Dos días para el ascenso al trono.
—Jimin, déjame salir.
El plan del erudito Kim de escabullirse mientras su padre trabajaba en la librería y su madre salía a comprar había sido arruinado por su mejor amigo.
Desde que llegó, no podía soltarle la mirada, como si estuviera estudiando todos sus movimientos, evitando así que pudiera cometer algo peligroso. A su vez, le ponía de excusa que debía memorizar el tema antes de que su padre regresara y comenzara con el interrogatorio diario. Pero a Jin eso no le preocupaba en esos momentos, no podía hacerlo.
—¿Cuántas veces te diré que no lo haré? —repitió Jimin por milésima vez en apenas un marco de pocos minutos, luego palmeó el libro en la mesa y le hizo una señal a Jin —. Ponte a estudiar, el examen será dentro de poco.
—No puedo estudiar.
—Claro que puedes hacerlo —insistió, luego tomó el libro entre sus manos y con dificultad leyó un poco —. Es sobre geografía, no es algo que no sepas ya, solo es cuestión de repasar los temas que pueden llegar a preguntar en la ceremonia. He escuchado que Sungkyunkwan es un lugar asombroso, ¿debería hacerme pasar por noble e intentar presentar el examen militar?
Jin sabía que Jimin no estaba tratando de cambiar el tema de conversación, pues desde siempre su amigo mostró un interés en convertirse en guardia. Su rango social no le dejaba poder alcanzar ese deseo.
—Tal vez sea buena idea fingir —le contestó, intentando fluir sobre esa charla.
Su mente seguía deambulando en Taehyung por más que quisiera evitarlo.
—¿Verdad que sí? Ver a la funcionaria me ha inspirado, si ella ha sabido sobrellevarlo, ¡tal vez yo pueda hacerlo también!
—Entonces tendrás que ir conmigo —alentó Jin, sonriendo con debilidad —. ¿Así que por qué no te pones a estudiar? Tengo unos cuantos libros del tema en mi habitación, ve por ellos y los leemos acá.
—¿Estás intentando distraerme?
La sonrisa de Jin se borró de su rostro de inmediato. ¿Cómo es que había descubierto sus intenciones con tanta facilidad?
—Kim Seok Jin, llevamos siendo amigos por un largo, muy largo tiempo, ¿crees que no te conozco?
—Tengo que ir —pidió Jin —. ¿Por qué no me cubres y le dices a mi padre que he ido a por más material?
No podía mantenerse tranquilo por más que quisiera, la incertidumbre comenzaba a torturarlo. Era seguro que el palanquín Real ya hubiese salido del Palacio a esa hora y estuvieran acercándose a la primera parada. Estaba a tiempo de poder alcanzarlos y poder alertarlos de las cosas que planeaban los ministros.
—Te conté lo que me dijo Min Yoongi —siguió diciendo Jin atropellando sus palabras por los nervios —, puede que Taehyung esté en peligro. ¿Qué tal si los ministros planean hacer algo contra él el día de hoy?
—Y Choi me indicó que no te dejara salir bajo ningún motivo —intervino, apoyando su barbilla en una de sus manos —. No pasará nada, ¿sí? Mantente ocupado en tus asuntos y, cuando menos te lo esperes, recibirás noticias sobre él estando sano y salvo.
Jimin se sentía culpable. En toda su vida, nunca había experimentado ver a su amigo de tal forma. Jin movía sus pies con rapidez y los movimientos de sus manos eran torpes, incluso parecía que su mente no estaba ahí con ellos, sino que divagaba alrededor en busca de alguna alternativa.
El erudito no era un muchacho que se distraía con facilidad.
Y le dolía su corazón por no dejarlo hacer lo que él quería. En solo algunas semanas Jimin había comprendido lo importante que era aquel príncipe heredero para su mejor amigo y las insaciables ganas de querer ir a protegerlo.
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The Erudite; JinTae
Fiksi PenggemarKim Seok Jin es un joven erudito famoso por su gran intelecto y su recta conducta, quien ayuda a su padre en la librería del pueblo. Su destino cambia cuando una orden del rey llega, una orden que no le agrada para nada. Debiendo renunciar a su futu...