muchos años, no comprendo el por qué su alteza hace una pregunta como esa.
Taehyung soltó una carcajada —. Créeme, conozco los Rituales que son llevados a cabo, ¿estás dudando de mi educación, ministro Min?
—Nunca he mencionado algo como ello.
—Pues parecía que lo hacías. Cómo sea, mi pregunta viene debido a lo peculiar que me parece la situación. Los Rituales suelen ser organizados con meses de antelación, ¿por qué de repente lo planean una semana antes de mi coronación?
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The Erudite; JinTae
Fiksi PenggemarKim Seok Jin es un joven erudito famoso por su gran intelecto y su recta conducta, quien ayuda a su padre en la librería del pueblo. Su destino cambia cuando una orden del rey llega, una orden que no le agrada para nada. Debiendo renunciar a su futu...